Universitarios contra la pandemia

  • 25/09/2020 00:00
Los mercados y centros de distribución responden a necesidades desatendidas por muchísimos años en el urbanismo panameño. Aunque en el centro de la ciudad de Panamá hay zonas con buena mezcla de usos, al alejarse del centro los vecindarios se van haciendo más homogéneos en cuanto a tener gran predominio de viviendas, mientras que las vías principales comienzan a mostrar casi exclusivamente comercios

Hoy hace seis meses entró en vigor la cuarentena nacional obligatoria en Panamá. El primer caso de covid-19 en nuestro país se comunicó oficialmente el día 8 de marzo, aunque ya existían fuertes rumores de un brote en un colegio público. Al 22 de septiembre se registran más de 31.8 millones de casos en el mundo y 976,545 mil fallecidos, acercándose a un millón. Mientras tanto, en Panamá, los casos confirmados superan los 107 mil y los fallecidos llegan a 2,285. Panamá está en el lugar número 15 de 215 países en mayor cantidad de muertes por millón de habitantes, según la base de datos Worldometers. En un sondeo reciente de cerca de 1,300 estudiantes de arquitectura, diseño y carreras afines en el país encontramos que, en nuestra Facultad de Arquitectura y Diseño, 124 estudiantes han perdido familiares que fallecieron por covid-19.

Aunque en el centro de la ciudad de Panamá hay zonas con buena mezcla de usos, al alejarse del centro los vecindarios se van haciendo más homogéneos en cuanto a tener gran predominio de viviendas, mientras que las vías principales comienzan a mostrar casi exclusivamente comercios.

El 12 de marzo, la Universidad de Panamá suspendió las clases presenciales que en ese momento eran cursos de verano, medida muy atinada. Luego el inicio de clases del primer semestre se suspendió del 6 de abril al 20. Durante ese tiempo miles de profesores nos dedicamos a capacitarnos de una manera u otra para cambiar en poco tiempo de dar cursos presenciales a virtuales. La virtualización obligada y rapidez de la educación desde el preescolar hasta posgrados fue un fenómeno concurrente a nivel global.

Surgieron preocupaciones en la sociedad, los padres de familia se preguntaban si se perdería el año escolar. Circulaban memes de construcciones mal hechas, indicando que así serían los trabajos de quienes terminarán sus carreras en modalidad virtual.

Autoridades, profesores, estudiantes y administrativos de la comunidad universitaria plantamos cara al reto y meses después la universidad cuenta con, no una, sino varias plataformas digitales oficiales con: Moodle, GSuite y Office 360. Algunos de estos recursos existían desde antes, pero ampliar rápidamente la escala de implementación y añadir nuevas soluciones no fue tarea pequeña; la matrícula ronda los 65 mil estudiantes en todas las sedes del país. Algunos profesores hemos tenido que aprender un poco de cada una de las plataformas y encontrar la que mejor se nos da y se ajusta a nuestros cursos. Incluso hay profesores que, cumpliendo 75 años, se retirarán al final de este año académico y han tenido que aprender a virtualizar sus cursos en la recta final de su carrera.

Entre distintas maneras de lidiar con la situación, la Escuela de Arquitectura diseñó, en nuestra facultad, los siguientes proyectos para los estudiantes cuarto a octavo semestre respectivamente: Cocinas nube (Cloud Kitchens), Minimercados, Centros de abastecimiento y Centros de salud. El marco de los proyectos fue crisis sanitaria mundial: alimentación, abastecimiento y salud. Cabe mencionar que al inicio de la cuarentena el taller de impresión tridimensional de la Facultad de Arquitectura y Diseño, con sus propios materiales, recursos y donaciones del personal y allegados, fabricó y donó caretas de bioseguridad a centros de salud, trabajadores esenciales y otros que las necesitaban, cuando escaseaban.

En uno de mis cursos de urbanismo hicimos el 'reto del meme', donde cada estudiante dibujó a mano un pequeño recuadro que hiciera alusión a las circunstancias y lo podía subir a sus redes sociales y etiquetar a las del curso; el que tuviera más 'me gusta' tendría puntos adicionales de apreciación. El ejercicio planteaba considerar los cambios que estábamos experimentando a nivel personal, para luego analizar cómo impactaban a escala del vecindario, el corregimiento y la ciudad.

Plano urbano

Los mercados y centros de distribución responden a necesidades desatendidas por muchísimos años en el urbanismo panameño. Aunque en el centro de la ciudad de Panamá hay zonas con buena mezcla de usos, al alejarse del centro los vecindarios se van haciendo más homogéneos en cuanto a tener gran predominio de viviendas, mientras que las vías principales comienzan a mostrar casi exclusivamente comercios. Recientemente, connotados urbanistas internacionales han observado que en tiempos de cuarentena “los barrios en donde todo queda cerca eran mucho más fáciles de vivir”.

Esto hace ver que iniciativas como la 'ciudad de los 15 minutos' en París y la estrategia de 'supermanzanas' en Barcelona, que ya se habían iniciado antes de la pandemia, se conjugan para bien en el escenario actual.

La enfermedad ocasionada por el SARS-CoV-2 ha cobrado la vida de miles alrededor del mundo.

Durante estos tiempos de cuarentena en Panamá, el comercio electrónico ha hecho también grandes avances. En nuestra ciudad no tenemos mercados públicos en distintos corregimientos y barrios, que, con un diseño abierto y con ventilación natural en las áreas de alimentos secos, pudieran seguir funcionando con mayor seguridad que los supermercados con aire acondicionado.

Propuestas

A lo largo de los años distintas administraciones del Gobierno Central y gobiernos locales han prometido estrategias de mercados periféricos y cadenas de frío que no han dado frutos. Ese tipo de proyectos serviría para poner al consumidor en contacto más directo con el productor y promover la sana competencia en precios.

En su defecto, esa demanda ha venido a saciarse entre aplicaciones de comercio electrónico por entregas, servicios de entrega de los comercios y, en modo más rudimentario, por camiones vendedores de vegetales que pasan pregonando por megáfono a volumen de ruido perjudiciales para la salud y que riñen abiertamente con la necesidad de concentrarse para trabajar, estudiar, investigar e impartir cursos de casa como hacemos hoy. Más allá de eso, no se puede saber si quienes pasan están autorizados con permiso para venta ambulante y manipulación de alimentos. Si abiertamente violan los decretos que reglamentan el volumen de ruido, ¿qué se puede esperar?

En los talleres que dirigí, modificamos los proyectos de diseño de mercados y centros de distribución de manera que en cada uno de ellos, durante la cuarentena, los usuarios pudieran consumir de las siguientes tres maneras: a) haciendo un encargo a domicilio; b) haciendo una compra y retirando el pedido a pie; y c) retirando el pedido a manera de 'auto rápido'. El diseño suponía que el negocio habilitaría las aplicaciones de tecnología necesarias para funcionar de esta manera y que, al terminar la pandemia, se pudieran conjugar estas modalidades de compra con la apertura del interior del negocio a los compradores. Para muestra, imágenes de dos proyectos destacados.

Recientemente se han retirado varias restricciones de movilidad y esto, aunque responde a un reclamo de la sociedad, no quiere decir que hayamos superado el riesgo de infección. Cada día los casos de nuevas infecciones se registran por centenares y los fallecimientos superan en promedio la decena.

En pocos días se podrá observar cómo se reflejará la apertura del lunes 14 en las nuevas cifras de infectados. Recientemente fue el equinoccio de otoño del hemisferio norte y viene el invierno. En otras ciudades del mundo se contempla entrar en nuevas cuarentenas y es imposible predecir lo que ocurrirá en nuestro país y cuándo saldremos de esto por completo. Pase lo que pase, desde la Universidad seguiremos aportando soluciones para diseñar un futuro mejor.

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