• 23/06/2009 02:00

Tareas inconclusas

No hay duda de que Panamá ha ido mejorando en su cultura política. Hoy, más que ayer, hay cierto grado de continuidad en los proyectos. ...

No hay duda de que Panamá ha ido mejorando en su cultura política. Hoy, más que ayer, hay cierto grado de continuidad en los proyectos. Ya no es tan dramático el cambio de un gobierno, cancelando todos los programas del anterior y empezando nuevos proyectos.

Ya aprendimos que las cosas grandes no se logran en cinco años, eso hubiese hecho imposible pensar en un tercer juego de esclusas en el Canal, un verdadero desarrollo turístico, corredores viales, etcétera.

Hoy, hemos visto cómo el turismo lo desarrollamos siguiendo un plan de 20 años, el Canal con 10 años de planificación, la construcción se ha beneficiado por el continuismo en los incentivos no importe el gobierno, la Zona Libre de Colón, la banca y seguros, se han mantenido al margen de las políticas partidistas.

Pero hay temas inconclusos. Temas en que los gobiernos han “tirado y fallado” , trataron, pero no pudieron.

El transporte colectivo, la seguridad, los costos de los servicios públicos, la mora judicial, son temas que a todos preocupan y los gobiernos simplemente no han podido resolver. En el caso del transporte hemos visto cantidad de esfuerzos fallidos. Desde los CUTSA de la época del general Omar Torrijos Herrera, los buses comprados por la ex presidenta Mireya Moscoso, el Transmóvil de Martín Torrijos Espino, todos fracasaron.

El nuevo gobierno, dirigido por Ricardo Martinelli Berrocal, tratará ahora con una combinación de buses y metro, diseñado para lograrse en menos de 10 años un sistema integral, quizás en los primeros cuatro el primer ramal.

Luego están problemas inconclusos por falta de decisión. Tenemos un complejo problema en las concesiones de las áreas revertidas, donde, al no vender los terrenos de Amador, los promotores han diseñado un complicado sistema de ventas de propiedades en las que no son dueños de los terrenos.

Cierto es que algo similar ocurre en Hawái, pero con bancos y financieras con otra mentalidad.

Nosotros vivimos la experiencia de la Zona Libre de Colón, donde tampoco enajenamos los terrenos, pero allí el dueño es el propio usuario de la galera, en Amador lujosos condominios se erigen sobre suelo ajeno.

¿Por qué no venderle los lotes a los dueños, y, de igual forma, por qué no vender los terrenos de la Zona Libre de Colón? El ingreso al Estado sería significativo y desenredamos un complejo problema que se vive con el Grupo Figali hasta con las obras en las dos islas.

El nuevo gobierno tiene de igual forma que terminar los problemas de la mora judicial, sentarse con los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y definir qué presupuesto adicional requieren para nombrar los jueces y fiscales adicionales para darle a la justicia la velocidad que la haga justa. ¿De qué sirve la inocencia después de años en la cárcel esperando un juicio?

Para lograr el desarrollo adecuado tenemos como país que planificar a largo plazo, ir solucionando los problemas que quedan pendientes y darle, entonces, al país planes y proyectos que tomen más de un gobierno para concluirse, pero comprometidos todos en continuarlos.

Los cambios de gerencia y administración en las empresas no cambian el rumbo de las empresas, los gobiernos tienen que empezar a pensar con esa mentalidad empresarial de administración y dejar en el pasado los botines políticos.

-El autor es ingeniero y analista político.marognoni@cwpanama.net

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