El Transitismo – Extractivista

Actualizado
  • 18/12/2022 00:00
Creado
  • 18/12/2022 00:00
El tema del Darién, consecuentemente, solo se puede abordar correctamente desde la perspectiva de una estrategia que apunte hacia un nuevo estilo de desarrollo basado en la democracia, la justicia social y el pleno respeto a la naturaleza
El Transitismo – Extractivista
Transitismo

Antes de avanzar en introducir el tema del transitismo como elemento definitorio del estilo de desarrollo de la economía panameña, entendido como una forma particular del proceso de acumulación de capital, resulta útil discutir el significado de este concepto desde el punto de vista económico.

Recientemente Castro y Rosado, en un ensayo titulado “Tres Fases en el Modelo Transitista de Desarrollo de Panamá, publicado por la CEPAL (2022), lo definen utilizando cinco criterios: i) la concentración del tránsito en una sola ruta; ii) el control estatal del tránsito así concentrado; iii) la concentración de los beneficios generados por los servicios de tránsito en manos de los sectores sociales que controlan el Estado; iv) la subordinación del conjunto del territorio y la vida económica del istmo a las necesidades del tránsito así organizado; v) una contradicción general entre la organización natural del territorio y la organización estatal de la economía del Estado (p, 302).

Transitismo y trasnacionales

Se trata no cabe duda de una definición importante que, además de coincidir en lo general con otras brindadas por otros autores, como es el caso de la ofrecida por la Dra. Ana Elena Porras en su artículo “El transitismo panameño, Modelo Económico, Historia y Narrativa Única” (La Estrella de Panamá 3 de marzo de 2022). Sin embargo, a nuestro juicio, se trata de un concepto que, en las actuales condiciones, precisa de algunas precisiones y ampliaciones.

Una de estas, probablemente la menor, es que con la concesión del ferrocarril transístmico aparece un evidente traspaso del control estatal de la ruta al capital transnacional. Lo mismo ocurre, a una mayor escala, con las concesiones de los puertos de las ciudades terminales del Canal. Esto significa que, si bien en la época del colonialismo la ruta estaba completamente dominada por la potencia dominante, en la época del neocolonialismo neoliberal una parte de la misma pasa en la práctica a estar dominada por el capital transnacional. ¿Hasta dónde puede desarrollarse esta modalidad?

Transitismo ampliado

Por otra parte, en la perspectiva de la visión neoliberal de los sectores económicamente dominantes del país la idea no es la de mantener una única zona de tránsito. El capital transnacional, junto al local que se encuentra vinculado al mismo, no tendrían ninguna reticencia a ampliar la zona de tránsito y su influencia hacia otros espacios geográficos del país; y mientras esto sea rentable para la acumulación de capital, sería un elemento más que aceptable. De hecho, el más reciente movimiento en esta dirección es la que se propone “destaponar al Darién”.

En este sentido no es casualidad de que el Profesor Guillermo Chapman, en su libro “Hacia una Nueva Visión Económica y Social de Panamá” (2021), se plantee que los otros sectores de la economía “pueden sacar ventaja de la posición geográfica de Panamá y de la Infraestructura del Canal, los puertos en ambos extremos de la vía, otros medios de comunicación interoceánica (sic) y los aeropuertos entre otros” (p. 45). La idea de integrar dinámicamente toda la economía con la zona de tránsito también aparece en la “Visión País 50” de la APEDE. En ese caso se propone: “Difundir los efectos del desarrollo logístico estratégico al conjunto del territorio nacional”.

En la práctica se trata de una visión que ha demostrado su fracaso. Esto es evidente en el caso de la Provincia de Colón, que teniendo la más completa vinculación al exterior, muestra el dramático contraste que implica su lamentable situación social, pese a ser la Provincia con el más elevado producto interno bruto por persona.

Extractivismo

Otra carencia de la definición tradicional del transitismo es que, si bien constituye una abstracción útil para entender el pasado y el presente de los procesos pasados y presentes de acumulación de capital en Panamá, deja por fuera un elemento que viene tomando fuerza en el país: el extractivismo.

Si bien hasta el presente el transitismo ha jugado el rol central en el estilo de desarrollo de nuestra economía, es útil recordar que en la configuración espacial de la misma siempre ha existido un componente extractivista. No se puede, por ejemplo, entender la dinámica económica de la Provincia de Bocas del Toro, sin hacer referencia a la producción de banano para la exportación. También es cierto que la Provincia de Darién ha sido víctima de un extractivismo destructor de la naturaleza, el que, en gran medida, opera en lo que se conoce como la economía ilegal sumergida.

Más recientemente el componente extractivista se ha venido desarrollando, convirtiéndose en un elemento central de la vinculación de la economía panameña con el exterior. Es así, por ejemplo, que, en el 2020, último año en que el INEC presenta la balanza de pagos de la ACP, las exportaciones vinculadas al Canal fueron de B/. 3,430.8 millones, mientras que las vinculadas con la explotación del cobre alcanzaron la importante suma de B/. 1,065.6 millones. En el 2021 este último tipo de exportaciones llegó a B/. 3,430.8 millones, mientras que el ingreso por peajes de la ACP en su año fiscal 2021 llegaron a B/. 2,663.3 millones. Entre enero y septiembre de 2022 los ingresos de peajes del Canal sumaron a B/. 2,245.0 millones y los de la exportación de cobre y sus derivados alcanzó a B/. 2,159.9 millones.

Es claro entonces que el proyecto neoliberal para el país en la actual etapa apunta hacia un transitismo ampliado, así como hacia un extractivismo extendido.

Sobre Darién

Es en este contexto que se debe debatir la idea de “destaponear al Darién”, lo que implicaría desde el punto de vista del capital transnacional y los sectores dominantes internos una doble ampliación de su esfera de acumulación: nuevos negocios logísticos y la apertura de una zona rica en recursos naturales, capaces de generar importantes ganancias y rentas. Para la población, de acuerdo a la experiencia, quedaría la pobreza y la destrucción de una parte importante de nuestra riqueza natural.

El tema del Darién, consecuentemente, solo se puede abordar correctamente desde la perspectiva de una estrategia que apunte hacia un nuevo estilo de desarrollo basado en la democracia, la justicia social y el pleno respeto a la naturaleza. La propuesta de la Universidad de Panamá para una “Estrategia Alternativa para el Desarrollo Integral e Inclusivo” (2020) representa un paso en esa dirección.

El autor es Economista y Profesor Emérito de la Universidad de Panamá.

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