• 20/10/2008 02:00

Balbina vs. Martinelli

Yo sí creo en las encuestas: constituyen la medición de un hecho social en un momento determinado.

Yo sí creo en las encuestas: constituyen la medición de un hecho social en un momento determinado.

A menos de siete meses de la elección de mayo de 2009 la decisión está tomando ribetes de polarización: el continuismo que representa el PRD y que mantiene como base un tercio del electorado e igual porcentaje por Ricardo Martinelli, del cambio respecto del status actual.

Nunca pensé que esta situación llegaría tan pronto.

En algunas muestras Balbina Herrera Araúz aventaja por escasos puntos a Martinelli y, en otras, ocurre lo contrario. Lo que sé que es una constante es que cada vez se rezaga más el candidato arnulfista, quien a juicio de muchos nunca logró consolidar su candidatura y menos se percibe como alternativa a ese cambio que ansía el país frente al continuismo del gobierno Torrijos y sus mismos amigos y compinches, y menos a la repetición de otro gobierno de Mireya Moscoso, su hermana y los cómplices de su corrupto gobierno.

Las ventajas de Martinelli sobre Balbina son obvias.

Ricardo es espontáneo, sencillo, emprendedor; como dijo hace unos días, él puede meter los pies, pero nunca meterá las manos.

A Balbina hay que decirle cómo comportarse: “No puedes hablar de tus amigos; menos de los colaboradore$; evita hablar de Noriega y menos de ningún caso de corrupción del actual gobierno: te salpica”. Aunque quiera y cualquier asesor se lo recomiende, jamás podrá poner distancia de Torrijos, su padrino electoral.

Martinelli, sin ambages, dice que se graduó en la Universidad de Arkansas e hizo su maestría en el Instituto Centro-Americano de Empresas —INCAE— de Harvard, mientras que en la página web de Balbina ocultan dónde “obtuvo” los postgrados que allí aseveran ha tomado.

Voy a suponer que no quieren resaltar el lado izquierdo de su educación, al igual que sus vínculos con Hugo Chávez y la colombiana del turbante.

En tiempos de crisis económica, Martinelli, domina el tema por su preparación y trayectoria empresarial; Balbina, dependerá de los mismos que han estado al frente de la economía, inclusive desde el noriegato, caso del actual ministro del MEF, Héctor Alexander, último ministro de Planificación de los uniformados y de un Arturo Melo, presidente actual de la Junta Directiva del Banco Nacional, cargo que “ostentaba” el 20 de diciembre del ’89.

La suerte está echada y a medida que pasen las semanas —como está ocurriendo en los Estados Unidos— se fortalecerá el candidato de límpido estandarte para el cambio.

Allá no podrá ser McCain, por más buena gente que sea, siempre a la sombra de su copartidario Bush; acá no podrá ser Balbina, por más corazón que tenga; el sobrepeso del gobierno de Torrijos terminará por aplastarla.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus