La respuesta afrocéntrica al asesinato de Michael Brown

Actualizado
  • 27/09/2015 02:00
Creado
  • 27/09/2015 02:00
Se calcula que en Estados Unidos una persona negra es asesinada cada 28 horas por un agente policial

Hace casi dos siglos en una plantación auténtica prototípica ubicada en el estado de Maryland, Demby, un negro esclavizado, fue asesinado a sangre fría con una sola bala a la cabeza por un hombre que representaba la autoridad de la supremacía blanca.

El famoso negro antiesclavista, Frederick Douglass, describe el incidente en su narrativa revelando que el asesino justificó su conducta argumentando que lo hizo como escarmiento, porque Demby representaba una amenaza, la posibilidad de rebeldía contra el orden colonial establecido… ‘¡Que aprendan esos negros!' (dijo).

Desde entonces nada ha cambiado. Se calcula que en Estados Unidos un nuevo ‘Demby' es asesinado cada 28 horas por un representante del poder establecido. Nuestro libro, The Gunning Down of Michael Brown: An Afrocentric Response , presenta el caso de Michael Brown tanto como los de Eric Garner, Kajieme Powell, y John Crawford, III como ejemplos del mismo fenómeno.

El artículo 1, sección 2.3 de La constitución de Estados Unidos reza: ‘Los representantes y los impuestos directos se prorratearán entre los distintos Estados que formen parte de esta Unión, de acuerdo con su población respectiva, la cual se determinará sumando al número total de personas libres, inclusive las obligadas a prestar servicios durante cierto término de años y excluyendo a los indios no sujetos al pago de contribuciones,y las tres quintas partes de todas las personas restantes'.

Directamente se proclama que los indígenas no son personas y que los africanos valen sólo tres quintas partes de una persona. Escogimos esta notoria declaración de la supremacía blanca: ‘Las tres quintas partes de todas las personas restantes' como título del primer capítulo de nuestro libro.

Se ha propuesto que la motivación fundamental de los fundadores de la ‘Unión' fue el hecho que el rey y su gobierno habían tomado la determinación de abolir la esclavitud, dado que ya no les servía económicamente.

Washington y su grupo consideraban que la esclavitud era la base de su economía, junto con su derecho de dominio total del territorio y todos los bienes de los indígenas. Esto concuerda con la política establecida en 1494 por el lenguaje del Tratado de Tordesillas, aprobado por el papa Alejandro VI: ‘todo que se hallase y descubriere... quede y pertenezca al dicho rey... y a sus sucesores para siempre jamás'. Ese concepto de ‘para siempre jamás' se repitió en ese oprobioso Tratado de 1903, adquiriendo ‘en perpetuidad' el territorio panameño por los mismos descendientes de los fundadores de esa nación.

Supuestamente, y como consecuencia de su guerra civil, los estadounidenses abrogaron el lenguaje escandalosamente racista de la Constitución mediante las enmiendas XIII y XIV. Reza la XIII: ‘Ni en Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito, del que el responsable, haya quedado debidamente convicto'.

La escritora Michelle Alexander, en su obra The New Jim Crow: Mass Incarceration in the Era of Colorblindness expone genialmente cómo en realidad los supremacistas blancos simplemente reemplazaron el sistema esclavista por el sistema penal.

Hoy los afrodescendientes en las diferentes naciones del mundo sabemos que las versiones y visiones colonizadoras son en escencia una mentira, una trampa que ha invertido los hechos históricos que registra que los africanos del Valle del Nilo fueron los que establecieron la primera gran civilización humana y la base de toda civilización, y esto ocurrió en una época remota, miles de años anteriores a toda otra civilización, y cuando, de hecho, los demás seres humanos eran aún bárbaros.

Nolis Boris Góndola Solís, en El sabor de la guaba , presenta la trampa como: ‘la pérdida de nuestras tradiciones y de nuestros valores culturales, con la convicción de muchos de que era necesario alejarnos de nuestras tradiciones para llegar a Cristo' (38). Y esa mentira se ha vuelto la ideología fundamental de la civilización occidental, del muy mentado ‘nuevo orden mundial'. Para reestablecer el humanismo integral habrá que tener como meta el desmoronamiento y la destrucción total de esta ideología tan perversa.

Frantz Fanon señaló que el papel fundamental de la policía y los militares es el de mantener el orden establecido, de asegurar que aprendan esos negros colonizados.

El gran poeta cubano Nicolás Guillén reconfirmó: ‘No sé porque piensas tú, / soldado, que te odio yo, / si somos la misma cosa / yo, tú'.

Así en Estados Unidos o en toda sociedad regida por la supremacía blanca el ajusticiamiento sumario de negros que los policías sospechan que son cimarrones es normal. Sin embargo en nuestro libro sustentamos la tesis de que a partir de la elección del primer presidente negro se han recrudecido los casos de estos ajusticiamientos sumarios. Y parece que se está despertando en la sociedad estadounidense una conciencia de lo acertado de nuestra tesis.

Pero siguen los ajusticiamientos sumarios de negros y negras. Por eso todavía necesitamos encontrar el verdadero camino.

¿Hasta cuándo van a seguir con el asesinato de ciudadanos negros en plena calle? Nuestro libro propone una respuesta totalizadora. Hemos tomado a pecho el llamado de Legba, que constituye las palabras absolutamente finales de la obra maestra de Manuel Zapata Olivella, Changó, el gran putas:

—Difuntos que podéis mirar de cerca las Sombras de los Ancestros, comparad vuestros insignificantes actos con las hazañas de nuestros Antepasados y encontraréis justificada la furia de los Orichas. ¡Desde que Changó condenó al Muntu a sufrir el yugo de los extraños en extrañas tierras, hasta hoy, se suman los siglos sin que vuestros puños hayan dado cumplimiento a su mandato de haceros libres!

¡Ya es hora que comprendáis que el tiempo para los vivos no es inagotable! (511)

¡Sí, que realmente aprendamos que el tiempo para los vivos no es inagotable!

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‘En Estados Unidos o en toda sociedad regida por la supremacía blanca, el ajusticiamiento sumario de negros que los policías sospechan que son cimarrones es normal'

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