• 24/02/2009 01:00

¿Cuál cambio?

Según el testimonio de la señora Emilia García, quien fue la nana de Ricardo Martinelli, éste —cuando niño— quería conocer por qué los n...

Según el testimonio de la señora Emilia García, quien fue la nana de Ricardo Martinelli, éste —cuando niño— quería conocer por qué los niños de Soná (Veraguas) trabajaban "tan duro" y se iba al mercado de esta localidad a limpiar zapatos, con su cajita con betunes, su cepillo y toallita. Poco tiempo después aprendió a vender periódicos, oficio que dejó de hacer cuando se dio cuenta que le estaba quitando el negocio a otros niños que sí necesitaban trabajar para llevar el sustento a sus hogares.

Según sus propios copartidarios, Martinelli es un hombre trabajador, sencillo, visionario, líder, humanista y con un gran corazón. Pero, según un cibernauta anónimo, en un foro expuesto en la página web www.dealante.com, quien dice no ser “ni PRD ni arnulfista....”, la situación de los trabajadores del 99 (cadena de supermercados de Martinelli) y de los del ingenio que tiene en Soná, no es muy buena por no decir miserable....” Y, agregó: “Si supuestamente Martinelli quiere ayudar al pueblo, por qué teniendo gente humilde y necesitada bajo su mando no ha empezado con ellos?” También dice este cibernauta que la mejor prédica es la que se hace “con el ejemplo, simplemente”. Al final, dice que cada pueblo se merece el mandatario que elige, por lo que después no deben quejarse. Para la gente del Frente Nacional por los Derechos Económicos y Sociales, que aglutina a una serie de organizaciones (sindicales, profesionales, estudiantiles, campesinas, etc.) la cultura de las clases dominantes que controlan el poder económico y político se impone. Para esta cultura, la democracia se circunscribe al ejercicio del voto cada cinco años, la participación de la partidocracia, la campaña electoral enmarcada en un proceso de marketing publicitario, los electores encasillados en el clientelismo político. Ellos cuestionan el hecho de que los cuatro candidatos a la Presidencia asumen la consigna del “cambio”, aún cuando todos ya han estado en estructuras gubernamentales desde las cuales —aseguran— han impuesto medidas antipopulares. ¿De qué cambio están hablando? —se preguntan—, y exhortan a la población a romper con esa cultura dominante, a superar el clientelismo politiquero y a tomar conciencia de que el llamado "voto castigo" sólo favorece la alternabilidad de la partidocracia, que sólo beneficia a los intereses de la oligarquía. ¿A cuál cambio se referirán en verdad? ¿Cree usted estimado lector que es necesario un cambio? ¿Cuál debe ser ese cambio y cómo conseguirlo?

* Educador. pastornatural@gmail.com

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