• 26/09/2009 02:00

Dr. Antonio Francesco Pirro Bonghi

Queremos compartir con ustedes algunas breves reflexiones sobre quién y cómo era mi padre.

Queremos compartir con ustedes algunas breves reflexiones sobre quién y cómo era mi padre.

Reflexiones que de una manera sencilla queremos expresar siguiendo un poco su filosofía de vida que, como alguna vez escribió en una de sus publicaciones, se podría resumir en una línea: “ La complejidad es una bella palabra presumida, mientras la simplicidad es muy humilde, sincera, verdadera ”.

Mi padre nació en un pequeño y pintoresco pueblo de Italia, llamado Troia. Siendo el menor de ocho hermanos, vivió su juventud en un mundo que planteaba épocas difíciles que nosotros solamente podemos imaginar. Siendo muy joven le tocó enlistarse en el ejército italiano para defender su país natal durante la Segunda Guerra Mundial. Su encrucijada en ese entonces le presentaba tres caminos: Sacerdocio, Medicina o Fútbol. Finalmente decide estudiar medicina para llegar a ser un gran médico.

Esto a pesar del hecho de que era un gran futbolista. Tenía una habilidad que siempre nos impresionaba: nos barría a todos, sus hijos, mucho más jóvenes, todos a la vez? nadie le podía quitar el balón.

Le gustaba y sabia bailar muy bien vals? y al respecto le pueden preguntar a mi madre, a mis hermanas y a sus nueras que tuvieron la suerte en alguna ocasión de bailar alguna pieza con él.

Fue un hombre que luego de haber recorrido y conocido el mundo, por alguna razón que solamente Dios, tal vez mi madre y él saben, decidió venir a Panamá a ejercer su vocación de investigación y de enseñar anatomía. Se enamoró de este país y de quien ha sido su compañera durante más de 45 años: mi madre. Se estableció en esta tierra a la que amó y conoció tanto o más que muchos de nosotros, y aquí formó una numerosa familia.

Siempre supo conjugar de manera inusual la Ciencia y la Religión, nombrado por el Papa como caballero de la Orden de San Silvestre por servicios especiales prestados a la Iglesia y además condecorado como Caballero de la República de Italia. Fue también reconocido por la sociedad científica internacional por sus trabajos de investigación.

Dedicado a su profesión y a su familia, logrando en lo primero y entre otras cosas colaborar para que la calidad de la formación de los médicos en nuestro país gozara de reconocimiento internacional. Ayudó a formar médicos, de los que algunos seguramente se sienten afortunados de haber podido aprender, no solo de sus conocimientos científicos, sino también de la integridad y firmeza de su carácter y de su determinación en exigir excelencia de sus alumnos, colegas y de todos los que lo rodeaban. A la vez hizo todo lo que pudo para educar como cristianos y como personas de bien a sus hijos, quienes siempre hemos sentido orgullo y admiración por él y su legado.

Un hombre de bien a quien nunca le faltó un gesto de bondad para con quienes más lo necesitaban.

Con sencillez amaba y disfrutaba con mucha alegría el compartir la naturaleza con su familia, respetándola y apreciando todos sus pequeños detalles.

Así te recordaremos siempre? Arrivederci Papá?.

*Ingeniero.opinion@laestrella.com.pa

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