• 12/01/2009 01:00

El doctor de mil batallas: Carlos ‘Titi’ Alvarado

Don Titi Alvarado, como le conocíamos, era un panameño ciento por ciento, celoso guardador de la libertad, la dignidad y la soberanía de...

Don Titi Alvarado, como le conocíamos, era un panameño ciento por ciento, celoso guardador de la libertad, la dignidad y la soberanía de su patria, orador elocuente y popular.. prohombre de nuestra política nacional y del béisbol chiricano.. hombre que encarnaba los ideales sagrados de un Panamá nuevo.

Hoy, ante el sagrado altar de la historia, en este momento tan hierático, tu recuerdo llevará siempre en sí el sello de tu valor abnegado.

Es cierto que su desaparición física ha dejado un gran vacío a sus familiares y a un gran número de dirigentes del PRD y qué más decir de la dirigencia deportiva del Valle de la Luna; don Carlos Titi Alvarado dedicó su vida al partido, su circuito y al deporte de pasiones, el béisbol; él sintió un profundo cariño por su país y su gente, un respeto por los humildes y una gran admiración por el talento; dotado de una gran inteligencia y sabiduría, escuchaba detenidamente el planteamiento del amigo, del humilde, del campesino y, qué más decir, del adversario.

Carlos Alvarado reunió una extraordinaria personalidad. Descolló como hombre de acción insuperable, pero hay que aclarar don Titi también fue un hombre de pensamiento profundo, de inteligencia visionaria, y de profunda cultura, es decir, reunía en su persona al hombre de ideas y al hombre de acción.

Don Titi, aquí estamos, con la fidelidad y la lealtad a los principios que tú nos legaste, y con el optimismo contagioso que siempre nos transmitiste, con la fortaleza inquebrantable de tus ideas y con tu ejemplo; pues, nosotros que lo conocimos, quienes tuvimos ese inmenso privilegio, podemos decir que si hoy se busca un ejemplo, en este momento contemporáneo, en este nuevo Panamá, que escribe su actual historia, don Carlos ‘Titi’ Alvarado el Doctor de mil batallas, seria el mejor modelo a seguir.

Nos dejó su ejemplo, como último fruto de su inteligencia clara, su carácter espartano, su corazón de acero, pero de acero para el sacrificio, de acero para el sufrimiento, su alma noble, alma sensible, alma generosa para darse a una causa, para luchar por los demás, para sacrificarse por los demás, de su inteligencia, de su corazón, de su mano serena, nos dejó por último sus ideas, que con un estilo conciso, escueto, lacónico, reflejan la simbología de un torrijista comprobado.

No hay dudas de que su figura flameará en el seno de la propia sociedad panameña y de nuestra provincia chiricana; pero como resultado de su vida, de su desinterés, de su nobleza y de su altruismo, se convertirá en lo que es hoy, una bandera más del torrijismo, un batallador, en un guía, en monumento de la nobleza y del espíritu de justicia y que se puede resumir en dos palabras: modelo de revolucionario, en el modelo combatiente y de torrijista para el pueblo y la juventud panameña.

-El autor es miembro de la Juventud PRD.juvycano@yahoo.com

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