• 02/07/2009 02:00

¿Qué podemos esperar?

Ayer, 1 de julio, se consolidó la democracia en Panamá, pese a que algunos piensen que su consolidación fue el producto de campañas publ...

Ayer, 1 de julio, se consolidó la democracia en Panamá, pese a que algunos piensen que su consolidación fue el producto de campañas publicitarias que pronto se desvanecerán, dando paso a la realidad que nadie podrá ocultar, disminuir o mucho menos ignorar.

Pasadas las elecciones ha llegado el momento de la verdad, cuando de los discursos y las promesas se debe ir al cumplimiento de las expectativas o, como otros tantos, pasar a la historia como vendedor del “suero mágico” , que, como en los cuentos, se desplazaba de pueblo en pueblo con el único propósito de engatusar a los ignorantes pueblerinos y despojarlos de sus pocos recursos.

Ahora, es el momento cuando los electos deben demostrarnos que fueron más que eslóganes. Pero también sabemos que muchas cosas dependerán de la presión popular, del apoyo ciudadano y, como dijo alguien, muchas cosas se pueden lograr, solo hay que obligarlos a que las realicen, porque solos no pueden. Existen fuerzas que se negarán a ceder un solo centímetro, no renunciarán a las prebendas, privilegios y prácticas que solo favorecen a unos pocos. Por eso el ejemplo debe comenzar por las mismas autoridades electas, son ellos los que deben dar el primer paso. ¿Esperaremos esto o nos quedaremos con más de lo mismo?

Puede ser que nuevamente veremos una Asamblea de Diputados que le da la espalda al pueblo que la eligió, que se harán los locos y comenzarán a importar autos, realizarse cirugías cosméticas y cambiar escandalosamente su nivel de vida, mientras el pueblo comience a despreciarlos. Veremos faraónicas caravanas con autos blindados y docenas de escoltas pasearse por las calles, apartando a todo el mundo a su paso para que la nueva aristocracia llegue pronto a su destino, mientras miles son torturados en el transporte público. Veremos a ministros actuar como si hubiesen obtenido un puesto a perpetuidad con el derecho de hacer los que les da la gana, pese a que son simples empleados transitorios del gobierno de turno.

¿Qué podemos esperar? ¿El inicio de un nuevo gobierno que solo entibie un poco el agua o será como algunos que serán recordados como parte de épocas de despilfarro y corrupción hasta en la neveras?

Cinco años son pocos cuando se comparan a la montaña de promesas que se realizaron y que de querer cumplirlas se tendrá que habilitar dobles turnos para los ministros y puestos de toma de decisiones. El capítulo comenzó a escribirse, el pueblo estará talvez embriagado por algunos días, pero al igual que cuando los héroes romanos entraban en la ciudad desfilando aclamados por las multitudes, detrás de ellos un esclavo les susurraba al oído “la gloria es efímera” y en los actuales tiempos lo efímero puede ser fugaz.

-El autor es M. Sc. Administración Industrial.gperear@cableonda.net

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