• 19/03/2009 01:00

Criando criminalidad

La corrupción y la ignorancia caminan muy de cerca a la postura criminal. La ola de ésta no solo es alta, sino que se mantiene constante...

La corrupción y la ignorancia caminan muy de cerca a la postura criminal. La ola de ésta no solo es alta, sino que se mantiene constante y dominante. Resulta absurdo salir a la palestra pidiendo “mano dura”, cuando de lo que se trata es de una enfermedad social que aun no hemos tomado en serio para investigar y reconocer la razón de sus causas en el evento de que ya existan los diagnósticos. Como siempre, impulsivos implementamos, inoportunos tratamientos, mientras seguimos dando largas al asunto que cada segundo reproduce el estigma de la maldad en las mentes de nuestros jóvenes y criando delincuentes que ahora percibimos descontrolados.

¿Es que no se dan cuenta? No es posible, si desde las escuelas, en los buses, barrios y en cada esquina se viene observando la actitud proclive a la delincuencia que estamos ignorando en nuestros muchachos, desde su forma violenta de hablar y de vestir; la mentalidad increíblemente práctica y nada solidaria que caracteriza sus actitudes. Mientras usted lee estas líneas y se detiene a reflexionar, cada segundo transcurrido siguen madurando los criminales que harán la vida imposible a nuestras ciudades en periodos venideros.

La criminalidad actual es un arrastre no tan lejano que ya iniciamos a sufrir y no necesariamente es importado, como lo han querido pintar. Además, no dará tregua mientras no depongamos un montón de actitudes que constituyen el motivo verdadero de las causas de tanta perversión para un pueblo que no ha sabido implementar el concepto integral de democracia.

No hagamos nada, sigamos el relajito de la corrupción e impunidades, del despilfarro y la doble moral, de la burla al concepto de justicia y el deber insatisfecho de los jueces. De la intencionada falta de controles en lo administrativo y su mediocre justicia policial y de tránsito. Sigamos premiando a las aseguradoras y su concusión policial en detrimento popular. Sigamos patrocinando cada una de las maldades que asfixian la equidad, sacrificando el civismo y no hagamos un alto para esperar luego que se den las condiciones de alguna explosión social y experimentemos la estampida de criminales que luego nadie pueda detener.

Es absolutamente falso que una “mano dura” vaya a solucionar el problema criminal y al contrario producirá muchos otros. La Policía tampoco está preparada para este flagelo, pues su crianza es similar. Este es un problema que se resuelve con toda una filosofía probada en escritorio y llevada por hombres honestos, líderes sobre todo, a la practica para el logro de un objetivo claro y común. Ningún gobierno, gobernante, gabinete o funcionario que camine en la corrupción, por mínima que sea, podrá atender el problema aquí examinado, y lo más triste es que mientras esto no suceda, la mente criminal se sigue reproduciendo como cueva de ratas en cada rincón de nuestra Patria.

El problema es de todos los panameños, sin distingo de clase social, partido político o religión, pero el Estado y todos sus vicios tienen que parar. La Política y los millonarios subsidios estatales, las donaciones secretas y todos estos elementos distraen al hombre y liberan al criminal.

Sigamos con el jueguito, pero luego no nos quejemos.

-El autor es abogado.jcpastor1622@hotmail.com

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