• 11/02/2010 01:00

El cristal entre la luz

Como uno de los más grandes poetas iberoamericanos, Manuel Orestes Nieto acaba de ingresar en el sitial privilegiado de la reducida elit...

Como uno de los más grandes poetas iberoamericanos, Manuel Orestes Nieto acaba de ingresar en el sitial privilegiado de la reducida elite que posee múltiples premios Casa de las Américas. El Premio Honorífico José Lezama Lima 2009 reconoce cuatro décadas (1968-2008) de la obra poética de Manuel Orestes y, a través suyo, se rinde también un homenaje a Panamá.

El Premio Casa de las Américas, el galardón con mayor historia, prestigio y convocatoria en Latinoamérica, eligió este año dentro de las 436 obras que concursaron a El cristal entre la luz, de Manuel Orestes, como el mejor libro de poesía publicado en el 2008. El libro de libros, como lo define el poeta panameño, ilumina en sus 512 páginas verdades esenciales. La figura de un cristal descomponiéndose dentro de la luz, es un hermoso símbolo de su compromiso existencial. Su poesía no reinventa la historia nacional, la alumbra, la visibiliza y, al colocarla en la perspectiva de sus vivencias íntimas, la hace comprensible.

La forma particular de repasar aquellos tramos en que los hechos superan la racionalidad del análisis, es un aporte para que los panameños se comprendan a sí mismos. De su pluma nacen destellos luminosos que desnudan el material del que está hecha la naturaleza humana.

Manuel Orestes había ganado antes con Dar la cara, el Premio Casa de las Américas 1975, Sección Poesía, y en 1973 una mención por el poemario Adentro reconozco que me duele todo. Homenajeado por el gobierno de Chile, galardonado en Guatemala, finalista en Barcelona, cuatro veces ganador del Premio Ricardo Miró, reconocido por el Instituto Panameño de Cultura por su excelencia literaria, su consagración definitiva es El cristal entre la luz.

Desafiante, desbordante, vigorosa, lúcida, contundente y convocante, esta obra es un avance vivificante de la poesía sobre los diferentes costados de la existencia. El cristal entre la luz, es el descubrimiento de los pliegues de la multiplicidad étnica, racial y cultural que conforman el tejido de la nacionalidad panameña.

Aunque se traslucen distintos estados de ánimo, propios de la disímil historia nacional, hay armonía a lo largo de toda su producción literaria. No puede ser de otro modo porque la suya es una obra humana que identifica las largas tristezas y las cortas alegrías de la Nación y del hombre y la mujer panameños.

Manuel Orestes entrega sus versos con un realismo desgarrador. Está presente, junto a los orígenes de la Nación, la temática de la ocupación estadounidense, los sucesos de enero de 1964 y la invasión de diciembre de 1989. Con una soberanía nacional degollada, ante quienes celebraron este mar de sangre, se pregunta: ¿Dónde queda la patria de los apátridas?

Como alquimista de virtudes, Manuel Orestes posee el poderoso don de la antelación. Los tiempos de la tranquilidad han terminado,/en que a la hermosa vida se le ha opuesto/la triste canción de los depredadores. Cual alma sensible que lleva el país en la memoria, no acalla su conciencia ni su compromiso literario.

Frente a Manuel Orestes se está ante uno de los faros del pensamiento poético panameño de la segunda mitad del siglo XX. Se comprometió a escribir y del escribir forjó un oficio en el que trabaja cual orfebre que pule el metal hasta darle forma, en la excelsa tarea que consume el palpitar de su corazón y su vida misma. Para Manuel Orestes lo que siempre será inadmisible/es que muera lo que nos alentó a vivir. Esa es una de las enseñanzas básicas de El Cristal entre la luz.

*Periodista.d_olaciregui@hotmail.com

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