• 29/03/2010 02:00

La crisis de los grupos magisteriales

Tuve la oportunidad de conocer educadores de la talla invaluable de Vicente Bayard P, Federico A. Velásquez, Alejandro y Alberto Méndez ...

Tuve la oportunidad de conocer educadores de la talla invaluable de Vicente Bayard P, Federico A. Velásquez, Alejandro y Alberto Méndez Pereira, Alicia Cantoral, Julio Pinilla Chiari, Berta Quesada, Rafael E. Moscote, A los doctores Octavio Méndez Pereira y José Dolores Moscote para no hacer una lista interminable de prohombres y mujeres de la educación. Ninguna de estas luminarias empuñaba banderas huelguistas, lo que hacían era empuñar la pluma y hacer docencia para que los legos aprendieran y bebieran la educación en fuentes puras, para que los educadores novatos pudieran ver y analizar la coyunda histórica de los problemas de la educación y superarlos.

Hoy no es así, porque la educación está en manos de “ educadores mediocres ” incapaces de tomar la pluma y hacer docencia, hilvanar y desmenuzar aquellos conceptos que les son contrarios, porque sencillamente carecen del mínimo de conocimientos que les permita incursionar en el campo profundo de las ideas. La Educación está en crisis y son ellos, los artífices de esa crisis, son ellos la materia prima mal elaborada incapaz de dar luces positivas en bien de la educación.

Los educadores deben horas que en mal momento utilizaron para huelgas. Hoy reclaman que no se ha dado la capacitación necesaria que exigen los cambios que está dando el Ministerio de Educación, pero son incapaces de ofertar los sábados durante el tiempo que sea necesario para recibir la capacitación en referencia. Que lo ofrezcan, todo no puede ser como dice el adagio del cojo, cuando abre la pierna y da un giro hacia adentro queriendo decir: “ todo para mí ”.

La crisis de la educación comienza con los educadores, en ellos está inmersa la mediocridad, la incapacidad que luego proyectan a sus educandos, desde su presencia personal hasta sus descompuestos gestos que no son de educadores. Hoy la meta es hacer huelgas para que los educandos, que, en condiciones normales reciben una educación mediocre, la reciban aún peor.

Cuando nació la República, por largos años, serían tres o cuatro los bachilleratos, pero los estudiantes de esa época, al salir de sexto, eran capaces de dictar clases a los alumnos de primero a tercer grado y obtenidos algunos años de experiencia dictaban clases a los de cuarto a sexto grado.

Hoy no es así, válgame Dios, es de urgencia extrema que se dé un giro de 180 grados para encaminar a la educación por el sendero de la rectificación, en procura de que los educadores del presente se adentren profundamente en los verdaderos problemas de la educación que comienza con ellos y los Grupos Magisteriales hoy en crisis. Nada se arregla con huelgas. Así son las cosas.

*Empresarios.juramor777@hotmail.com

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