Arnulfo Arias, del regreso triunfal a la cárcel Modelo

Actualizado
  • 01/09/2017 02:06
Creado
  • 01/09/2017 02:06
Arnulfo Arias Madrid, un líder indiscutible de esta generación de panameños, estuvo exiliado y encarcelado. La lucha nacionalista que protagonizó es su legado a todo un país

El 13 de octubre de 1945, Panamá amaneció como si estuviera de fiesta. La ciudad estaba llena de carteles que anunciaban la llegada de Arnulfo Arias Madrid, bajo el lema: ‘ya viene el hombre'.

Desde muy temprano, cientos de personas se agolpaban en las inmediaciones de la terminal de Albrook superando los controles que la policía zoneíta había establecido para esos fines.

Por fin, en horas de la tarde, el avión que traía al expresidente arribó a la terminal. Los tan esperados pasajeros fueron recibidos por la familia Linares, diputados, funcionarios públicos y amigos.

Para trasladarse a la ciudad de Panamá, Arias Madrid abordó un automóvil, que lo esperaba, y seguido de varios carros se dirigió a la Plaza de Lesseps, que quedaba detrás de la actual Asamblea Nacional.

Del brazo de su esposa, Ana Matilde Linares, se bajó del automóvil. Una muchedumbre de miles de personas lo rodeaba y lo acompañó en un recorrido hasta la Plaza de Santa Ana, donde se había convocado a un mitin como una muestra de respaldo.

Los periódicos de la época reportaron el recibimiento apoteósico brindado ese día a Arias Madrid, sin precedentes en nuestro país.

Eran tantas las personas que se agolpaban en su camino, con el ánimo de verlo y saludarlo, que este recorrido, tan corto, entre la Plaza 5 de Mayo y Santa Ana le tomó a la pareja casi dos horas.

El momento cumbre llegó: Arias Madrid se dirigió a sus simpatizantes. El tema de las relaciones entre Panamá y Estados Unidos exaltó los ánimos.

Sin pelos en la lengua, el político dijo que el país se había comportado como un socio fiel, sacrificándose a favor de la potencia del norte, al punto que había permitido que la nación norteamericana dividiera nuestro territorio en dos partes. A este noble gesto del pueblo panameño, Estados Unidos respondía con solicitudes humillantes y mezquindades, expresó el político.

Miembros de la policía de Panamá, dirigidos por el coronel Bolívar Vallarino, se acantonaron en los alrededores del mitin para evitar desórdenes. Pero, al final del discurso de Arias Madrid, una multitud enardecida empezó una trifulca con los uniformados, a los que se sumó el líder político tildándolos de corruptos. Al coronel Vallarino lo calificó de traidor.

El país estaba conmocionado por la presencia de Arias Madrid. Por donde pasaba, la gente gritaba ‘¡presidente!', los carros sonaban las bocinas y los pasajeros de los buses gritaban frases de apoyo.

Los periódicos de la época, en especial el Panamá América , propiedad de Harmodio Arias Madrid, contribuían diariamente a exaltar la figura de Arias Madrid.

El 21 de diciembre de 1945, en la ciudad de Colón, un grupo de jóvenes seguidores de Arias Madrid intentaron tomarse el cuartel de la policía de esa provincia, la central de teléfonos y otros despachos, pero fueron reprimidos por las fuerzas del orden público.

En ese incidente hubo varios muertos y heridos. Todos los indicios apuntaban a que el autor intelectual de estos hechos era Arias Madrid, ya que el plan de los complotados, entre otras razones, guardaba mucha similitud con el movimiento de Acción Comunal, en 1931, que derrocó al presidente Florencio Harmodio Arosemena, promovido por el líder Panameñista.

Arias Madrid fue detenido en la ciudad de Panamá, junto a sus dos cuñados y decenas de sus simpatizantes, y fue enviado a la Cárcel Modelo.

El líder político negó a la prensa su participación en los hechos ocurridos en Colón. Arias Madrid dijo a los medios de comunicación que los que provocaron estos actos eran unos locos, que de haber sido suya la idea habría comandado personalmente la intentona golpista, ya que su costumbre era asumir el mismo riesgo que sus hombres.

En la cárcel se dedica a la lectura y a respaldar a sus compañeros de prisión. Es precisamente en esta etapa de su vida que se consolida el movimiento Panameñista, una ideología política que ha perdurado hasta nuestros días y que le permitió aspirar y ganar en dos ocasiones más la Presidencia del país.

Luego de algunos meses en prisión se solidariza con una huelga de hambre que promovieron sus amigos, con el fin de llamar la atención de la opinión pública y la clase política para que el presidente Enrique Jiménez les concediera una amnistía.

La salud del líder político se vio afectada por la huelga de hambre. Enfermó y fue trasladado de la Cárcel Modelo al Hospital Panamá, donde permaneció varios meses, hasta que el 10 de agosto de 1946 es liberado tras consignar una fianza de $200.

EPÍLOGO

Arnulfo Arias Madrid fue un ser humano excepcional. Nació en un pueblo humilde de nuestras campiñas interioranas (Río Grande, en Coclé). Gracias a sus esfuerzos y deseos de superación llegó a la cúspide de nuestra sociedad y a dirigir en tres ocasiones los destinos de esta nación.

A través de la colección de un sin número de documentos que poseo, he tenido la oportunidad de conocer sus más íntimos pensamientos, los que he compartido con ustedes durante cinco días.

Esta humilde recopilación está centrada en los cientos de páginas escritas de puño y letra de Arias Madrid, quien tenía la costumbre de apuntar cada detalle de su vida. Una información que he rescatado de las inclemencias del tiempo.

Deseo agradecer profundamente a ‘La Decana', La Estrella de Panamá , a su equipo de profesionales, quienes desde el principio, al leer parte de mis documentos, me convencieron de publicarlos.

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