¿Quién está en campaña?

Actualizado
  • 16/09/2013 02:00
Creado
  • 16/09/2013 02:00
PANAMÁ. José Domingo Arias es el candidato presidencial, y Ricardo Martinelli, el líder del partido. Con ese razonamiento, la ministra d...

PANAMÁ. José Domingo Arias es el candidato presidencial, y Ricardo Martinelli, el líder del partido. Con ese razonamiento, la ministra de Trabajo, Alma Cortés, una de las más cercanas al mandatario, desenredó en mayo las dudas sobre el protagonismo que dentro y fuera de Cambio Democrático (CD) una figura ejerce sobre la otra.

En la ecuación, Arias debería salir aventajado. Debería ser el centro, el imán que le exige la necesidad de captar votos para la contienda que lo espera en 2014.

Pero la realidad es totalmente opuesta. Martinelli se lleva la atención, como si fuera él quien estuviera en campaña. El portavoz del presidente, Luis Eduardo Camacho, lo ha reconocido: ‘él es el otro candidato’.

Aquí se abre la discusión: ¿Puede Martinelli ser el ‘otro’ candidato?, ¿cuánto arriesga o gana con una aseveración como ésta? ¿Qué busca con ello? LOS DILEMAS DE LA LEY QUE INCOMODA AL PODER

El apoyo presidencial al candidato oficialista es un tema harto debatido durante y después de la dictadura. Marco Robles fue sacado del poder por apoyar al candidato de gobierno para las elecciones de 1968. Más acá se proyectan Mireya Moscoso, Martín Torrijos y la frialdad pública hacia José Miguel Alemán y Balbina Herrera, respectivamente.

El exmagistrado Guillermo Márquez Amado retrata que, a diferencia de los dos penúltimos gobernantes, Moscoso y Torrijos, Martinelli le ha sacado el cuerpo a las leyes que delimitan los procesos electorales.

Tanto Moscoso como Torrijos, dice, se distanciaron de los aspirantes de sus partidos cuando las autoridades electorales les advirtieron que no podían endosarle apoyo público, en función del numeral 1 del artículo 136 de la Constitución, que prohíbe el ‘apoyo oficial, directo o indirecto, a candidatos a puestos de elección popular, aun cuando fueren velados los medios empleados para tal fin’.

Pero el presidente en turno, plantea Márquez Amado, ‘viola la Constitución sin reparos’. En la televisión o en un evento estatal insiste en que su gobierno ha hecho más que los últimos ocho e infiere que por eso el voto debería ser endosado a Arias, uno de sus exministros de Vivienda.

‘Él es el Jefe de Estado y como tal, representa a todos, no únicamente a Cambio Democrático, el PRD, los liberales o el partido Panameñista’, asiente Márquez.

La expresidenta Mireya Moscoso matiza el asunto al considerar que ‘no hay nada malo en que un presidente apoye a su candidato’. Siempre y cuando, dice, ocurra después de las cuatro de la tarde, ‘después de la jornada laboral’.

‘No le puedes decir al presidente que se aísle, que no participe. Lo que como presidente no se puede hacer es darle apoyo en un acto oficial o usar recursos del Estado para proselitismo’, argumenta.

El analista Mario Rognoni reconoce que ésto último es una de las grandes falencias del sistema político. Así se explica por qué las instituciones del Estado fallan al momento de fiscalizar que no haya una simbiosis entre el gobierno y la política.

Esa brecha se ha ido convirtiendo en un boquete por el cual todos se han escapado: ‘siempre los presidentes han apoyado al candidato de su partido. Tal vez el que menos lo hizo fue el PRD, tanto Ernesto Pérez Balladares, porque estaba resentido por lo de la reelección, y Martín Torrijos, pero de menos todos, y Martinelli no es la excepción’.

MARTINELLI Y LA ESTRATEGIA

Esa excepción tiene una lógica: redirigir los ataques políticos opositores al propio Martinelli, en lugar de enfocarlos en Arias.

‘El presidente es el que pone el pecho, vendiéndose como parte de la campaña de Arias, y haciendo que el PRD y el Panameñista caigan en el juego. Él lo tiene medido porque es lo que ha diseñado’, insiste Rognoni.

Arias, en esa danza, ha pasado de ser una figura casi incógnita (aún después de haber pasado por el Miviot) a uno de los presidenciables con más posibilidades. La última encuesta Panamá Opina, preparada por Ipsos para Telemetro Reporta y La Estrella le da 26%, 18 puntos porcentuales más que hace seis meses.

Se dice que en gobierno cualquier traspié afecta al candidato oficialista. Por eso la crisis del transporte que Torrijos nunca resolvió la cargó Balbina. Ahora, explican políticos oficialistas, Martinelli espera que la fiesta de inauguraciones surtan efecto en la popularidad de José Domingo Arias.

‘El riesgo es calculado. Él ya termina su gobierno, y que sea él el tiro al blanco no importa’, adereza Rognoni, mientras Márquez Amado insiste en la ilegalidad del comportamiento presidencial y la necesidad de que la Asamblea, dominada por el oficialista CD, cumpla con su rol de fiscalizarlo.

Pero Martinelli sigue. Es el elíxir de las elecciones. El 2014 llama. Por eso, dice, ha vuelto al pueblo: almuerza con él y Arias en el centro comercial Albrook Mall, aunque los efectos de su ‘estrategia’ hagan mella. Lo abrazan a él, al presidente. Arias, al lado, solo ve. ‘Él es mejor que yo’, argumenta, de todos modos, tratando de heredar su encanto mediático y político.

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