• 18/10/2008 02:00

Panamá, un país ACP

Participé en un seminario de periodismo ambiental celebrando el Día Mundial del Medio Ambiente. El seminario, con una duración de día y ...

Participé en un seminario de periodismo ambiental celebrando el Día Mundial del Medio Ambiente. El seminario, con una duración de día y medio, estuvo organizado de manera muy eficiente y con el patrocinio de importantes agencias del gobierno, como el INAC, la ANAM, la ACP y la ONG ambientalista Fundación Natura; el evento me sorprendió por la alta calidad de sus expositores y por el contenido de las exposiciones.

Pero me quiero referir a dos presentaciones y posteriores conversaciones que me hicieron pensar en el título de este artículo y en una conversación tipo sobremesa que sostuviera con dos grandes conocedores como lo son Guillermo Castro, sobre historia y filosofía socio ambiental; y Oscar Vallarino, director de la división socio ambiental de la ACP y ex director de ANCON, y que me dieron las pautas para el mismo.

La conversación motivo de este escrito se suscribió a la ponencia primero de Práxedes Castro, gerente ejecutivo de la División Agua de la ACP, que presentó el estado y los proyectos de la división a su cargo, los cuales están enmarcados en políticas de calidad, reingeniería e inversión constantes para servir con calidad a sus clientes, el IDANN, los barcos que transitan el Canal y los moradores de la rivera oeste de la vía. Habló igualmente de la capacidad que tienen de cubrir el crecimiento en la antigua base de Howard, ahora convertida en una entidad mixta gobierno — empresa privada y, ya en el pasillo, me confió la lucha que mantienen con el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) para que se les asigne la potabilizadora en desuso de Amador, para ponerla a funcionar y conectarla a costo e ingeniería de la ACP, con un sistema de recolección de aguas residuales desde Paraíso hasta Amador. Ambos proyectos millonarios y de gran dimensión social y ambiental para la cuidad de Panamá y su área conturbada. (Actualmente estas áreas desechan sus aguas residuales sin tratamiento directamente a las aguas del Océano Pacífico).

Por otro lado, escuchamos la triste presentación de la directora de Patrimonio Nacional del INAC, el peor fondeado de los ministerios por todos los gobiernos y encargado, entre muchas otras cosas, de mantener, promover y proteger nuestro patrimonio cultural y legado histórico para la humanidad. Tristemente digo, porque la misión es enorme, el objetivo es relevante y las estrategias distan mucho de ser sustentables o siquiera efectivas. Las diferencia entre el país Panamá y el País ACP son enormes, en lo cualitativo y en lo cuantitativo. Y tenemos que evitar que el primero menoscabe la capacidad productiva del segundo. Como lo definiera, palabras más palabras menos, Guillermo Castro, en su alocución al cierre del seminario. El país Panamá muestra ineficiencias en el manejo de la Cosa Pública, falta de transparencia y el “juega vivo” por doquier. El País ACP, aunque politizado por todos los gobiernos, es una empresa eficiente, efectiva y productiva, generadora de riquezas, con suficiente recurso humano entrenado, capacitado y honesto, altamente transparente y de calidad mundial. Qué gran ejemplo para los políticos y el pueblo, cada uno en su dimensión.

Ahora, el objetivo de este artículo es promover el País ACP, y lograr la transferencia de conocimientos y experiencias de los funcionarios de la ACP a la administración pública nacional y local.

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