• 25/09/2008 02:00

Paz y lectura: importancia

Probablemente para algunos ciudadanos del mundo la fecha 21 de septiembre pasó un tanto desapercibida, incluso entre los propios panameños.

Probablemente para algunos ciudadanos del mundo la fecha 21 de septiembre pasó un tanto desapercibida, incluso entre los propios panameños.

Afortunadamente el clima de tranquilidad y de convivencia pacífica del cual disfrutamos, fue, seguramente, la razón más poderosa para que el Día Internacional de la Paz no fuera recordado y festejado a plenitud.

Estamos seguros de que en aquellos territorios en donde las balas silban a cada segundo o donde la intolerancia, ya sea por motivos políticos, religiosos o de otra índole impiden el diálogo y la comunicación efectiva, sí tuvieron muy presente la necesidad e importancia de vivir en paz y rememoraron la clásica fecha.

Es saludable que aquí mantengamos abiertos los canales del entendimiento para poder continuar con el fortalecimiento institucional y como nación, porque a pesar de ser una República con ciento cinco años de existencia, no estamos exentos de la posibilidad de que surjan focos de conflicto que enturbien este panorama.

Sobre esta base, todos los ciudadanos y ciudadanas de Panamá y del mundo tenemos que comprometernos, tal cual es el mandato de la ONU, en el fortalecimiento de temas básicos, como lo son la necesidad de contribuir en la reducción de la pobreza, la promoción de los derechos humanos, la prevención del VIH/ SIDA, las operaciones de paz, el desarrollo económico y social, la asistencia humanitaria, la elaboración de acuerdos internacionales e instrumentos jurídicos, entre otras recomendaciones.

Atrás debemos dejar todo aquello que signifique conflicto y, especialmente, el belicismo.

Existen tantas acciones de valía que los pueblos necesitan para la subsistencia y/o progresar, de tal manera de ofrecerle una verdadera calidad de vida a sus habitantes, que hacia esta ruta es que deberán enrumbar sus recursos materiales, humanos, ambientales, en fin, todo aquello que la naturaleza les proveyó y que su gente contribuyó a mejorar o a desarrollar, por lo cual no se deben perder o malgastar.

Pero, ¿cómo podremos ser más efectivos en la promoción y preservación de la paz? Afortunadamente tenemos los grandes aliados de la alimentación del intelecto y del espíritu, es decir, los libros.

En nuestro país homenajeamos a estos extraordinarios compañeros, los que nos llevan por el sendero del saber, precisamente en este mes de septiembre, del 22 al 29, la Semana del Libro.

Esta decisión data de 1957, gracias a la iniciativa del Dr. José Daniel Crespo. Posiblemente sea otra de las celebraciones que localmente pasa un tanto desapercibida, pero para eso debemos luchar y unirnos, ya que existen actividades que de alguna manera distraen la proyección e importancia de los libros y de la lectura y eso es preocupante para el futuro de la nación panameña. En la medida en que seamos un pueblo instruido, en esa misma medida seremos libres y con verdadera autodeterminación.

A través de estas líneas me es grato destacar que la Asamblea Nacional de Diputados cuenta con una de las bibliotecas centenarias de Panamá, la cual posee valiosos documentos, accesibles al público, que nos refieren a los anales de la República y de la propia institución.

Se trata de un verdadero tesoro, muy requerido por estudiosos, y que es fiel testigo de los avatares que han marcado al primer Órgano del Estado.

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