• 29/07/2009 02:00

Medio ambiente y desarrollo

Una característica común del crecimiento económico y de la pobreza, es la manera como las agrupaciones humanas se relacionan con su ento...

Una característica común del crecimiento económico y de la pobreza, es la manera como las agrupaciones humanas se relacionan con su entorno —con los sistemas naturales que les rodean— y la forma asimétrica que asume esta especie de vecindad que termina por afectar el estado del ambiente y el empobrecimiento de sus recursos. Tanto en una como en otra realidad, la presión, la explotación y el desgaste, son los síntomas.

Estas acciones o relación de la sociedad con dichos recursos naturales, suele terminar con el empobrecimiento de ecosistemas que se tornan frágiles, con pocas posibilidades de regenerarse y de hacer sostenibles sus servicios. Esto quiere decir que cada vez que desaparece una especie de flora o fauna, se pierden millones de años de información ambiental y también se altera el equilibrio que sostiene la naturaleza.

Un fenómeno de reciente aparición que tiene que ver con este desmejoramiento de las condiciones ambientales, es el asociado con el cambio climático. Producto de esta contingencia, surgen eventos con alteraciones en su frecuencia, simultaneidad, gravedad; ejemplos, son las inundaciones, crecidas repentinas, ciclones, deslizamientos, sequías e incendios forestales, todos caracterizados por su condición extrema.

Pero también uno de los síntomas más graves lo constituye el alto nivel de vulnerabilidad; es decir, el aumento de la posibilidad de las comunidades para verse afectadas en su seguridad por estos fenómenos atmosféricos u otros asociados a la contaminación, la pérdida de la calidad en los suelos, el agua, el aire o por desertificación.

Es como lo expresan Michael Jarraud, secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), y Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de Naciones Unidad para el Medio Ambiente (PNUMA), “el cambio climático ocurre ahora, sobre todo como resultado de las acciones humanas; ello ilustrado por el impacto del calentamiento global actual y lo que se espera para el futuro?”.

En diversas partes del planeta, se desarrollan actividades de sensibilización, formación y por supuesto investigaciones sobre estos cambios y el porvenir de las circunstancias que los envuelven. PNUMA resalta además la necesidad “de encontrar la manera de alentar la utilización más eficiente, justa y responsable de los recursos naturales por parte de los sectores productivos de la economía?”.

Esa es la esencia del llamado a la comunidad internacional para desarrollar programas que posibiliten una integración y así enfrentar los retos ambientales que en la actualidad son urgentes en el planeta, en especial para los países en desarrollo, con que concluyó, el 10 de julio, la VII Convención Internacional de Ambiente y Desarrollo, que tuvo lugar en la ciudad de La Habana, Cuba.

Más de 500 participantes, entre altos funcionarios de los ministerios de Ambiente de Latinoamérica y el Caribe, científicos, educadores ambientales, profesores universitarios, así como investigadores y comunicadores de 35 países de los cinco continentes participaron durante cinco días en las actividades de estas jornadas, que sirvieron de intercambio de información y análisis de los problemas más apremiantes del medio ambiente.

América Santos, viceministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, dijo que más que el alcance de permitir el intercambio de experiencias, lo más importante es ver cómo podemos compartir y alcanzar la cooperación entre países para enriquecer la tecnología que permita enfrentar temas como el cambio climático, la contaminación, la emisión de gases de efecto invernadero y políticas que propicien un desarrollo limpio.

Algunos expertos, como Feng Gao de Asuntos Legales de la Convención de Cambio Climático de Naciones Unidas, afirmaron que el calentamiento global es indiscutible y que genera cambios que repercuten en los humanos.

También hubo un llamado a los impactos del cambio climático sobre las especies, como el que hizo Grethel Aguilar, directora regional para Mesoamérica de la Unión Internacional de la Naturaleza (UICN), quien alertó sobre la devastación a causa de eventos climatológicos; dijo que “ha aumentado en los últimos años, lo que hace a Centroamérica una zona de multiamenazas”.

Por esa razón, Susan McDade, directora del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), apostó a consolidar las energías renovables como fórmula para reducir el alto consumo de los combustibles fósiles y contribuir a un ambiente más sano.

Si bien preocupa la rapidez de contingencias, como el cambio climático en relación a la adopción de medidas y acciones concretas por parte de las naciones, es importante el aporte de encuentros que, como esta convención, permiten el intercambio de experiencias y posibilitan la información para los tomadores de decisiones.

*Periodista, escritor y docente universitario.modestun@yahoo.es

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