• 21/08/2009 02:00

Gurs y la derrota del Estado

“Más vale encender una luz, que quejarse de la oscuridad”, lema inscrito en el suelo en varias lenguas en este Campo de concentración? “...

“Más vale encender una luz, que quejarse de la oscuridad”, lema inscrito en el suelo en varias lenguas en este Campo de concentración? “Losa de piedra maldita en el cerro del que pocos quieren acordarse...”, sobre todo en Francia.

Marcando la línea divisoria entre el país vasco y el Departamento del Béarn, ahí está Gurs.

Cuando se habla de “campos de concentración” se piensa generalmente en “los malos” alemanes y en los ya conocidos en tierra polaca. Sin embargo, y aún sabiendo que existieron varios de ellos (no en el sentido de campos de exterminio) en territorio francés, nunca imaginé una tal complicidad entre el gobierno de Vichy y sus “amos”. Según parece Hitler confió plenamente en la policía francesa para hacer “el trabajo” , de modo que no era necesario enviar a las SS. ¡Duele!

Si bien es cierto que en un principio las 13 islas que componían este campo fueron levantadas en unos 42 días, cifras más, cifras menos, talvez nunca se pensó que éste evolucionara de campo de refugiados del derrotado ejército republicano español, hasta convertirse en un eslabón más de la política de exterminio de los “indeseables” , sobre todo judíos, pero también intelectuales, homosexuales, gitanos, poetas, decretada por el III Reich.

De 1939 a 1940 el idioma oficial que dominó fue el español. Los refugiados españoles se dieron a fondo en recrear un ambiente cultural: orquestas, grupos corales y hasta una barraca dedicada a los deportes. El ambiente no cambiaría mucho con la llegada masiva de un ejército de artistas provenientes de Baden, quienes aportaron también su quehacer para mantener el impulso de este “campo español”. Hannah Arendt, la alumna de Jaspers, también aterrizaría aquí y se preguntará luego: “¿cómo fue que quisieron morir? se dieron a la muerte?”. Y añado yo, ¿el hecho de ser “viejos” tendría algún peso en ello?

En cierto momento el campo se vació de españoles/vascos y se fue llenando de los “otros” , familias enteras, niños y, un buen número de jubilados. Unos 700 de entre los más de 60,000 escaparon. Uno de ellos Juan Antonio Castro Izaguirre, comandante del “José Luis Diez” , de la Marina española republicana. —El tío Juan Antonio, como me he acostumbrado llamarlo, se unirá luego a la resistencia organizada por de Gaulle y terminará su carrera en la base francesa de Diego Suárez (Antiranana) en territorio malgache desde donde escribirá sus Memorias (inéditas a la fecha).

Se está hablando de la posibilidad de abrir un “Museo de la Dictadura” en Panamá. Si el fin es mostrar “a los malos” ? considero que sería otro de los tantos despilfarros de los últimos tiempos, para hacer de los museos un “hazmerreir”. No descarto, sin embargo, la idea de un tal Museo, pero considero que antes tendría que producirse un reconocimiento de la responsabilidad del propio Estado panameño en sus fallas y contradicciones? tal y como lo hiciera el Estado francés, a la gran desesperación de mi desaparecido amigo Albert Chambon, ex embajador y deportado a Buchenwald. Los Noriega, Torrijos, en fin, “los militares malos” en cierta forma ya se han sentado en el banquillo de los acusados y hasta atravesado la muerte. Pero, y ¿ “los buenos” militares?, o no, se habrán quedado de brazos cruzados ante la derrota de un Estado que sigue viviendo de la especulación como tierra prometida “para hacer negocios” ? Olalá! Huele a comunismo (aunque ya éste no exista)? “se habrá vuelto loca?” , qué más da? una más!

*Ex docente universitaria.cedilia@pa.inter.net

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