El Parque de Santa Ana, un antes y un después

Actualizado
  • 02/01/2020 00:00
Creado
  • 02/01/2020 00:00
La historia del barrio de Santa Ana y Carlos A. Mendoza, uno de sus hijos distinguidos, son temas de gran interés y aspectos de arquitectura y urbanismo del Casco Antiguo y más, están bien documentados en los libros de Eduardo Tejeira
Figura del suelo de la Peatonal. Infografía elaborada por el autor, en 2020, con datos geoespaciales del Instituto Nacional de Estadística y Censo de 2014) y fotografías propias.

Originalmente, la Iglesia de Santa Ana era de madera y era la parroquia del extramuros. La ciudad consistía entonces del intramuros y, más allá de la explanada y algunas manzanas del Arrabal, en lo que hoy son Santa Ana y El Chorrillo.

La explanada era un espacio, casi sin construcciones entre la muralla y la ciudad fuera de ella. Su función era para defensa, en algunos planos se proyectó como un foso inundable. Algunas de las parcelas del arrabal se muestran en el mapa con cobertura vegetal. La Avenida Central es un camino, y a partir de lo que hoy es Calle 15, hay una sola hilera de edificaciones a cada lado de la vía; por unos cien metros, más allá de eso, el mapa muestra solo vegetación silvestre.

La iglesia de Santa Ana queda frente a la Avenida Central, que es una de las principales vías estructurantes de nuestra ciudad. Se extiende desde calle 1era y empalma con la Vía España, extendiéndose hacia el este de la ciudad, a través zonas comerciales y el centro bancario.

En 1751, se reemplaza el edificio de la iglesia por uno con muros de mampostería y que sería reconstruido en los siglos XIX y XX, quedando como lo conocemos hoy día.

El Hospital de Santo Tomás de Villa Nueva, quedaba al lado de la iglesia, antes de ser trasladado al complejo en el barrio de la Exposición, en 1924.

En 1756, según el plano de la Plaza de Panamá y el proyecto para su reparación, por Agustin Crame, se observaba una mayor consolidación en las manzanas del arrabal. Dentro de las murallas, la ciudad estaba medio vacía, tras una serie de incendios. Mientras tanto, mucha población se asentaba en Santa Ana y se construían allí nuevas viviendas.

En 1756. En el Plano de la Plaza de Panamá y el proyecto para su reparación, (Agustin Crame), se observa mayor consolidación en las manzanas del arrabal.

Como es sabido, el 28 de noviembre de 1821, Panamá se independiza de España y se une a la Nueva Granada, dando paso del período colonial al departamental. A continuación, para ilustrar un poco la situación cito dos extractos del libro Ciudad City; El Casco Antiguo de la Ciudad de Panamá, de Eduardo Tejeira Davis, que a su vez refieren a otras fuentes:

“El informe que Mariano Arosemena presentó en 1836 como jefe político del Cantón de Panamá es un documento invaluable para visualizar la ciudad de Panamá en ese 'período oscuro' entre la independencia de 1821 y mediados de siglo. Ofrece información sobre el estado de la salud, higiene, educación, nacimientos y defunciones; interesantes son las 200 casas de teja que se contaron en la parroquia de San Felipe frente a 352 en Santa Ana, donde también había 83 'casas de paja', aunque aquí hay que recordar, que Santa Ana era extensísima e incluía el hinterland rural de la ciudad. (Publicado en Arosemena, Mariano, 1979. Historia y Nacionalidad. Panamá).

“En 1843 se contaron 4,897 habitantes, y según este censo, en Santa Ana vivía algo más de la mitad de la población.” Citado de a Susto, Juan, 1960. Censos Panameños en el siglo XIX.

En 1855 inicia operaciones el Ferrocarril Interoceánico. Y, en 1856, nace Carlos A. Mendoza en Santa Ana, ciudad de Panamá. Ese año también nace Belisario Porras, en Las Tablas. Ambos personajes vinculados a la historia de este barrio.

Mendoza se gradúa de abogado en 1875. A lo largo de su vida fue un político liberal, fungiendo en el partido en una carrera ascendente que inicia con el cargo público de archivero. Formaba parte de una corriente izquierdista de su partido, conocida como el grupo 'del arrabal santanero'.

Se cristaliza un proyecto

En 1890 se inaugura el Parque Santa Ana, el 28 de noviembre. El discurso lo presenta Carlos A. Mendoza, secretario de la Junta Directiva de las obras. En este agradece al Cabildo por llevar a efecto la obra, encomendando a la junta y brindando fondos por mil pesos.

El Gobierno del Departamento aportó otros mil. Agradece también a la Compañía del Ferrocarril de Panamá por haber transportado gratuitamente los materiales y por haber donado asientos. Agradece a patronos donantes de 36 bancas de hierro y madera, a otros por seis hermosos jarrones y sus zócalos. También agradece fondos recibidos de panameños en el exterior y la donación de servicios de comisionistas en Nueva York. Todo un ejercicio de cooperación entre instituciones y negocios, con participación ciudadana.

Exaltó también en su discurso el aporte de embellecimiento del parque para la ciudad así como de comodidad, al desaparecer la polvareda de la estación seca y lodos cuando llovía; y de higiene pública, al actuar los árboles y flores como purificadores del aire e incentivar a muchas familias a participar de una vida ciudadana activa y saludable.

Su discurso también llamaba a la población a hacer buen uso del parque como un bien de familia, valorando un aprecio por este; y exhortaba también a un comportamiento correcto, de modo que fuera un lugar amigable a hombres y mujeres.

En 1903 Mendoza redactó el Acta de Independencia de Panamá y fungió como Secretario de Hacienda. En 1919 llegó a ser el tercer presidente de Panamá y el primer presidente afrodescendiente de América y hasta ahora el único en Panamá. Llegó a la Presidencia de marzo a septiembre de ese año por ser el Segundo Designado por la Asamblea Legislativa para el cargo, tras la muerte del presidente José Domingo de Obaldía y del Primer Designado, José Agustín Arango.

Plano de la ciudad de Panamá, Bertoncini, 1904.

Se le reconoce durante su mandato, haber creado oportunidades de educación con amplio alcance social: construyendo escuelas y no solo en la capital, también impulsó educación experimental para el sector agropecuario. Autorizó los estudios para la construcción del Ferrocarril de Panamá. Más adelante en su vida, fue periodista y fundador de diarios.

En 1912, se construye la estación del Ferrocarril en la Plaza 5 de Mayo, a unos ochocientos metros del Parque de Santa Ana y en 1914 ocurre la Explosión del Polvorín, tras lo cual se conmemoró dos años después con un monumento en la Plaza 5 de Mayo, a los bomberos fallecidos.

El tramo entre el Parque de Santa Ana y la Plaza Cinco de Mayo es uno de los corredores principales a lo largo del cual la ciudad creció desde San Felipe.

En 1915, se divide la ciudad de Panamá en cuatro barrios: San Felipe, Santa Ana, El Chorrillo y Calidonia. Según el Acuerdo Municipal Nº 6 del 29 de abril de 1915, durante el primer período presidencial de Belisario Porras (1912-16). Estos barrios son hoy en día corregimientos. En 1916- Fallece Carlos A. Mendoza y, en 1942, Belisario Porras.

Transformaciones en la historia

Cien años después de la inauguración del parque de Santa Ana, durante la década de 1990, la Avenida Central se hizo peatonal desde el Parque de Santa Ana, hasta la Plaza 5 de Mayo y así ha continuado hasta el presente.

En 2013 inaugura la Zona paga del Marañón y, poco después, en 2014 Inaugura la Línea 1 del Metro de Panamá, con la estación 5 de Mayo, a unos doscientos metros de la plaza, sobre la Avenida Justo Arosemena, dos importantes nodos de transporte.

Entre 2017 y 2019 se realizan mejoras a la infraestructura peatonal en la Avenida Central con nuevas bancas, maceteros y mobiliario urbano en general; y en Salsipuedes (Calle 13 Este) se renuevan y uniforman los puestos de buhonería.

Estas obras, de distintas administraciones, ayudan a restablecer la conectividad que brindaba la estación del Ferrocarril al tramo de la Avenida Central que hoy es peatonal, estableciendo un vínculo importante entre nuestra ciudad moderna y la peatonal de la Avenida Central. La grata caminata desde la estación de 5 de mayo hasta el Casco Antiguo, pasando por el Parque de Santa Ana tiene gran potencial si se le impulsa como itinerario turístico y pudiera reforzar la vitalidad y diversidad en la peatonal. En pocos minutos se puede hacer el recorrido a pie y ver importantes edificios históricos.

La historia del barrio de Santa Ana y Carlos A. Mendoza, como uno de sus hijos distinguidos, son temas de gran interés. Los aspectos de arquitectura y urbanismo del Casco Antiguo, Santa Ana y más, están bien documentados en los libros de Eduardo Tejeira, con muchas ilustraciones y fotografías, textos profundos, pero amigables al lector y que dan mucha referencia para lectura adicional a los interesados e investigadores.

El discurso de Mendoza de 1890 termina por proponer que ojalá en cada aniversario de la independencia del Istmo, se celebre en toda la ciudad “con la creación de algo que nos haga dar un paso más en la senda del progreso y del mejoramiento social”. Ciento treinta años después, esta sigue siendo una excelente sugerencia.

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