• 05/04/2010 02:00

Necesitamos el periodismo (II)

Hasta el final de la era anterior, la labor teórica del periodista era buscar esa información donde estuviera para hacérsela llegar a lo...

Hasta el final de la era anterior, la labor teórica del periodista era buscar esa información donde estuviera para hacérsela llegar a los ciudadanos que no tenían otra forma de conocerla y, por ello, estaban dispuestos a pagar.

En nuestros días, la cuestión es ser capaces de seleccionar la información pertinente entre la ingente cantidad de información que nos rodea. Parece que el tradicional papel del periodista ya no tiene sentido.

¿Tiene sentido pagar por lo que cualquier persona con un teléfono móvil puede enviar a otras miles sin costo alguno? ¿Es razonable pedir que los visitantes paguen por leer en la web el mismo texto de agencia que publican otras decenas de medios?

Las experiencias de quienes han querido cobrar por acceder a la información no parecen corroborarlo, pero quizá la solución está en ofrecer a los lectores lo que ellos no pueden hacer: conseguir la información a cualquier hora en cualquier lugar y gratis, pero no pueden contrastarla ni relacionarla ni procesarla hasta convertirla en conocimiento (el bien más valioso de la era de la información). Muchos ciudadanos que no pagan por simple información, estarían dispuesto a hacerlo por conocimiento.

Hace meses, un grupo de congresistas estadounidenses proponían convertir a los medios en fundaciones sin ánimo de lucro para acabar con la crisis del sector. Planteaban que los ciudadanos paguen directamente a los profesionales que recolectan y procesan la información.

La propuesta no tuvo ningún resultado práctico pero quizá en un futuro próximo los periodistas trabajen agrupados en cooperativas a sueldo de agrupaciones de lectores o en fundaciones sufragadas con donaciones o bajo cualquier otra institución independiente de intereses políticos o de grupos económicos.

Lo que sí parece evidente es que la supervivencia de los medios se encuentra en proporcionar el conocimiento necesario para comprender el mundo que nos rodea. Cuanto más cerca esté el periodista de su lector, cuantos menos intermediarios haya, más calidad. El auge del fenómeno de los blogs supone exactamente eso: línea directa entre el origen de la noticia y el lector.

Europea de Madrid. opinion@laestrella.com.pa

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