Embajador de Italia: 'Los europeos no conocen el potencial de Panamá'

Actualizado
  • 21/11/2019 06:47
Creado
  • 21/11/2019 06:47
Massimo Ambrosetti es el enviado de Italia a Panamá para fortalecer las relaciones entre ambas naciones. Conversamos con él sobre migración y sus planes especiales para el país

El nuevo embajador de Italia en Panamá, Massimo Ambrosetti (1963, Padua), nos recibe en la residencia diplomática italiana, a pocos metros del Parque Omar. Camina despacio hacia la entrada, junto a su esposa Elena, ambos sonríen con gentileza. La casa que le ha tocado por su cargo es amplia, luminosa y decorada con muy buen gusto italiano: lujosa pero no ostentosa. Afuera: una lluvia torrencial; adentro, ganas de conversar.

Ambrosetti se sienta plácido en un sillón de la sala que da al jardín y puede apreciarse una imponente piscina al fondo y, tras un sorbo de café negro, comienza la plática. Su dominio del español dice mucho de las ganas que tenía de cruzar el Atlántico y de sus inclinaciones hacia nuestra cultura, gastronomía y gentilicio. “Un embajador no descansa. Siempre hay algo que hacer”, dice.

Hay una cierta preocupación por el ángulo de la cámara y el foco; sin embargo, la disimula bien al entender que la luz roja está encendida. Hay un orgullo por sus símbolos patrios que solo permite verlos, pero no tocarlos. Hay un aire de timidez que no acaba ocultarse.

Eran las 10 y 30 de la mañana. Hablamos de políticas, migración y de su plan especial para Panamá.

Este erudito diplomático ocupó puestos claves en Bruselas y desde hace un año vino a sustituir a Marcello Apicella.

Su bandera insignia: cultivar las relaciones culturales, compartir la educación de su nación. Aquí un italiano un poco atípico al que no le gusta el fútbol, pero que se aboca a los libros.

No podría imaginar la escena al momento que fue enviado a Panamá, ¿podría describirla?

Estaba como representante permanente adjunto de Italia en Bruselas, entonces, en un almuerzo de trabajo con el nuevo ministro de Relaciones Exteriores, le manifesté mis deseos de ser embajador y el ministro me dijo que la próxima embajada a la que debían asignar un diplomático era Panamá. Me interesó muchísimo, era una cosa muy diferente a lo que estaba acostumbrado. Era un desafío: una región que no conocía y que llamaba mi atención. Era un interés histórico. Me proyectaba una nación con dimensión, nueva, moderna, dinámica. Me imaginaba cómo sería la naturaleza. Pero te confieso que era un poco ignorante con el tema de Panamá (sonríe sonrojado). Conocía lo que se sabe en Europa, la historia del Canal… y el boxeo. Panamá para mí fue un descubrimiento. Tuve que estudiar muchísimo.

¿Le hemos decepcionado?

¡No, no! Para nada. Me ha asombrado muchísimo la riqueza cultural de este país.

¿Estando aquí se siente un poco en casa pese a las diferencias?

¡Claro que sí! Hay lazos culturales enormes. Los italianos aquí se sienten en casa. Entre los primeros residentes ciudadanos italianos en el mundo, está Panamá. Hubo un grupo de genoveses que llegaron con los primeros españoles. La presencia de los italianos es muy activa. La última cifra que manejamos es de 12 mil italianos en el Istmo, entre generaciones diferentes.

Lleva casi un año en Panamá, ¿qué semejanzas encuentra entre los italianos y los panameños?

Hay mezcla de cosas muy tradicionales. Somos muy dinámicos. Uno comprende que aquí hay un valor de la familia muy fuerte, como existe entre los italianos. Somos dos países que estamos cambiando, con tradiciones arraigadas, pero que no tenemos que salir hacia adelante.

¿Tiene algún plan especial para acercar más a los dos países?

Además de las instrucciones de nuestro Gobierno, una cosa que queremos llevar como bandera insignia es la colaboración para fortalecer los lazos culturales y la cooperación con las universidades. El rector de la Universidad de Siena, una casa de estudios muy antigua, firmó en Panamá un convenio con el rector de la Universidad de Panamá para fortalecer la cooperación en educación. También alumnos del Colegio Enrico Fermi harán un intercambio académico. El sistema universitario italiano está abierto para Panamá. La educación es un valor que estamos impulsando con la delegación europea para emplear, con estudiantes de América Latina, el programa Erasmus (Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios). Esto genera un cambio enorme para los países.

¿Cómo se ve Italia en el mundo?

Hay mucha simpatía y hay una gran cantidad de italianos en América Latina. Italia se ve con buenos ojos por sus lazos, que es lo importante.

La Unión Europa es muy criticada, pero, comparado con lo que hay por estos lados, no está tan mal...

El proyecto de la integración europea es un patrimonio increíble. Es de hecho muy fructífero. Pero el mundo cambia, Europa no es el centro del mundo. Hay que pensar en un futuro común.

¿Imagina una integración así en América?

Tengo entendido que se intentó con el Mercosur. Si se hiciera sería una ventaja estructural, así como en la integración europea, ser involucrados en un mismo espacio donde hay libertades.

Ya hemos analizado un poco la unión cultural y social entre Panamá e Italia, hablemos de lo comercial, ¿las empresas italianas se animan a invertir a Panamá?

Sí. Panamá es un hub logístico, una plataforma para proyectarse en otros mercados de la región y eso lo vemos los italianos y les atrae a los empresarios. Hay un crecimiento importante en las exportaciones a Italia. Pero lo que debemos hacer es que Panamá se conozca en Europa. El potencial no está conocido. Los europeos no conocen el potencial de Panamá. Además, es un país sólido en su economía. Es fuerte en su producción agroalimentaria. Todo el sector agropecuario es muy interesante y atractivo para la cooperación. Italia tiene empresas que están muy desarrolladas, tiene una estructura industrial que puede cooperar con Panamá. Y es una posibilidad de cooperar con mucha flexibilidad.

En Italia aún sigue vigente el decreto  de prohibición de entrar en aguas territoriales a barcos con migrantes que aprobó el anterior Ejecutivo, Matteo Salvini, y el actual primer ministro Giuseppe Conte ha manifestado 'continuar con una gestión multinivel, estructural y no de emergencia', viniendo de un país drástico en decisiones migratorias, ¿cómo ve estos movimientos en América?

Los movimientos migratorios son un desafío estructural. Creo en lo que una vez dijo el papa Francisco: 'tenemos que tener un modelo de integración'. No podemos ver la migración con ojos populistas. Este va a ser uno de los problemas estructurales, no solo en Europa y América, sino en todo el mundo.

Ya como última pregunta y aquí entre nosotros: ¿cómo es que a un italiano no le guste el fútbol?

(Risas) Y tampoco veo las series de Netflix. Me llevo bien con la tecnología, pero no soy un usuario activo. La tecnología es adictiva si no se usa bien. Prefiero leer literatura latinoamericana, como a Vargas Llosa y a Jorge Luis Borges, para mejorar mi castellano.

UN ITALIANO CON UN PLAN ESPECIAL
En julio de 2018 fue nombrado embajador de Italia en Panamá con acreditaciones secundarias en Haití, Antigua y Barbuda, San Cristóbal y Nevis.
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