Asamblea Nacional, es el cuarto parlamento más opaco de América, según Transparencia

  • 19/06/2023 00:00
Diputados, especialistas y miembros de la sociedad civil, conversan con la Estrella de Panamá, para analizar los aciertos y fallas del Órgano Legislativo en materia de transparencia y cómo se compara con otros parlamentos de la región
La Asamblea Nacional, un parlamento señalado como opaco.

“La transparencia y la fiscalización no son una prioridad en la Asamblea Nacional”, sentenció José Benítez, coordinador de una investigación sobre la labor fiscalizadora del Palacio Legislativo, que desarrolla la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana, capítulo panameño de Transparencia Internacional, desde diciembre.

Estas declaraciones se dieron durante un foro sobre transparencia activa, que organizó la Fundación Espacio Cívico, en colaboración con la Embajada de Estados Unidos y otras entidades, el pasado 31 de mayo.

“La Asamblea Nacional es el cuarto parlamento más opaco de la región, solo superado por Honduras, Bolivia y Venezuela, algo que es terrible para la imagen y política nacional”, dijo Leah de Boersner, vicepresidente de Espacio Cívico, en entrevista con nuestro medio.

Benítez comenta a La Estrella de Panamá, que aunque el presidente de la Asamblea, Crispiano Adames, ha sido bastante abierto a la investigación que están realizando y que será presentada a mediados de julio, no han logrado tener conversaciones con personal de gran jerarquía dentro del ente como el secretario General, Quibián Panay y otros funcionarios.

Según uno de lo expertos, la influencia de la Asamblea es muy poderosa y puede conseguir cambios en pro de los intereses de la ciudadanía.

“Esa entrevista [a  Quibián Panay] es muy importante, pues él lleva el día a día en la Asamblea”, lamenta el coordinador del proyecto, quien destaca que han podido reunirse con asesores legales y equipo técnico del ente gubernamental, no así con Adames y otros altos funcionarios.

“Le enviamos cartas a todos los diputados, pero solo pudimos reunirnos con un grupo pequeño de ellos y estamos abiertos a reunirnos con todos”, agrega el investigador.

La opacidad que tiene el Legislativo es reconocida por el diputado Gabriel Silva, quien mencionó en el foro que, en la Asamblea, se dan casos de comisiones que se discuten proyectos de ley a espaldas de la ciudadanía. “Una comisión puede estar discutiendo un tema sumamente importante para las personas, pero si el presidente y miembros de la comisión deciden que la ciudadanía no puede participar, no les dan la oportunidad”, relata.

Otra acción en donde queda evidenciada la poca transparencia del organismo es la frecuencia con la sesionan las comisiones en de la entidad.

El diputado oficialista, Leandro Ávila.

“El Reglamento Interno de la Asamblea Nacional exige que todas las comisiones sesionen, por lo menos, una vez por semana y eso no se da”, dijo el diputado, quien señala que hay comisiones que sesionan dos o tres veces a la semana y otras que sesionan tres o cuatro veces, en un año.

“He estado en comisiones muy activas, como la de Gobierno y otras en las que se sesionan pocas veces al año y, cuando lo hacen, se ven uno o dos proyectos que envía el Ejecutivo o que son de interés para alguno de los comisionados”.

A esto hay que sumarle el manejo del orden del día, pues Silva alega que se dan casos en los que una comisión no anuncia que se va a reunir, para evitar que la ciudadanía y la prensa se entere, se reúnen entre ellos “en algún saloncito de la Asamblea” y terminan aprobando “lo que sea”.

“Me han tocado casos en donde me avisan con seis u ocho horas de anticipación que una comisión, en la que participo, se va a reunir (...) Es difícil para un diputado participar de una sesión en la que se van a ver 15 temas, si te informan con tan poco tiempo”, detalla.

La Asamblea Nacional cumple un rol fiscalizador.

La publicación de las actas también sufre algunas irregularidades, comenta el diputado, porque, aunque el reglamento de la Asamblea exige que todo lo que se conversa durante una sesión (acta) se emita en la página web, hay comisiones que nunca la presentan o la publican meses o años, después de reunirse, algo que priva a la ciudadanía de saber qué se debatió y quienes asistieron al debate.

Quien no considera que el Palacio Legislativo padece de gran opacidad es el diputado oficialista Leandro Ávila, quien dijo a 'La Decana' que la Asamblea es el Órgano “más visible” del Estado.

“Somos el único Órgano en donde las sesiones son transmitidas en medios de comunicación y que permite la participación ciudadana”, asegura.

Según Ávila, Panamá tiene uno de los pocos congresos de la región que permite a la población presentar proyectos de ley y participar del debate legislativo.

“La Asamblea siempre tendrá sus críticas, porque es una instancia donde se toman decisiones, algo que puede gustarle o no gustarle a la ciudadanía... siempre vamos a estar en el ojo de la tormenta”, anexa Ávila, quien pese a reconocer que hay diputados que "hacen méritos" para recibir críticas, no son la mayoría.

Los aciertos de la Asamblea

Donde el congreso nacional encuentra sus fortalezas es en su estructura, no solo porque le da a la ciudadanía la posibilidad de presentar y estar presente en la construcción de los proyectos de Ley. “Cualquier ciudadano puede ir, puede ver a los diputados, conversar con ellos y participar del debate”, destaca el diputado Silva.

“Esa cualidad solo la tiene la Asamblea. Tú no puedes ir a la reunión del presidente de la República con sus ministros y pedir la palabra, ni al pleno de la Corte Suprema de Justicia, a estar con los magistrados, pero sí puedes hacerlo en el Legislativo”, destaca el diputado.

Otro punto que destaca es el rol de fiscalización que tiene la entidad, porque tiene la capacidad de citar a los funcionarios para exigirles que rindan cuenta de su labor. Se trata de un proceso en el que también puede estar presente la población.

En el tema de la fiscalización,  Benítez piensa que “cuando la Asamblea toma un rol fuerte logra resultados”, haciendo referencia a casos de los albergues y la Secretaria Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia.

“Designaron una comisión de investigación, se citaron personas e hicieron informes. Ese involucramiento alzó el perfil del caso y atrajo mayor atención a la problemática, llevando al Ejecutivo a tomar medidas”, afirma.

“La influencia de la Asamblea de Nacional es muy poderosa y puede conseguir cambios efectivos, en pro de los intereses de la ciudadanía”, considera el coordinador del proyecto de la Fundación para el Desarrollo de la Libertad Ciudadana.

Pese a esto, Benítez considera que la imagen de la entidad mejoraría mucho si los diputados “dieran el ejemplo”, dejando de nombrar familiares en puestos políticos, si comienzan a ser transparentes en los procedimientos legislativos y fortaleciendo la carrera administrativa, a nivel nacional.

Lo Nuevo