• 25/12/2008 01:00

Cualidades de guabina

“Ven, ven, niña de mi amor, ven a mi ranchito que te espero con ardor...”. Esta tonada pertenece a la “Guabina Chiquinquireña”, la más p...

“Ven, ven, niña de mi amor, ven a mi ranchito que te espero con ardor...”. Esta tonada pertenece a la “Guabina Chiquinquireña”, la más popular y difundida de todas las guabinas. A parte del folclor de mi patria me gusta otro antojito de Colombia en particular: mientras el hombre la corteja, la mujer le coquetea con un baile cadencioso acompañado de uno que otro pasillito, como quien se deja y no se deja agarrar. Muchas de las letras licenciosas te dan a entender que en “la guerra y en el amor todo se vale”, incluso todo se vale por dejarse conquistar, como esta otra de Carlos Cortés: “Yo me bailo mi guabina con mi morena, con mi morena...”.

“Guabina” deriva de un pez de Colombia, también abunda en Puerto Rico. Para los puertorriqueños “guabina” se refiere al hombre que rehuye al matrimonio, el que no quiere saber de compromisos ni lealtades, aplicado a la vida personal y política, claro. Decirte “eres una guabina” adquiere tremendo significado cuando lees en el diccionario de la RAE: “Persona que, interesadamente y con frecuencia, cambia de parecer o de filiación política”. Pero.. para los “guabinosos” tiene otra acepción lamentable: “Persona cobarde”.

No sé por qué al pensar en esa conducta de los políticos panameños, me acuerdo de la guabina. Al dar una mirada a la mal llamada “Alianza por el Cambio” con sus celebraciones a la traición, odas a la falta de lealtad, todo ello en un cortejo mediatizado de tránsfugas de otros partidos, gente perteneciente a esos que él llama “han gobernado los últimos 40 años” y viendo que esos innobles productos son todo lo contrario a su promesa “gobernaré con los mejores”, me pregunto: ¿desleales que no saben guardar la palabra empeñada y se venden al mejor postor, no son precisamente los peores? Todos estamos claros en que Panamá necesita un cambio, pero en los valores, en la moral política. La descarada mezcla de nefastos personajes es tal, que no me extrañaría que el mismísimo “enamorador embilletado” fusionara las letras de las guabinas y al celebrar cantara: “Yo me bailo mi guabina con molirena, con molirena.. ven, ven, niña de mi amor, ven a mi ranchito que te espero con ardor...”.

-El autor es miembro de Fuerza Independiente.recursossinlimites@gmail.com

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