• 02/01/2009 01:00

Nuevas campañas electorales

Las campañas electorales eran antes una cuestión exclusiva de la dirigencia política, en la que participaban algunos organizadores, amig...

Las campañas electorales eran antes una cuestión exclusiva de la dirigencia política, en la que participaban algunos organizadores, amigos y beneficiarios del partido y estaban apoyadas por una prensa partidaria. Hoy, esas campañas han llegado a ser el objeto de la pericia, una pericia reservada a profesionales de la política que sustituyen a las tradicionales figuras de los partidos y producen una cierta liberación de los candidatos respectos de sus partidos.

El voto se ha vuelto volátil y se debe responder con ajustes tácticos en los programas. El mensaje debe ser menos ideológico y más cerca de la plataforma que debe estar en sintonía con el querer del electorado. La oferta partidaria debe ajustarse a la demanda electoral y es aquí donde entra en juego el mercadeo político. Ese “marketing” se fundamenta mayormente en las expectativas de los electores que se recogen mediante encuestas, investigaciones del comportamiento social, grupos focales y estudios de la dinámica política para establecer los posibles cursos de acción para influir en el conjunto de la sociedad.

En las nuevas campañas electorales el objetivo estratégico principal es conservar la iniciativa del debate y, más precisamente, en definir, sin que lo parezca, el campo de las cuestiones dignas de atención para el electorado. Ello no descarta el mantener en ocasiones una apertura a la discusión. Hay que recordar que el poder perceptivo del electorado, que es lo que miden las encuestas, está delimitado por sus necesidades inmediatas. Una gran parte de la sociedad queda satisfecha con las apariencias, como si estas fueran realidades y con frecuencia están más influidas por las cosas que parecen, que por aquellas que son. En realidad la verdad electoral es muy relativa.

En años recientes han aparecido nuevos sujetos en el escenario político: los jóvenes, las mujeres, grupos ambientalistas, organizaciones civiles y comunales, las minorías étnicas, los jubilados y marginados. Muy a menudo se crean nuevos grupos de representación o formas de presión, más o menos en correlación con los partidos existentes. Estos grupos demuestran una gran capacidad de innovación y proponen formas nuevas de agrupación y de expresión. Muchas veces sus necesidades y sus peticiones son totalmente nuevas con respecto a las rutinas de las consolidadas estructuras del partido. Esto amplía el espectro de las necesidades sociales y abre un nuevo campo a la propaganda política electoral.

El desarrollo de la TV comercial en las campañas electorales panameñas es impresionante, llegando incluso a determinar la agenda política del país. La TV ha cambiado de manera radical el propio espacio electoral, ha cambiado las estrategias de campaña, la fisionomía y papel de los candidatos. El efecto principal de la TV es, en estos nuevos tiempos, el de la personalización de la política. No depende solo de la posibilidad de acceso directo a la comunicación de masas por parte de los candidatos, sino que está unida a las propias lógicas expositivas de la TV que dan prioridad a las personas individuales, a las figuras humanas, a las historias y relatos con que está relacionada y a las emociones que acompañan. Es muy difícil representar en la TV instituciones complejas y, a menudo impersonales, como partidos políticos. Es mucho más fácil dar espacio a sus líderes, voceros y candidatos. Esta nueva realidad de las campañas electorales, obligará a las direcciones de todas las campañas a diseñar estrategias de comunicación, que se ajusten a las necesidades de los electores.

-El autor es ingeniero y analista político.blandonc@cwpanama.net

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