Una agenda a medio andar

PANAMÁ. Críticas, crisis, escándalos, pugnas, retrasos, imprevistos millonarios y logros. De todo ha habido en estos dos años en los que Ricardo Martinelli y su gobierno ‘por el Cambio’ han llevado las riendas del país.

Es que proyectos como la modernización del transporte, la transformación curricular y el sistema de salud aún no terminan de encontrar su camino.

Y para muestra un botón: la Autoridad del Tránsito y Transporte Terrestre aún no ha terminado de compensar a los transportistas capitalinos. La entrada del Metrobús se ha retrasado.

En el sistema educativo el panorama no ha sido conciliador. Con la transformación curricular y el calendario trimestral a cuestas, los docentes y la ministra Lucy Molinar no se ponen de acuerdo. Al igual que en el sector salud, flamean los gritos de huelga.

Aunque en materia de seguridad se han registrado avances, la población reclama más. Todavía la inseguridad está entre las tres primeras preocupaciones de los panameños.

Entonces, ¿cómo ha manejado el gobierno su agenda social? Hay quienes aseguran que Martinelli ‘promete pero luego se da cuenta que no puede cumplir’. Y otros sencillamente ven en él un líder ‘poco conciliador’ y ‘confrontativo’.

En la sociedad civil y la oposición dicen que ‘Martinelli debe corregir su rumbo’ frente a los tres años que le faltan.

Pero en medio de todas las desavenencias hay proyectos sociales que siguen su marcha. La depuración de 100 a los 70, la beca universal y los avances en el proyecto habitacional Curundú.