• 23/10/2008 02:00

El fenómeno Margarita

Cuando un pueblo resentido por tantas situaciones adversas, cuando muchas de estas situaciones son causa de la indolencia, de negligenci...

Cuando un pueblo resentido por tantas situaciones adversas, cuando muchas de estas situaciones son causa de la indolencia, de negligencia, de manipulaciones políticas, de deficiencias graves en la justicia y el aprovechamiento de pirañas humanas por conseguir con cualquier medio oportunista, un enriquecimiento fácil... llega una ocasión refrescante de unirse por una oportunidad latinoamericana de hacer valer su bandera, de sentirse especial, más que por la ayuda necesaria celular, por la convicción de tener una niña maravillosa con talento innato que merece compartir los mejores escenarios del mundo con los mejores intérpretes de la bolita del mundo Amén.

El pueblo tiene un desahogo, una liberación de tantas presiones negativas y también la convicción de que “Un pueblo unido, jamás será vencido” y aunque esta frase naciera de las entrañas del comunismo, no deja de tener actualidad para cualquiera que sean las circunstancias que motiven a un pueblo para unirse espontáneamente por un fin de satisfacción para todos.

Es conveniente tener presente lo costoso que nos resultó el triunfo de Margarita Henríquez y la consideración de que ese costo fue dinero que salió de nuestro país engrosando capitales extranjeros.

Margarita no es una niña que canta muy bonito... Margarita es La Niña que canta precioso, la que demuestra a propios y extraños que los sueños se pueden realizar con esfuerzo, disciplina, el talento y el carisma suficiente para unir un país con fe por los dones que ya le ha prodigado Dios.

Margarita es como el recreo que necesitábamos los panameños, para aliviar nuestras ansiedades negativas y tomar nuevas fuerzas para combatir las mismas cosas que nos hacen tan infelices con la convicción de que podemos unirnos para mejorar nuestra forma de vida y obligar a los que nos gobiernan que piensen que “la unión hace la fuerza” y que mejor la consigan a su favor y no en su contra.

Terminaré con el inicio de la poesía que Rubén Darío escribió para Margarita de Baile:

“Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar; yo siento en mi alma una alondra cantar tu acento. Margarita, te voy a contar un cuento”.

Y ahora pondré mi propia inspiración: “Esta era una niña humilde y bella que tenía una gran ilusión por resaltar y hacer feliz a su pequeña y noble nación. Usando su garganta y su carisma natural, cautivó a propios y extraños, en competencia internacional logró lo que por muchos años nadie consiguió y con esfuerzo y disciplina unió todo un país para un buen final”.

Y volviendo a Rubén Darío en su última estrofa:

“Ya que lejos de mi vas a estar, guarda, niña, un gentil pensamiento al que un día te quiso contar un cuento”.

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