• 23/05/2009 02:00

¡Somos todos africanos!

Tal vez por ser este el mes en que celebramos la “Etnia Negra” me he encontrado, más de lo usual, enfocándome en las manipulaciones, mis...

Tal vez por ser este el mes en que celebramos la “Etnia Negra” me he encontrado, más de lo usual, enfocándome en las manipulaciones, mis interpretaciones, y usos negativos de los símbolos e imágenes referentes a la “etnia negra”. Comprendo que muchos de estos actos se deben a la ignorancia. Empero, es innegable que, en gran parte, son utilizados para propagar la supremacía racial y extender el poderío del grupo dominante. Un pequeño ejemplo: Gabriel García Márquez en su obra “El general en su laberinto” nos relata que a medida que Simón Bolívar ganaba batallas más “blanco” era en sus “fotos”. Aparentemente, la idea de un “mulato” como “Libertador” no era aceptable.

Comprendo que habrá algunos que, por sus propias razones, no compartirán esta opinión. Respeto su derecho de pensamiento, pero discrepo con su opinión.

Comparto la posición del presidente Barack Obama, quien, durante su campana presidencial, abogó por un diálogo abierto y objetivo sobre el concepto de raza, cuyo objetivo sería la reducción, si fuese posible, de muchos de los obstáculos que impedían e impiden la existencia de una sociedad transformativa y civil. Opino que en Panamá este diálogo también es necesario.

Reconozco que muchos dirán que no es necesario, porque carecemos de racismo. Esta noción me recuerda una conversación que, muchos años atrás, tuve con un gran amigo, hoy difunto, el arquitecto Alberto Smith Fernández (siempre usaba “Fernández”), quien me decía lo mismo. Para él lo que existía era una diferencia de “clases”. Me acusaba de introducir un concepto inexistente. Sin embargo, posteriormente Alberto y el artista, también difunto, LeRoy Gittens y el embajador Gerardo Maloney, fueron los fundadores de ARENEP —Asociación Reivindicadora del Negro Panameño. Durante el mismo periodo surge APODAN, otra organización en defensa de los derechos del negro panameño. Epifanía de mi amigo y otros de la existencia del racismo en nuestro país.

Señalo que hago una diferenciación entre “prejuicio social” y “racismo”. Concuerdo con Lerone Bennett, quien define “racismo” como “una ideología política de supremacía racial apoyada por o autorizada por las instituciones focales de la sociedad”. El “prejuicio” es una antipatía de índole personal sin poder institucional. Hoy existen organizaciones como “No me pidas una foto”. Evidentemente todavía tenemos un problema racial y nos urge enfrentarlo. ¡Por ende el diálogo nacional es necesario!

No podemos continuar confundiendo nacionalidad con raza, ni determinar quién es panameño por su dominio del idioma. Tampoco podemos tratar de tapar el sol con las manos demarcando académicamente que “El concepto de raza no existe, porque no hay raza pura”. ¡Tal vez sea cierto! Como también es cierto lo que dicen los antropólogos: “Somos todos africanos”.. en el África empezó la “raza” humana. Esas discusiones son estériles, al igual que discusiones sobre el color de Jesús. No resuelven los problemas reales que nos confrontan. Siendo trabajador social en Chicago, allá en los años 60, un supervisor me explicaba que yo no era negro. Siendo panameño mi color era producto del sol tropical. No hace mucho en Panamá se me dijo que yo no era negro, que era “moreno”. Son estas meras reflexiones que me indican la necesidad de un diálogo nacional.

-El autor es escritor y docente panameño residente en NY.cerussman@yahoo.com

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