• 07/09/2009 02:00

Los Pierrot del caso CEMIS

En la antigua Grecia se castigaba sin piedad a quienes incumplían las leyes. Y muchos políticos, filósofos y altos funcionarios fueron s...

En la antigua Grecia se castigaba sin piedad a quienes incumplían las leyes. Y muchos políticos, filósofos y altos funcionarios fueron severamente castigados. Tal vez el más famoso de los sentenciados en aquellos lejanos tiempos de la historia de la civilización griega fue el maestro y filósofo Sócrates. No obstante, Sócrates, decidido a mantener su dignidad y honor y llegado el momento, pidió la cicuta y la apuró hasta el fin, muriendo en medio de los dolorosos estertores de una muerte amarga con el estoicismo de quien, pese a ser inocente, cumplió una condena legal con honor y sin ningún miedo.

Todo lo narrado viene a cuento del regreso del Caso CEMIS a la palestra pública, donde están señalados altísimos y no tan altísimos dirigentes del PRD, quienes, según todos los indicios conocidos extraoficialmente, compraron con dinero y torcidas de brazo, voluntades y conciencias para que la Asamblea aprobara el famoso proyecto.

Con esa deshonesta acción impidieron que a la provincia de Colón —que tanto lo necesita— llegara un proyecto que en esencia resultaba positivo desde todo punto de vista y eso, lo deben llevar en sus conciencias los mencionados en los “ torovideos ”. Se conoce ya que hay nombres de actuales integrantes de la dirigencia perredista involucrados en el caso y se sabe asimismo que pronto serán llamados a juicio y que probablemente resulten culpables y por lo tanto, condenados a beber su propia cicuta.

En ese momento de las condenas y aún durante la toma de declaraciones sabremos por fin de qué estaba hecha esa dirigencia y veremos quiénes serán capaces de caer de sus falsos pedestales suplicando o negando la verdad con artimañas de jurisprudencia en lugar de aceptar la determinación de los tribunales. Claro que no se trata de modernos Sócrates. Éste era inocente y siempre lo supo, pero igual aceptó la decisión de la injusta justicia —si cabe la contradicción—.

Lo más criticable es que los que participaron en la repartición de los sobres, que maquiavelaron acciones que les redituaron enormes sumas de dinero, y que se escudaron tras la figura del Pierrot, con su doble máscara, hoy, ante la aparición de la verdad absoluta de los videos comprometedores, insisten en una inmunidad a la que no tienen derecho e insisten en escudarse detrás de un manto de inocencia.

Es hora de que salgan a pagar sus errores, que asuman las consecuencias de sus bribonadas y que no solo la Justicia losÁ  sancione, sino que la conciencia de todo el país, les exija explicaciones. Estos abusadores del poder que hicieron del chantaje, la colusión y el soborno los principales instrumentos de sus logros políticos deberían tener vergüenza y aceptar sus culpas y sus condenas —si llegan— con valor y dignidad, cumpliendo aunque sea poco antes de su entierro político con las penas que la justicia valore como castigo inexorable por sus delitos de lesa patria. El caso CEMIS regresa y pone a prueba la calidad de la justicia panameña.

*Periodista.erluga@cwpanama.net

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