La batalla que libra Martinelli va más allá de la Corte de Florida

Actualizado
  • 18/06/2017 02:00
Creado
  • 18/06/2017 02:00
El expresidente tendrá que lidiar con los argumentos de la Fiscalía y con su reciente realidad carcelaria

El expresidente Ricardo Martinelli libra su última batalla legal a más de seis mil kilómetros de distancia de su tierra natal. Pero al mismo tiempo podría iniciar otra gran contienda en Panamá, si el juez Edwin Torres, de la Corte del Distrito Sur de la Florida, considera que los argumentos del gobierno panameño son lo suficientemente robustos para conceder su extradición.

En la audiencia prevista para el próximo martes se discutirán en detalle los alegatos de parte y parte antes de decidir el futuro de Martinelli, el primer expresidente panameño sometido ante una corte extranjera.

La Estrella de Panamá relatará desde Miami sus reacciones, las estrategias de los abogados y el escenario general en el que se pronunciará una decisión histórica en materia jurídica para el país.

El martes, Martinelli ingresará nuevamente al recinto donde se celebrará la audiencia. Se sentará frente a funcionarios norteamericanos con tareas muy puntuales.

Autoridades jurídicas impermeable a la influencia política, el amiguismo y el clientelismo con los que el expresidente supo hacerse fuerte en Panamá.

El fiscal norteamericano que ‘abogará' por el Estado panameño para consolidar la extradición es Benjamin Greenberg, quien lleva bajo el brazo un argumento muy detallado de la forma en la que el expresidente interceptó los teléfonos de sus ‘blancos', los siguió, violó sus correos, difundió las conversaciones a las redes, y usó los dineros del Estado para la compra de sofisticados aparatos de espionaje que podían registrar conversaciones a largas distancias e identificar la localización del aparato intervenido.

Desde el 10 de junio, fecha en la que el exmandatario fue detenido en su residencia por los agentes federales, Martinelli ha permanecido encarcelado.

Quien una vez se consideró el hombre más poderoso del país, ha pasado nueve días y ocho noches en una celda austera, sin televisión, reloj, celular, caprichos gastronómicos y horario restringido. Le marcan las horas de los alimentos, limitan sus llamadas telefónicas, le dicen cuando tiene que acostarse y cuando despertarse y le señalan incluso cuando se puede bañar.

Su activo Twitter y los chats para los más amigos, están mudos. De la rapidez con la que respondía en redes sociales, donde podía disparar hasta diez mensajes en menos de un minuto, ha pasado a un silencio sepulcral.

Curiosamente, el último mensaje de su cuenta se emitió después de su captura, el 12 de junio, en el que señaló: ‘Creo que los opositores al gobierno descubrieron que es mejor protestar frente al Miramar que ir al parque de la catedral. Error que se paga'.

El exmandatario aún no ha recibido visitas de nadie, solo sus abogados han podido hablar con él.

Su esposa Marta Linares sigue en Panamá, pero envió a su abogado a EE.UU.. La situación familiar es aún más complicada, porque sus hijos varones también tienen una orden de arresto.

El Ricardo Martinelli que veremos el 20 de junio en la audiencia, sin duda, tendrá un semblante muy distinto al que nos tiene acostumbrados. Adelita Coriat te lo cuenta desde Miami.

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