• 22/03/2010 01:00

¡El cambio está en marcha!

Los panameños votaron por un gobierno que ponga los intereses del pueblo primero. El programa 100 a los 70, el mayor aumento de salario ...

Los panameños votaron por un gobierno que ponga los intereses del pueblo primero. El programa 100 a los 70, el mayor aumento de salario mínimo de la historia, el Metrobus, la creación del Ministerio de Seguridad, 180 dólares anuales, libros, útiles y uniformes gratis para más de 800,000 estudiantes de escuelas públicas; una reforma fiscal justa, aumento de salario a los policías, el fondo solidario de vivienda por 5000 dólares para adquirir viviendas propias y el proyecto de Curundú; son las muestras de que el cambio prometido en campaña por el presidente Ricardo Martinelli está en marcha, para beneficio de todos los panameños.

Un cambio nada fácil, pues las medidas afectan los intereses de los políticos de siempre, de los empresarios irresponsables y de la izquierda, que atacan al gobierno y dividen a los panameños, en vez de trabajar unidos para cambiar el país. Así lo asegura el propio mandatario en su más reciente campaña publicitaria gubernamental, clara señal de que su administración empieza a sentir que la estrategia mediática está comenzando a resquebrajarse, despejando ante la ciudadanía la realidad de un gobierno común y corriente, incapaz de encausar un rumbo de verdadero cambio para la Nación.

Lo anterior no es más que una lista de supuestos logros, costumbre alardeante de todos los gobernantes, y como siempre, se trata de logros que no superan la barrera de lo eminente social, de lo superficial; por lo regular proyectos de inversión que todo gobierno ejecuta, porque deben hacerlo por default. Martinelli se apresura a hacer gala de sus logros, pues quiere que la gente mantenga en la cabeza la idea de que él es el cambio, de que él es un presidente diferente, especial; un empresario, no un político; o sea, un presidente no político. ¿Dónde cabe semejante absurdo?

Pero a la lista de Martinelli le hacen falta algunos detalles. A 8 meses de gestión, no se ha logrado ninguna política o estrategia seria y sostenible para frenar la creciente criminalidad, venga de donde venga; lo que se ha hecho es aumentar el estigma sobre los menores de edad, que son los que menos delitos cometen. Tampoco hay algo claro en educación o en salud, solo se habla de reforma curricular y de nuevos hospitales; pero sistemáticamente, todo sigue igual y empeorando. A nivel administrativo, la Cosa Pública sigue manejándose ineficientemente, con los mismos vicios politiqueros; se dice que se lucha contra la corrupción, y resulta que todo el funcionariado del cambio es santo de devoción, porque para el Zar, en el cambio no pasa nada.

Y qué decir de la concentración de poder del presidente, que controla todos los Órganos del Estado, el Ministerio Público y la Contraloría, donde nombró a su contadora personal que “ actuará sin injerencias ” del hombre que luego de sus 5 años como contralora, la recontratará en Importadora Ricamar S.A. ¿Qué absurdo, verdad? La careta de Martinelli se cayó, aunque estamos los que siempre pudimos ver a través de ella.

El cambio está en marcha, y es cierto, porque cambiamos las manzanas rojas por las verdes. Saben diferentes y son distintas, pero al final son manzanas.

*Comunicador.augusto@expresiones7.net

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