Mossfon Trust, la fiduciaria con esquemas complejos

Actualizado
  • 22/03/2017 01:09
Creado
  • 22/03/2017 01:09
En la fiduciaria se ofrecían planes de inversión y estructuras para evitar que el cliente pagara tantos impuestos. 

El Ministerio Público tiene la ardua tarea de demostrar que Mossack Fonseca & CO (sede de Panamá) y Mossack Fonseca Do Brasil, representante de la primera en ese país, organizaron una estructura delictiva a través de sociedades anónimas, en forma deliberada, que sirvió para ocultar operaciones ilícitas.

En el caso que investiga la Fiscalía Segunda Contra el Crimen Organizado, se acusa a los socios principales de la empresa y a su representante en Brasil por blanqueo de capitales, después que las autoridades brasileñas que desarrollaron la operación ‘Lava Jato' calificaran a la firma como ‘una organización criminal que se dedica a ocultar activos de origen sospechoso, para lo cual se valieron de estructuras corporativas y financieras'.

‘Mossack & Fonseca sabía quién era el beneficiario final de todas las empresas que creaba... la prueba está en lo que encontraron en los archivos de los 11.5 millones de documentos filtrados a la luz pública, propiedad de Mossack Fonseca. Aparecieron los nombres de los beneficiarios finales, lo cual prueba que sí conocían las identidades de los beneficiarios finales de las sociedades que constituía', manifestó a este diario el economista Francisco Bustamante.

La pregunta que se hace Bustamante —y muchos más— es si el beneficiario solicitó a la firma un esquema para ocultar sus bienes, o si la firma lo ofrecía como parte de sus servicios para este propósito.

‘Esto último, en algunos países es un delito. Lo que es lícito en Panamá, es hacer sociedades anónimas y asesorar a los clientes a aprovechar las leyes que le benefician fiscalmente. En otros países también existe eso', indica el economista. La diferencia es que en aquellos otros países la defraudación fiscal es delito. En la legislación panameña de prevención del blanqueo de capitales, existen 36 delitos precedentes. Entre estos no se encuentra el tema fiscal tributario ni el contrabando.

MOSSFON TRUST

La firma contaba con una gran variedad de productos y servicios para sus clientes, pero en definitiva, los brazos rentables los componían Mossack Asset Management (Mamsa), la fiduciaria (Mossfon Trust), que nació en 1993, y el bufete que creaba sociedades anónimas en masa.

LA FIRMA MF

Contaba con tres brazos comerciales: sociedades anónimas, Mamsa y Mossfon Trust

La fiduciaria ofrecía servicios a los clientes para optimizar el pago fiscal.

El bufete firmaba un contrato con el cliente en el que se especificaba que la firma no brindaba asesoría fiscal, y que éste era responsable de cumplir con sus obligaciones en el país de residencia.

‘El gestor, el arquitecto de cualquier servicio que saliera de lo típico de un abogado recaía en la fiduciaria', señaló un excolaborador de la firma que ha explicado a fondo el funcionamiento de los servicios que ofrecía el despacho, y que solicitó anonimato. El departamento consistía en una oficina de asesoría en la que el cliente solicitaba un plan de inversión para su dinero.

El gerente de la fiduciaria hasta el 2010-11 fue el jurista Ramsés Owens. Luego, Egber Wetherborne, otro abogado del despacho que firmó un acuerdo escrito con la gerencia para convertirse en promotor de la fiduciaria y con el contactó La Estrella de Panamá.

Esto implicaba relegar los clientes a sus colegas y viajar a promocionar los servicios. Eventualmente, por el volumen de trabajo Wetherborne volvió a atender a los clientes dos años más, tiempo que combinó con su rol comercial.

María Mercedes Riaño, representante de Mossack Fonseca Brasil, acusada de lavado de activos, explicó a la Fiscalía que en la fiduciaria se desarrollaban sofisticados esquemas para la evasión de impuestos.

SERVICIOS

‘En la fiduciaria se estructuraban fideicomisos, fundaciones de interés privado y se ofrecían servicios más complejos como incorporación de sociedades en jurisdicciones onshore incorporadas de alta tributación, porque venían de países con más exigencias; offshore era lo tradicional', manifiesta Egbert Wetherborne.

Añade Wetherborne que esta sociedad onshore , aun cuando generara eficiencia tributaria, obligaba al beneficiario a declarar. ‘Toda persona que utilice una sociedad no es relevada de sus obligaciones de origen, por eso es que debe acompañarse de un asesor local'. Wetherborne enfatiza que para prevenir que un cliente hiciera evasión de impuestos, lo primero era advertirlo frente a frente en reuniones y recordarle su obligación de asesorarse. ‘Las palabras se las lleva el viento, pero lo que se usaba en la fiduciaria era firmar un contrato en el que se reconocía que no se daba al cliente una asesoría fiscal, y que estaba obligado a cumplir con sus obligaciones de origen', indicó.

El entrevistado negó rotundamente que la fiduciaria, Mossfon Trust haya sido un vehículo para el blanqueo de capitales. ‘Lavar plata es conocer el origen ilícito de un recurso y permitir que entre en el sistema. Si yo conociera eso, no lo podría permitir', exclamó este hombre que trabajó siete años en la firma.

A juicio de Wetherborne, la asociación de la firma al blanqueo de capitales se debe a las deficiencias identificadas en la información que se les sustrajo. Ciertas o no, ‘potencialmente pueden encontrarse en todas las empresas que se dedican a este negocio de incorporación de sociedades en grandes volúmenes. Una de las razones de las falencias es el hecho de que la debida diligencia como obligación legal ha ido cambiando con el tiempo para enfrentar las nuevas modalidades criminales que nos acechan', manifiesta Wetherborne.

Ramses Owens no quiso hacer comentarios acerca de su labor en la fiduciaria.

EL EQUIPO ESPECIALIZADO

En la fiduciaria se elaboraban estructuras que requerían la intervención de contadores, asesores, expertos en materia fiscal, tratados bilaterales y todas las herramientas para optimizar el pago de impuestos que en algunos países se permiten. De manera que el cliente sea menos castigado fiscalmente. Regulada por la Superintendencia de Bancos, gestaba ‘todos los productos agresivos o inusuales', dice el excolaborador. En ella trabajaba un ‘financial team' o equipo financiero, encargado de revisar las transacciones que manejaban de los clientes. A estos se les llamaba los ‘fully manage company ' (empresas a las que se les brinda un manejo completo).

El equipo financiero tenía acceso a las cuentas de los clientes, eran firmantes autorizados. Muchas de esas cuentas venían respaldadas por un contrato de compra venta, facturas, etc.

El fully manage company era un servicio que proveía la fiduciaria a las compañías que requerían desde los típicos directores nominales hasta los firmantes en la cuenta bancaria. ‘Era un servicio fiduciario y al cual también se le aplicaba completa debida diligencia', agregó el excolaborador de la firma.

El equipo financiero tenía acceso a las cuentas de los clientes, eran firmantes autorizados. Muchas de estas transacciones venían respaldadas de cuentas por un contrato de compra venta, una factura, etc.

Este equipo financiero era el encargado de revisar y manejar las cuentas administradas para los clientes. Realizaban las transacciones de acuerdo a lo solicitado por cada uno, con el debido sustento.

‘Al abogado le era difícil distinguir si un cliente era honesto con el origen del dinero', añade el informante anónimo, quien describe que en la fiduciaria se vendía, por ejemplo, un servicio llamado ‘trading', que consistía ‘en comprar productos a través de un agente intermedio a una compañía internacional que después terminaba en el cliente.

En ocasiones, la fiduciaria administraba el trading ', explica, ‘y es donde entraba en juego la maquinara, o las personas autorizadas en las cuentas, para lograr transferencias.

‘La legalidad de las transacciones dependía del país donde se efectuaba, en algunos podía interpretarse como evasión fiscal; en otros, donde no es penalizado, era legal', afirma.

Como paréntesis. El art. 6 de la Ley 2 de 2011 establece que el abogado, actuando como agente residente, debe saber quién es el beneficiario final. Y cuando actúa para un intermediario, éste le debe proveer la información. La legislación, sustituida posteriormente con la Ley 23, no establecía la obligatoriedad de reporte. No obstante, la Ley 2 de 2011 da un plazo de cinco años para que se obtengan los beneficiarios de las sociedades creadas previas a esa fecha. Y a partir de la promulgación de la ley en 2011, los abogados sí debían conocer y tener los datos del beneficiario final.

El trading se emplea cuando el cliente utiliza una compañía extranjera para intermediar en la venta de un producto o servicio. Es la misma situación que ocurre cuando existe un ‘corredor' o ‘broker' como intermediario en una transacción. Que el dinero ‘termine en el cliente' depende de la participación que tenga éste en la compañía intermediaria.

‘La firma otorgaba los medios, constituía las sociedades y le facilitaba un esquema corporativo, mas no fiscal, todo dependía de las instrucciones del cliente y sus asesores legales y fiscales dentro del domicilio comercial', indicó la fuente.

Hay que señalar que en el bufete habían dos departamentos de cumplimiento, uno interno y otro para asuntos externos. De hecho, era uno de los más grandes del mercado.

Anteriormente, la ley no exigía a los abogados hacer una investigación tan a fondo sobre sus clientes. En todo caso, la banca podría detectar con mayor capacidad transacciones sospechosas porque el negocio estaba más controlado que los entes no regulados.

La recién aprobada Ley 23 de 2015, que extiende la obligación de lavado de dinero que tenían los bancos y entes financieros a los abogados, obliga a estos profesionales y todos los que intervienen en el proceso, a conocer al cliente y al destinatario de los fondos.

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