• 21/07/2009 02:00

El espíritu de las leyes

Charles Louis de Secondat, Señor de la Bréde y Barón de Montesquieu, autor de “El Espíritu de las Leyes”, presentó su libro en el S. XVI...

Charles Louis de Secondat, Señor de la Bréde y Barón de Montesquieu, autor de “El Espíritu de las Leyes”, presentó su libro en el S. XVIII. Este ha servido de base fundamental para la Ciencia Constitucional, logrando que el principio de los tres poderes separados y armónicos sea la columna vertebral de las constituciones políticas modernas, la primera se originó en EUA en 1787.

Las constituciones escritas han alcanzado, salvo contadas excepciones y por motivos muy coyunturales, un grado de perfeccionamiento tal, que las ha apartado de su verdadero espíritu, encerrando al Soberano en una camisa de fuerza, por lo que actúa solo cuando se le permite, cuando surge una revolución, entonces, aflora el poder constituyente originario de manera voluntaria y democrática.

Sí, en efecto el Soberano, solo elige sus cuadros gubernamentales cada cierto tiempo según las normas de cada país, aprueba o rechaza consultas populares, referéndums, plebiscitos y nada más. Entonces, debemos aceptar que en verdad la voluntad soberana está condicionada a lo que quieren permitirle los gobernantes de turno. Es evidente que el Soberano tiene las alas cortadas, no puede volar por sí solo.

Por otro lado, es cierto que los gobiernos someten a la consideración del Soberano determinados cambios o propuestas, pero también es verdad que los amarran con gazapos o no incorporan dentro del pliego de reformas lo que podrían ser sus aspiraciones y que se traslucen a través de los reclamos populares.

Han transcurrido tres siglos desde que Montesquieu presentara su brillante obra, pero el sistema que presentó a las civilizaciones del momento y futuras no ha sido objeto de transformación alguna. Los resultados que generó esa obra es hora ya de que sufran transformaciones y que ese poder evolutivo renazca como corresponde. Así como otras ciencias han evolucionado producto de las inquietudes inteligentes del hombre, de sus necesidades y cambios sociopolíticos. Los hechos políticos y sociales preceden siempre a los de orden legal o constitucional, de allí que es impositivo afirmar que el lugar al que se ha relegado al Poder Soberano es evidente y notorio, por lo que requiere que la evolución que exigen los tiempos modernos se inicie ya.

Antes de iniciar mis argumentos o propuesta, es importante destacar que el nuevo Órgano Electoral estaría integrado por miembros alejados de la política partidista, por lo menos durante los últimos diez años. Los notables que estructurarían leyes directas deben egresar del foro de abogados, también alejados de la política partidista por igual cantidad de tiempo. Acoto una pregunta que dejaré en el aire. ¿Acaso Montesquieu dijo que no podría haber en el futuro más de tres órganos? ¿Imaginó el estado de indefensión del Soberano? El nuevo órgano por tener competencia haría más productivo al Legislativo.

*Empresario.juramor777@hotmail.com

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