• 06/05/2009 02:00

A veinte años del fraude electoral

Coincidencias y similitudes extraordinarias acontecieron entre las elecciones generales organizadas por el Tribunal Electoral en el año ...

Coincidencias y similitudes extraordinarias acontecieron entre las elecciones generales organizadas por el Tribunal Electoral en el año de 1989 y las recién pasadas de 2009.

En ambas triunfó el civilismo, deseoso de un cambio y de un pueblo cansado de ver un desgaste de las instituciones que no cumplían con su cometido dentro del gran espectro administrativo. A diferencia de que en la década del 80 prevalecía un clima de inseguridad personal, de pesquisa, persecución, chantaje, atropellos físicos y de las libertades individuales y escritas y, esencialmente, los atentados personales contra la vida individual y familiar.

En ese ambiente turbulento, aupado por los gorilas del régimen de facto de Manuel Noriega, civiles, y el partido, hijo de ese mismo régimen, tienen lugar las elecciones del 10 de mayo de 1989, cargadas de fraudes y violaciones de los derechos humanos. A pesar de ese oscuro escenario en el cual participaron políticos del régimen actual, el pueblo fue a la calle con la frente altiva y, silenciosamente, mediante el voto castigo, le dijo al mundo abrumadoramente no más atropello, tropelía ni abusos. El resultado fue el abrumador triunfo de los partidos opositores, abanicado por la gran Cruzada Civilista. Un incuestionable triunfo que hizo crisis en la cúpula, apoyada por el partido gobernante, el PRD, marcó la jornada que llevó a la presidencia a los ciudadanos Guillermo Endara, Ricardo Arias Calderón y Guillermo Ford, adalides de la democracia en Panamá, en ese entonces. Fue una gesta heroica difícil que llenó de dolor, sangre y luto a muchas familias y jóvenes inocentes que en estas elecciones del 2009 se recuerda.

En aquella ocasión, el pueblo soberano, responsablemente, conquistó el poder mediante el voto, a pesar de prevalecer un clima de odio y rebeldía. Ese triunfo fue conculcado mediante la orden del Tribunal Electoral, a cargo de la Licda. Yolanda Pulice de Rodríguez, quien, por orden militar, proscribió las elecciones generales de mayo de 1989, cerrándose así una etapa negra de la historia. Pero a Dios gracia, a esa contumacia del ciudadano ultrajado y a otras fuerzas externas se puso fin a un ominoso capítulo en Panamá.

Las elecciones del 2009 recuerdan el despertar cívico de ese vigésimo acontecimiento. El ciudadano agotado, preso por la inseguridad social, con un sabor de corrupción, ante casi la misma cúpula gobernante de los años 89, mediante el voto castigo del 3 de mayo, dio un mensaje claro al país y al mundo exigiendo que otra suerte debía cabalgar por la cordillera del país.

Y así fue, un pase de factura similar a la de 1989 que, de cruzada civilista, se transformó en eslogan de niños y grandes que gritaban a cuello abierto: “ El cambio va ”.

-El autor fue legislador de la República.chente-3406@hotmail.com

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