Hasta siempre amigo ‘Fitín’

Actualizado
  • 03/03/2009 01:00
Creado
  • 03/03/2009 01:00
PANAMÁ. El féretro color caoba entró lentamente al hemiciclo legislativo. 8:20 a. m. Era la última vez que Tomás Gabriel Altamirano-D...

PANAMÁ. El féretro color caoba entró lentamente al hemiciclo legislativo. 8:20 a. m. Era la última vez que Tomás Gabriel Altamirano-Duque Mantovani acudía a la Asamblea Nacional. No en cuerpo, sino en una cripta que contenía sus cenizas. Los diputados, de todas las bancadas, se confundían entre sí en un silencio sepulcral.

Atrás quedó la algarabía que viven a diario. Fue una especie de tregua en este ambiente electoral que logró “Fitín” con sus colegas diputados. Pero, un estallido sorprendió a los presentes. Era su padre, Tomás Gabriel Altamirano Duque, un hombre recio, de voz fuerte, quien estalló en llanto.. Se quebrantó literalmente por la pérdida de su hijo amado, su primogénito.

Don Fito, el hombre que una vez ocupó la Vicepresidencia de la República y que en todos los sectores reconocen como el “patriarca” de Chepo, era otro. ¡Y quién no! con semejante pérdida.

Las despedidas

Mucha gente —funcionarios de todos los niveles, empresarios, estudiantes y políticos de todos los sectores— estuvo en la Asamblea para despedir al diputado perredista, quien murió en un accidente de tránsito el pasado sábado.

Sólo unos pocos, empero, podían decir algunas palabras de despedida: “No sólo fue mi amigo, fue mi copartidario que supo cumplir con su familia y con la patria”, resaltó Martín Torrijos, presidente de la República.

Raúl Rodríguez, presidente de la Asamblea, lo describió como un hombre de honorabilidad comprobada y José Luis Varela, el colega panameñista y a nombre de la bancada de oposición dijo que en sus memorias simpre quedarán sus acciones..

Tomás Gabriel Altamirano Brostella, el promogénito de “Fitín” tomó la palabra. Con voz entrecortada y las lágrimas recorriendo sus mejillas, habló por varios minutos sobre la especial relación que su padre mantuvo con sus cuatro hijos. “Siempre recordaremos tu afición por las orquídeas.. y de cómo te enorgullecías de preparar las mejores barbacoas.. Estoy seguro papá que Dios, en su infinita sabiduría, miró la tierra para buscar un buen hombre que lo ayudara y te escogió a ti”..

El reloj marcó las 10:20 de la mañana. Había terminado la ceremonia en la Asamblea. Los rostros compungidos se observaban por doquier. El féretro —como entró, fue sacado lentamente—. Una carroza fúnebre le esperaba para trasladarlo a la Iglesia el Carmen, donde miles de amigos y familiares lo esperaban para darle el último adiós. En la Iglesia

De todas partes llegaron. Fue una de las pocas veces en que los tranques no impidieron que los moradores de Chepo, Chimán, Balboa y hasta de la isla de Taboga, llegaran a tiempo.

Venían a darle el último adiós a su amigo Tomás Gabriel.

“Ese sábado repartiría bolsas de comida”, recordaba una dama entre sollozos, y “nunca llegó, la muerte nos lo arrebató”.

Una fotografía gigante y la cripta con los restos del diputado se apreciaban a los pies del altar. En la primera fila, su esposa Marianella Brostella acompañada de su padre Miguel Brostella, sus hijos, y familiares más cercanos recibían las condolencias. El dolor sólo era comparable al percibido minutos antes en la Asamblea.

Los ex presidentes Ernesto Pérez Balladares, Guillermo Endara, el canciller Samuel Lewis Navarro, ministros, y el mandatario Torrijos también estuvieron presentes.

“Yo trabajé con su papá”, decía una señora de aspecto humilde, quien forcejeaba con la seguridad para poder entrar.

Miembros del Servicio Marítimo Nacional (SMN) con sus uniformes de gala, mantenían una calle de honor.

Monseñor José Domingo Ulloa ofició los actos religiosos, que fueron precedidos por la lectura de algunas resoluciones, cartas de condolencias y expresiones de dolor.

Nuevamente y como en la Asamblea de Diputados, Tomás Gabriel, hijo del diputado fallecido, agradeció las muestras de dolor, recordando aspectos de la vida familiar con su padre. El reloj marcó las 12:00 mediodía. La ceremonia fúnebre había terminado. Poco a poco los persentes se iban retirando para dar privacidad a los familiares. Marianella Brostella de Altamirano, sosteniendo la cripta de su amado esposo entre las manos, se dirigió con su familia hacia la bóveda de la Iglesia, donde sus familiares tienen un espacito para recordar a este gran hombre y joven político. Paz a su alma...

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