Las ‘Súper’ designaciones

Actualizado
  • 15/06/2009 02:00
Creado
  • 15/06/2009 02:00
PANAMÁ. Decidido a cambiar la percepción pública que mira de reojo algunos de sus nombramientos, el flamante presidente Ricardo Martine...

PANAMÁ. Decidido a cambiar la percepción pública que mira de reojo algunos de sus nombramientos, el flamante presidente Ricardo Martinelli ha decidido poner al frente de algunos puestos sensibles de su gobierno a hombres de su confianza, de cuyas capacidades él mismo puede dar fe.

Aunque sean casi desconocidos para la opinión pública, no son desconocidos para él. Algunos de ellos lo ayudaron a construir su imperio y ahora también lo sostendrán en la función pública: Ricardo Martinelli ha decidido traspasar algunos de sus empleados de la planilla de Importadora Ricamar y del Super 99 a la planilla estatal. ¿En qué puestos? Nada menos que en el Consejo Nacional de Seguridad, en el Ministerio de Trabajo, en el Sistema Estatal de Radio y Televisión ( SERTV ), en el Instituto de Investigación Agropecuaria y el IFARHU.

¿SEGUROS?

La sorpresa toma a todo el mundo desprevenido. La Seguridad es uno de los temas que más preocupan a los panameños. Gran parte del descrédito final de la administración Torrijos viene precisamente de su incapacidad para revertir la ola delictiva que parece haberse tomado el país.

Martinelli llegó al gobierno prometiendo acabar con el flagelo de la inseguridad. Para eso, tomó medidas inmediatas. El nuevo jefe del Consejo Nacional de Seguridad es el hombre que le ha permitido al propio Martinelli dormir tranquilo. Ahora tendrá el desafío de lograr lo mismo con más de tres millones de panameños. Jaime Trujillo, el hombre designado, es un militar de carrera que fue durante años jefe de seguridad de los supermercados 99. Tenía trato cotidiano con el presidente y su total confianza.

La seguridad nacional parece algo más compleja que evitar que un gordito tome un chocolate en un pasillo, se lo coma, y tire el envoltorio por ahí.

El ascenso de Trujillo al poder, luego de la polémica designación de Pérez en la Policía —por su pasado ligado al norieguismo— pone la seguridad nacional en la mano de dos militares.

En ese sentido Angélica Maytín de Transparencia Internacional capítulo de Panamá manifestó que lo más importante es que los nombramientos cumplan con los requisitos que contemplan las leyes, y las personas designadas cuenten con la preparación académica y la experiencia para el cargo.

Sin embargo preocupa “la militarización”. Aduce que con ello se violentan importantes consensos alcanzados en la década del 90, donde se exigía que el director de la policía tenía que ser civil.

“Es una excusa fútil argumentar que alguien que tenga 20 años de no ejercer la milicia pierde su condición de militar, es como si un médico abandonara su profesión para ser comerciante, el seguiría siendo un médico, pues esa fue su formación.

Maytín agrega que para combatir la inseguridad hacen falta buenos policías y no militares reciclados. “Insistimos en que el tema de la seguridad debe ser discutido con la participación de la ciudadanía.”

DERECHO DE FAMILIA

El nombramiento de Sonia de Luzcando en el IFARHU pasó desapercibido en los medios de comunicación, ante las críticas que recibían otras designaciones. Lo mismo que la llegada al gobierno de otra Luzcando, en este caso Marisín, que se hará cargo de SERTV. Que ambas funcionarias compartan el apellido no es ninguna casualidad. Son cuñadas. ¿Quiénes son los Luzcando que llegan al gobierno en dúo?

La respuesta es simple: Marisín es hija y Sonia nuera de Delia Luzcando, mano derecha de Martinelli durante los últimos 30 años. Delia es la gerente general de Importadora Ricamar. Es un asunto de familia. ¿Tienen algún atributo especial para las funciones que van a ejercer además de provenir del riñón íntimo de las empresas del mandatario? Nadie sabe.

Otro caso llamativo es el de Julio Ábrego, designado director del Instituto de Investigación Agropecuaria (IDIAP). Ábrego trabajó por más de 20 años en Importadora Ricamar. ¿Qué hacía? Jefe de depósito.

-¿Usted trabajó para Martinelli?

-Ýo tengo 25 años de trabajar en Importadora Ricamar. He desempeñado varios puestos, entre ellos el de jefe de depósito. Pero déjeme decirle también soy ingeniero agrónomo zootecnista. Me gradué en la Universidad de Panamá.

La cristalización de la gestión 99 culmina con un último nombramiento: Alma Cortés, ministra de Trabajo designada, es nada menos que la abogada personal de Martinelli y sus empresas. Acostumbrada a defender empresarios, los trabajadores están a la defensiva.

¿NEPOTISMO?

No es ni un delito ni siquiera algo anormal que los presidentes nombren en su Gabinete personas de su confianza. Todos los ex presidentes lo han hecho. Pero ninguno de ellos llegó tan lejos como para poner a los hombres de su empresa a administrar el país.

Para el catedrático Miguel Antonio Bernal estamos frente un claro caso de nepotismo. “Un Estado de derecho moderno debe ser absolutamente transparente y evitar por todos los medios cualquier forma de nepotismo: ya sea de lazos sanguíneos, consanguíneos, de afinidad, de relaciones comerciales, financieras, bancarias, o de cualquier naturaleza. No es el camino si quieren introducir los cambios que la sociedad reclama”, explica Bernal.

Roberto Eisenmann, presidente de la Fundación para el Desarrollo de la Ciudadana, dice que la confianza es fundamental para nombrar un funcionario. “Pero en este caso, el presidente electo ha exagerado. Son personas muy cercanas a su círculo de relaciones comerciales”.

Eisenmann indica que Martinelli debió hacer una investigación más exhaustiva al momento de designar sus directores y ministros. “Hay demasiadas conexiones, demasiadas personas, pero me parece que no hicieron bien su trabajo en cuanto a la selección de funcionarios del nuevo gobierno”.

Las dudas sobre el cambio comienzan a asomarse. Pérez en la Policía, Ferrufino que ni fue a la Universidad en el MIDES, Arias, que quiere construir un Resort en Coiba en la ANAM, Rogelio Alba que finalmente renunció y ahora las “Súper” designaciones. Faltan 15 días para la hora de la verdad.

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