• 12/10/2009 02:00

Reto PRD

Al estilo de “Carta Abierta” me dirijo a los compañeros del Directorio Nacional que, ante la situación de crisis interna, en la reunión ...

Al estilo de “Carta Abierta” me dirijo a los compañeros del Directorio Nacional que, ante la situación de crisis interna, en la reunión convocada para el domingo 18 de octubre asumen la responsabilidad histórica e independiente de elaborar y diseñar el esquema que permita garantizar la existencia y permanencia política del PRD como instrumento al servicio de los intereses de la mayoría de nuestro pueblo y la sociedad en su conjunto.

Soy persona respetuosa y con vocación disciplinaria, igual que el grueso de nuestra membresía; y es precisamente por el cultivo de esa actitud que debemos exigir reciprocidad. Desde el relámpago llamado al Directorio del 28 de junio y nuevamente ahora para determinar asuntos de sensitiva decisión, la misma se ha invocado con agendas y propuestas ipso facto e inconsultas con los actores principales en las instancias determinantes, obviamente producto del clamor general que exigía la renuncia colectiva del Comité Ejecutivo Nacional (CEN).

Ante tales presiones, tardíamente llegan antecedidas de otra convocatoria a la firma de un “ acuerdo de unidad ” entre cuatro importantes figuras cuyo liderazgo es incuestionable. Sin embargo, este plausible hecho debe dejar claro que la unidad no se logra con camisas de fuerza por rúbricas en documentos protocolares; la unidad es producto de acciones tangibles y ejemplares muestras de voluntad política. Por ello ante el “ Sí, pero No ” de las renuncias que generan incertidumbre y dudas por el interés personalista, el Directorio Nacional en la citada reunión plenaria, revestido de su beligerancia y autonomía deliberadora, debe establecer cronograma y agenda en nueva Hoja de Ruta, aceptando las dimisiones y que la mismas se den con responsabilidad administrativa formal, de tal forma que los 4,200 delegados y 300 directores nacionales reciban del CEN saliente, informe de realidad financiera activos-pasivos y estatus general del colectivo, de manera que, como soberano y máxima autoridad en esta nueva era, adquiera la importancia y rectoría jerárquica sutilmente usurpada.

Queda claro entonces, que es innecesario elegir un CEN “ provisional ”, si no uno que concluya el inalterable periodo 2008-2013; esto a su vez ofrece un proceso transparente, fraterno y de auténtica génesis democrática. Quienes sean designados en la elección, surgirán de perfiles con liderazgos naturales y no impuestos o seducidos por propuestas indecorosas.

He allí la interrogante de saber si asumimos con pantalones largos las transformaciones y disponibilidades que la Nación confía escrutadoramente. Parafraseando: “ Antes que perezca, prefiero que subsista el partido, a que subsista Torrijos ”, Omar.

*Director Nacional.rafaelpitti@gmail.com

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