• 21/07/2009 02:00

Llegó Capitán Frío

La idea de implementar una cadena de frío fue, sin duda, una de las mejores que tuvo el candidato Ricardo Martinelli durante su campaña ...

La idea de implementar una cadena de frío fue, sin duda, una de las mejores que tuvo el candidato Ricardo Martinelli durante su campaña pasada, porque cada vez que sus críticos lo responsabilizaban por el alto costo de la canasta básica, él respondía que se debía a la falta de frío en la cadena de comercialización de los alimentos.

Hoy, vemos que el discurso político se ha materializado y el Gobierno ha creado una instancia de alto nivel para su respectiva administración.

La importancia de una cadena de frío radica principalmente al considerar las enormes pérdidas de productos que se obtienen por el inadecuado manejo, almacenamiento y transporte de los productos agrícolas.

Según datos técnicos, las mermas ascienden hasta en un 50 por ciento para productos como frutas y legumbres, y de ejecutarse el proyecto, no solo se reducirá el costo de muchos alimentos que componen la canasta básica, sino que ayudaría a promover la exportación.

Pero antes habría que abrir el mercado a la competencia. El Gobierno, por tanto, debe diseñar una estrategia que asegure las condiciones necesarias para transformar las deficiencias estructurales actuales en una sólida plataforma de comercialización interna y externa. Para ello hay que crear incentivos para que se inviertan en centros de acopio, centros de redistribución y compra de camiones refrigerados. La cadena fría debe ser lo suficientemente atractiva, como para convertirse en oportunidad de inversión y fuente de generación de empleos. Uno de los incentivos más importantes sería la propuesta de una tarifa especial de electricidad para los que participa en la cadena de frío.

El objetivo de la cadena fría es conectar las zonas productivas del interior con las ciudades y puertos del país. Es vital la incorporación de una flota moderna de transporte refrigerado y la eliminación de todos los camioncitos que en la actualidad “camaronean” mercancía desde tierras altas y no cuentan con ningún resguardo de frío. Además, hay que considerar y aplicar normas técnicas internacionalmente aceptadas.

Al igual que la Dirección de Pesas y Dimensiones vigila el peso de los camiones en las carreteras, la Secretaría de Frío tendrá que instalar puntos de inspección y centros de verificación para certificar el frío adecuado de producto a lo largo de la cadena de comercialización. Por supuesto, nuevos sistemas de empaque con sus respectivos estándares de calidad tendrán que igualmente aplicarse.

La incorporación de frío requiere también de un plan de capacitación para todos los productores, agentes y empacadores. Es indudable que en las zonas de producción, la gente del campo carece de conocimiento acerca del comportamiento de productos frente al frío, la falta de normalización y las deficiencias en los manejos poscosechas.

El Gobierno debe servir de facilitador en toda esta gestión, y permitir que los agentes económicos construyan y mantengan sus sistemas de frío sin trámites ni trabas burocráticas.

Lo cierto es que, si las empresas no ven un posible beneficio, no participarán, y todos sabemos que el Gobierno ha sido un pésimo administrador en cualquier actividad productiva. Lo importante ahora será resaltar y explicar que al construirse una cadena fría eficiente, competitiva y concurrida, todos se van a beneficiar: las empresas que generan empleos y suministran camiones y equipos de refrigeración, los productores que incrementan sus niveles de producción consumible, y los miles de consumidores que compran alimentos a precios más baratos.

*Empresario.lifeblends@cableonda.net

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