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- 19/07/2025 00:00
Gelabert sobrevuela Lima

Se aproxima el 88.º aniversario del histórico vuelo de Marco Gelabert sobre Lima, la capital peruana. Corría el año 1937 y la cancillería inca se encontraba preparando la Conferencia Técnica de Aviación que debía realizarse del 16 al 23 de setiembre de aquel año. El 22 de abril el Perú invitó al secretario de Relaciones Exteriores y Comunicaciones a tal evento (Archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Caja 5-20-A, of.2-6-N/8, doc.8,1937).
La Conferencia Técnica en Lima era parte de lo acordado en la Conferencia Panamericana de Montevideo (Resolución LIII), de la Conferencia Comercial Interamericana de Buenos Aires (Resolución XXXVIII) y de la Conferencia de la Consolidación de la Paz desarrollada también en Buenos Aires (Resolución XLXIII). La selección de Lima como ciudad sede de la Conferencia Técnica fue resultado del esfuerzo diplomático multilateral peruano —que contó con el voto de Panamá— que estaba asociado a la inauguración de un monumento conmemorativo en homenaje al epónimo héroe Jorge Chávez que cruzó los Andes en setiembre de 1910. La obra, una pirámide de 18 metros de altura con cuatro imágenes que representan el drama de Ícaro al acercarse volando hacia el sol, fue hecha por el escultor italiano Eugenio Baroni quien había muerto en 1935. “La existencia misma del Monumento tuvo una realización tan difícil como la hazaña que buscaba conmemorar porque tuvo que superar muchos obstáculos” (Raffo,2023). Las piezas escultóricas adosadas a la pirámide fueron preparadas en el taller de Baroni en Turín y transportadas en el “Orazio” hasta Panamá donde el “Urubamba” las llevó hasta Lima.
“La obra —señaló Baroni— me ha costado un trabajo indecible, porque quise lograr esa naturalidad, ese equilibrio y esa armonía, tan difíciles de conseguir, tratándose de un monumento absolutamente nuevo, y en el cual estaba en juego, el honor del arte italiano” (Guzzi, 2024).
En julio de 1937, un preocupado García Bedoya, jefe de la Legación peruana en el istmo, escribía a Lima indicando que temía que Panamá no pudiese acreditar una delegación por carecer de un cuerpo técnico aéreo nacional (MRE, Caja 5-20-A, of.16, doc. 20,1937).
Finalmente, Panamá comunica la conformación de su delegación tanto para la conferencia como para la ceremonia inaugural del monumento. El 1.º de setiembre señala que el país estará representado por Ramón Vallarino, ministro de Panamá en Lima, y Marco Gelabert, propietario de la aerolínea “Gelabert y Cía.” (MRE, Caja 5-20-A, of.20, doc. 18,1937). El 15 de setiembre llegará Gelabert en su propio avión junto con Luis J. Saavedra, secretario privado del presidente de la República. Los tres habían sido autorizados a participar en el homenaje aéreo a Jorge Chávez (Decreto 96 del 1° de setiembre de 1937) organizado por el Ejecutivo peruano.
Para el develamiento del monumento, que “fue obsequio de la colectividad italiana a Lima por su cuarto centenario de fundación que se había celebrado un par de años antes” (Lima la Única, 2019), se tenía previsto el sobrevuelo de una escuadrilla de aviones biplanos de la fuerza aérea peruana, otra de la estadounidense, y cerrando el desfile el avión panameño de Gelabert quien, en un momento dado, abandonaría la formación para sobrevolar Lima y arrojar octavillas donde Panamá saludase la construcción de tan importante obra.
Cuando se discutían los preparativos del sobrevuelo del avión panameño con las autoridades peruanas, a Vallarino se le ocurrió la idea de imprimir unas octavillas para que sean lanzadas desde el avión de Gelabert, ello significó modificar el plan de vuelo para hacerlo de baja altura alrededor del monumento. Si bien, desafortunadamente no se conservó ninguna de ellas se conoce que llevaban impresas las banderas de Perú y Panamá con un texto donde se saludaba la proeza de Jorge Chávez. Esta anécdota la consigna García Bedoya en el informe que preparó para Lima cuando la misión panameña regresó al istmo y es posible inferir que la obtuvo del propio Gelabert. Vallarino dio muestras de ingenio para tener listas en tiempo récord las octavillas. Recurrió a la Tipografía Nacional logrando que sean impresas en saldos de papel lo que no solo bajó considerablemente los costos, sino que obtuvo octavillas multicolores. “Para la inauguración asistieron cerca de 90 mil personas que llenaron las graderías y alrededores del antiguo Hipódromo de Santa Beatriz, hoy Campo de Marte” donde el monumento tuvo su emplazamiento original (Lima la Única,2019). Era el 23 de setiembre de 1937.
Con Nota M-18 del 6 de octubre, la Legación peruana dirigida por García Bedoya agradeció, con la apropiada fineza, la participación panameña en el vuelo de develamiento del monumento a Jorge Chávez donde participó Gelabert y su avión (MRE, Caja 5-20-A, of.28, doc.33,1937). Pocas semanas después, el canciller panameño Lefevre conoció que el diplomático peruano sería reemplazo por Luis Cúneo Harrison, próximo Enviado Extraordinario y ministro Plenipotenciario del Perú, por lo remitió un mensaje donde, al tiempo de recordar la hazaña de Gelabert, felicita a García Bedoya “por su afanoso cuidado para conservar intacta la amistad tradicional entre el Perú y Panamá la cual tiene firmes bases desde 1903 a la fecha” (Nota DD-1867 del 7 de setiembre de 1937). La aviación escribió así una nueva página de historia diplomática.