• 04/05/2009 02:00

Gobernar para todos los panameños

Todos vivimos —sobre todo los que abanderamos uno u otro lado—, una campaña accidentada que a veces aparentó que la sangre correría hast...

Todos vivimos —sobre todo los que abanderamos uno u otro lado—, una campaña accidentada que a veces aparentó que la sangre correría hasta llegar al río. Nunca dudamos de la vocación democrática de este pueblo. Bajo este mismo título enfoqué un artículo dirigido al presidente Martín Torrijos. Él desde mucho tiempo atrás decidió participar activamente a favor de su partido, a pesar de las prohibiciones de la Ley Electoral.

Hay presidentes y presidentes. El costarricense Oscar Arias en su discurso ante la Cumbre de las Américas concluyo en que “algo hicimos mal los latinoamericanos”, diciendo: “yo me pregunto: ¿quién es el enemigo nuestro? El enemigo nuestro, presidente Correa, de esa desigualdad que usted apunta con mucha razón, es la falta de educación; es el analfabetismo; es que no gastamos en la salud de nuestro pueblo; que no creamos la infraestructura necesaria, los caminos, las carreteras, los puertos, los aeropuertos; que no estamos dedicando los recursos necesarios para detener la degradación del medioambiente; es la desigualdad que tenemos, que realmente nos avergüenza; es producto, entre muchas cosas, por supuesto, de que no estamos educando a nuestros hijos y a nuestras hijas”.

Asimismo la Carta Pastoral de nuestros obispos apuntan hacia el compromiso ciudadano y nos muestra la necesidad de hacer profundos cambios en salud, en educación, en infraestructura, en seguridad —temas trillados en la campaña—, pero que ahora tendrán que pasar de las promesas al cumplimiento cabal de cada uno de ellos. Afirman nuestros pastores que “hemos crecido económicamente a un ritmo impresionante, sin embargo, seguimos manteniendo unos niveles de pobreza vergonzosamente altos, porque no hemos sido capaces de lograr la participación de todos en la generación y la distribución de la riqueza”.

También es cierto que en Panamá nos la pasamos echándole la culpa a otros de la miseria en que vive nuestra gente y de nuestras desdichas. ¿Pero qué hacen nuestros políticos una vez asumen el poder? Hacen trampas en las licitaciones, favorecen a sus empresas, nombran en puestos claves a funcionarios por amiguismos, familiaridad o compromisos financieros, no necesariamente por competencias, capacidad o experiencia, en fin hacen todo lo necesario para robar y saquear el Erario Público.

Tomando en cuenta lo anterior, “entran limpios y salen millonarios” ahora más que nunca no debe ser un simple eslogan de campaña. La gente creyó en las propuestas, en los planteamientos y en la fórmula electoral del candidato, ahora presidente de la República por la voluntad de una gran mayoría de los panameños. Se requerirá en este nuevo gobierno mucha participación ciudadana y mayor compromiso democrático de la misma sociedad, como también se necesita —como en efecto creo lo hará—, que don Ricardo Martinelli gobierne y que gobierne para todos los panameños.

-El autor es escritor y analista político.recursossinlimites@gmail.com

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