• 04/01/2009 01:00

La ética en el periodismo panameño

En vísperas de la Navidad me dirigí al Consejo Nacional de Periodismo para poner a su consideración el tratamiento informativo y público...

En vísperas de la Navidad me dirigí al Consejo Nacional de Periodismo para poner a su consideración el tratamiento informativo y público del que he sido víctima por parte del periódico La Prensa , acerca de lo que llamo malas prácticas del periodismo en función de su deber ser, la ética.

Emulando a mi padre, periodista de 60 años de ejercicio, he incursionado en el campo de la opinión, siempre con responsabilidad y respeto en lo que escribo y en los juicios de valor, si es que a ellos acudo.

Y me apasiona el periodismo por su exigencia de encontrar la verdad en los hechos que son su diario resorte y en su objetividad, para no lesionar a nadie.

Mi queja apuntó a que de manera racional, el CNP llame la atención del medio que por razones políticas, ideológicas o no sé si personales, me privó del derecho a la réplica, me negó el espacio para explicar la situación en la que me vi envuelto, treinta y ocho años después de ocurrido el suceso que condujo al lamentable fallecimiento del guardia Andrés García, hecho público y notorio. Como si fuera poco, obligado por la ausencia de ese derecho legítimo, debí pagar de mi propio pecunio un comunicado explicatorio, que fue burdamente intentado atacar por el propio periódico con un reportaje y comentarios incisivos, precisamente en la portada y en una página de al lado de lo publicado en campo pagado.

Lo sucedido es una prueba irrefutable de abuso de su poder y sin que la opinión pública tenga la oportunidad de leerlo y analizarlo imparcialmente y conocer la versión correcta de los hechos acaecidos. Ello utilizando la información previamente suministradas para su publicación y antes de hacer la misma.

Estas actuaciones preocupan, porque tratamos de construir una sociedad ilustrada objetivamente y así no se logra. Por fortuna existen los principios éticos que rigen el oficio del periodismo. A su observación apelé mediante esta queja, porque creo que la paz se levanta respetándonos, Al presentar un hecho circunstancial de interés de la opinión pública nacional, el medio periodístico debe, ante todo, considerar los argumentos, razones y hechos probatorios de todas las partes, para llegar a la Verdad, que es a la que tiene derecho el ciudadano común, publicarla, y no negarse a su difusión sin manipulaciones, como ocurrió conmigo.

Sin perjuicio de las acciones judiciales que considere conveniente presentar contra los autores, he utilizado, también, el mecanismo institucional que los propios periodistas de mi país han elegido para atender los hechos relacionados con la falta a la ética periodística por los que participan de esta importante actividad de la vida pública y que algunos consideran que se constituyen en el Cuarto Poder. Muchos realmente creen que lo son y se consideran jueces y fiscales con propia jurisdicción.

Así las cosas, he puesto esta queja al buen juicio del Comité de Ética del Consejo Nacional de Periodismo. Confío en que habrá justicia periodística al inicio del año 2009. Al menos es mi aspiración, para con ello resarcir la injuria, la calumnia y las intenciones difamatorias lanzadas por el periodista Santiago Fascetto y promovidas desde las oficinas de redacción del diario La Prensa.

-El autor es abogado y ex ministro de Estado.ddelgado47@hotmail.com

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