• 08/11/2009 01:00

Ahora le toca al pueblo.. pagar

La consigna del gobierno de Ricardo Martinelli, Ahora le toca al pueblo , parece ir tomando contenido, en la medida en que se promulgan ...

La consigna del gobierno de Ricardo Martinelli, Ahora le toca al pueblo , parece ir tomando contenido, en la medida en que se promulgan leyes y decretos dirigidos a que sea el pueblo trabajador el que cargue los desmanes de la continuidad de la política económica neoliberal incrementándosele el costo de la vida, lo que cada vez ubica a más sectores en condiciones de pobreza. Es decir, la consigna toma forma: Ahora le toca al pueblo pagar.

El costo de la vida sigue en aumento, así el costo de los alimentos se han incrementado en 20%, a pesar que el “ jefe” convocó a las cadenas de supermercados (de las cuales es miembro) para “ que no aumentarán los precios” a cambio de una serie de incentivos; la energía eléctrica se bajó solo a los empresarios con la excusa de que ello ayudaría a reducir los precios de los productos y artículos de primera necesidad, pero no ha sido así, el precio del servicio de energía eléctrica no bajó a los precios anteriores al ilegal aumento de agosto de este año. Ahora el Gobierno, al igual que el de su predecesor, Martín Torrijos, señala que no pueden hacer nada contra la especulación.

Los impuestos a los empresarios de la Zona Libre de Colón, casinos y de la industria tabacalera quedaron muy por debajo de lo anunciado, mientras que el verdadero paquete tributario del nuevo Gobierno tiene como centro el aumento del impuesto de ITBMS del 5% al 7%, lo cual caerá sobre los hombros del pueblo. El engaño en esta materia es hacer creer a los trabajadores que se reducen los impuestos vía aumentar la base salarial de exoneración de impuestos sobre la renta a los asalariados; sin embargo, la lógica neoliberal parte del criterio que cada vez es mayor el desempleo y la informalidad laboral por lo cual es preferible recaudar impuestos vía consumo.

Y es que en materia económica seguimos con más de lo mismo. Es decir, neoliberalismo, el remate de Panamá para atraer inversiones y convertirnos en un paraíso de los negociantes, y se sigue como Gobierno implorando el TLC con Estados Unidos y ahora con la Unión Europea, lo cuales de imponerse constituirían un golpe demoledor contra los sectores productivos.

Mientras tanto, la última Encuesta de Niveles de Vida revela un alarmante índice de pobreza y desigualdad en nuestro país, expresando particularmente que casi la mitad de los niños menores de seis años viven en la pobreza y de ellos una cuarta parte vive en la pobreza extrema. El 96.3% de nuestra población indígena vive en condiciones de pobreza.

Continúa profundizándose el deterioro de los servicios de salud y educación; no hay soluciones de vivienda, pero se incrementa la política de desalojos forzosos, siguen los problemas de la falta de agua, carreteras y recolección de basura en muchas comunidades, mientras se agrava el desempleo y crece la informalidad.

Sigue sin resolverse la crisis del transporte público, pero ya el ministro de la Presidencia nos habla de un aumento del pasaje para los próximos meses y se adelanta el otro gran negociado “ el metro ”.

Los proyectos mineros, hidroeléctricos, empresariales y seudoturísticos siguen causando estragos en el ambiente y en las comunidades donde se desarrollan, los cuales en muchos casos han significado el desalojo forzoso de poblaciones campesinas e indígenas, especialmente de los pueblos originarios Naso y Ngäbe Buglé, expulsados de tierras ancestrales. Asimismo son estas comunidades las más afectadas por los estratos de las inundaciones, producto de los desastres naturales que han ocasionado los proyectos depredadores del ambiente.

La violencia y la inseguridad ciudadana siguen incrementándose, pese a las promesas electorales.

El discurso demagógico se agotará, los “ shows mediáticos “ dejarán de tener efecto y se vendrán abajo las medidas asistencialistas que el Gobierno usa como propaganda (“ 100 a los 70 ”, por ejemplo), que no atacan los problemas de fondo, pero que al igual que programas anteriores sirven para crear focos de corrupción. Entonces, crecerá el descontento popular frente a la falta de respuesta y solo les quedará intensificar la represión y promover más el autoritarismo.

En ese escenario no queda otro camino al pueblo que prepararse para las nuevas jornadas de lucha que se avecinan. Construir Poder Popular es el camino, lo que demanda prepararnos, organizarnos, seguir concientizando a la población sobre las verdaderas causas de sus problemas sociales y por qué la partidocracia burguesa no es una solución a sus demandas de justicia social.

*Secretario general del Suntracs.rologe54@yahoo.com

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