Berna Calvit: 'Ni con una bolita de cristal se me podría ocurrir qué puedo hacer para mejorar el panorama actual del país'

Actualizado
  • 31/03/2022 00:00
Creado
  • 31/03/2022 00:00
Luego de haberle dedicado el artículo 'Mejor carta abierta que cerrada' al presidente Laurentino Cortizo, hace más de dos años, para la escritora y columnista panameña nada ha cambiado en el escenario
Berna Calvit, durante la entrevista con 'La Estrella de Panamá'.

Conversar con la columnista Berna Calvit es una experiencia enriquecedora, intelectualmente hablando. Al escucharla, la mente viaja más allá de lo común.

Su elocuencia y suspicacia saltan en cada frase. ¿Por qué le dicen embarazo cuando una mujer está esperando un hijo, o está encinta, si esa palabra se utiliza cuando queremos expresar algo muy desagradable?, reflexiona. Prometió, antes de comenzar esta plática, que investigaría el significado real de esa palabra y el motivo por el cual se usa para referirnos a ese acontecimiento tan importante en la vida de una mujer.

“¡Qué chambona, 30 años como columnista!”, fue su expresión al contar que desde 1992 empezó su camino como escritora en columnas de opinión.

Por más de tres décadas, Calvit se dedicó a escribir artículos de opinión en varios medios impresos locales, entre ellos el diario La Prensa, y “fue el 16 de mayo de 2016 con la columna 'A mi manera', con el artículo De estreno que inicié en 'La Decana'”, evoca.

Fue miembro del Programa Internacional para el Acercamiento de la Literatura Intantil (Piali) y ha publicado el libro de cuentos infantiles, Largatín el dormilón y otros cuentos.

Sin embargo, Calvit ha tomado la decisión de dejar de escribir, no del todo, pero con menos frecuencia, como lo dejó plasmado en su más reciente artículo 'Para refrescar la memoria'.

En este artículo publicado el pasado 27 de febrero de 2022, en este diario, responde a las interrogantes de muchos de sus lectores sobre porqué “guindó los guantes”.

¿Por qué decidió dejar de escribir artículos de opinión?

Yo le escribí al presidente Laurentino Cortizo cuando ganó la Presidencia, 'Mejor carta abierta que cerrada'. En ese artículo yo le hablaba de unos niños que son muy importantes en mi vida, que viven en una miseria espantosa, pero han pasado dos años y ocho meses desde aquel escrito y todo sigue igual, nada ha cambiado.

Ese último artículo que escribí fue como una catarsis para sacar de adentro eso que llevaba, que yo veo que no cambia. Ya yo no escribo de política, me metía mucho en política, en todos los gobiernos. Los que me dieron más material para escribir fueron Mireya Moscoso y Ricardo Martinelli, pero ahora siento un desaliento; yo siento que estamos muy esperanzados y nada cambia... entonces me dije: ¿para qué escribo?

Siento que la situación actual no es solo del gobierno, también somos nosotros; siento que esa pasividad nuestra con la que aceptamos todo, nos ha condicionado para pensar que todo lo que tenemos que hacer es esperar del gobierno, sin hacer nuestra parte individual; para mí, eso es desalentador.

¿Qué cosas deben mejorar ya en Panamá y cómo lo haría usted?

Soy algo pesimista...me gustaría ser más optimista, pero no puedo serlo en estos momentos. Hay una gran degradación política que va concatenada con la degradación social, con la degradación en salud para los ciudadanos, lo que a su vez está reflejado en la baja calidad de la educación y, por supuesto, todo esto va encadenado a la economía. Imagínate un país donde la política, según la estamos viendo, está tan contaminada por actos de corrupción por el temor que nos está despertando la narcopolítica, en fin.

Todo eso forma un conjunto que desafortunadamente y agregado a las condiciones mundiales de crisis que se están viviendo... francamente ni con una bolita de cristal se me podría ocurrir decir qué puedo hacer yo para mejorarlo.

Sin embargo, pongo algo de fe en que haya un esfuerzo mayor en asuntos de educación. El gobierno se ha dado cuenta de que la educación es absolutamente indispensable para que este país mejore. Estamos muy necesitados de educación y la educación es básicamente de todo (política social en todos los sentidos).

¡Ojalá pudiera decir que soy más optimista! Y quisiera pensar que le vamos a meter fuertemente la mano al aspecto educativo y que en algún momento los políticos se den cuenta del gran daño que se le están haciendo a este país con sus politiquerías, con esta repartición de distritos, corregimientos, como si el país fuera un pastel. Mientras no haya esa conciencia social, yo creo que a mi edad va a ser difícil que haya cambios.

Lamentablemente, nosotros pensamos que todo debería venir del gobierno, como ciudadanos nos han condicionado para volvernos personas pasivas, y es en las redes sociales donde hemos encontrado la manera de soltar la lengua. El pueblo es el que de verdad está golpeado, el que necesita, y es el que menos participa porque esos son los que están esperando que el gobierno les dé el bono, esperando que les dé los subsidios. Perdieron la capacidad de protestar porque se sienten en deuda con el gobierno que todo se lo ha dado en bandeja de plata.

Hay que salir de las redes, protestar, hacernos sentir, y no esperar que nos den todo.

En una sociedad donde un 'youtuber' o un 'influencer' gana más que un médico u otro profesional, ¿qué nos depara el futuro?

Las redes sociales nos están trivializando tanto sobre los patrones que escogen, sobre todo los muchachos jóvenes. Qué es lo que van escogiendo, qué es lo que aspiran a ser, influencers... esa es la gran aspiración y es una banalidad de esos youtubers o influencers que tiene millones de seguidores, de vistas y reproducciones. Yo te aseguro que mis artículos, un muchacho de 20 años ni siquiera los lee; ya no abren los periódicos; todo ha perdido vigencia, porque todo está en la pantallita, todo es instantáneo, ya nadie se pone a leer algo a fondo, solo te leen el títular y se pierden en el texto. Hay una brecha con los muchachos de hoy; en mis tiempos no había redes sociales, pero hoy la tecnología se apoderó del cerebro de los jóvenes, y no es que lo critique, porque yo tengo mi celular, mi laptop, no es que yo me quedé atrás en el tiempo, pero sí hay una brecha muy grande entre los adultos que son mayores de 30, 40 y los jovencitos, y lo veo en mis nietos, uno está en un cuarto y el otro en otro cuarto, y estando en la misma casa se chatean, ¿cómo es posible esto?

Tras dos años encerrados, ¿cómo recuperar lo perdido?

Los más afectados por la pandemia fueron los niños, en particular porque perdieron la alegría, su libertad; fueron las verdaderas víctimas de la pandemia; incluso la pobreza de sus padres los afectó. El niño que vivía en una de esas torres no tenía acceso ni siquiera a las áreas sociales. En la educación jamás podrá ser igual lo virtual a lo presencial.

Recuperar lo perdido será una tarea difícil, que según opinan los especialistas en educación, tomará años. Hacen énfasis en la capacitación a los educadores con metodología y técnicas que se aparten de desfasados modelos de enseñanza que, además, hasta antes de la pandemia, las mediciones internacionales nos mostraban con graves deficiencias en educación. Prueba de ello son los vergonzosos resultados de las pruebas PISA.

¿Se está promoviendo una verdadera cultura en el país?

Yo creo que todo está relacionado con el deterioro nuestro como ciudadanos, y se refleja en todas las áreas. Hay quienes creen que cultura es la pollera, bailar tamborito, mostrar las islas de la comarca Guna Yala, eso no es cultura, la cultura es aquello que nos pone a leer, a pensar, a razonar, a conversar, a intercambiar ideas.

Yo fui una gran crítica de la gestión de Carlos Aguilar como ministro de Cultura, de repente veo esta institución patrocinando a niñas haciendo aeróbicos en una terraza, ¡eso no es cultura!

La palabra cultura es tan amplia, implica las plantas, el ambiente, nuestra manera de hablar. A lo mejor yo soy muy amplia de pensamiento, no hay nada que me espante; estoy en pro del matrimonio igualitario, estoy en pro del derecho a la mujer del aborto, del derecho a la muerte digna y a la educación sexual. No hay un verdadero hábito de la lectura, yo soy de las que regalo libros, pero ya las bibliotecas tienen problemas porque ahora, con la tecnología, las bibliotecas están en los celulares, y eso nos hace perder el hábito de la lectura. A mí me gusta el libro de papel, el periódico en las manos, me gusta pasar páginas; me gusta leer y eso me pone a funcionar el cerebro.

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