• 10/04/2010 02:00

Los independientes

No conozco en su real contexto, la forma jocosa e irónica en la que se refirió q.e.p.d., el entonces magistrado del Tribunal Electoral, ...

No conozco en su real contexto, la forma jocosa e irónica en la que se refirió q.e.p.d., el entonces magistrado del Tribunal Electoral, Dr. César Quintero, cuando dijo que si a los Independientes le quitaban el in, quedaban dependientes, si le quitaban el de quedaban pendientes y si quitaban el pen, solo quedaban los dientes. Algún mensaje subliminal e ilustrativo envió con esta lapidaria expresión.

Aún así no tuvo objeción por la participación política en eventos electorales de personas que se autoproclaman independientes; porque ello forma parte del derecho ciudadano. Sin embargo, en la actual coyuntura lo cuestionable es que mientras quienes como miembros inscritos en partidos políticos, para aspirar a un puesto de elección deben ir a elecciones primarias y cumplir una serie de requisitos y reglamentaciones estatutarios, complementado con una actividad proselitista estricta y tediosa que además resulta muy onerosa, ya que los precandidatos, tienen que correr con sus propios gastos en el torneo interno y posteriormente al oficializarse su candidatura.

Menciono esto porque según informes noticiosos, los grupos representativos que promueven las candidaturas independientes en la discusión sobre las reformas, están elaborando propuestas en disparidad y a dentadas, ya que exigen ilimitados tipo de concesiones y garantías financieras.

Valdría la pena preguntar entonces para qué sirven las instituciones orgánicas legalmente constituidas (partidos políticos) y su afiliados que de manera formal y obligatoria tienen que cumplir las regulaciones establecidas en sus documentos ideológicos y doctrinales. Tal desigualdad como expresé al inicio, a mi criterio pierde la visión del concepto democrático, pues lo que debe ser una justa aspiración se plantea con preceptos anárquicos y de libertinaje. Sin querer ser apocalíptico, de no hacer las cosas con serenidad y prudencia, a corto plazo estas podrían redundar en una situación de inestabilidad política en la gobernalidad.

En tal sentido sin timidez con autoridad, responsabilidad, comprensión y visión, los miembros comisionados en la ponderación de las reformas deben adecuar y reglamentar esta alternativa, de tal forma que los aspirantes cumplan rigurosos requisitos éticos en cuanto a su identidad e historial político en su trayectoria independiente, es decir que tengan una cantidad mínima de años, de no pertenecer a ningún partido.

Por otro lado la ley debe impedir que en esta opción los beneficiados una vez en el cargo, sean seducidos, reclutados o que unilateralmente decidan inscribirse en el partido gobernante o cualesquiera que fuere, en razón que esto constituye una burla a los electores. No se trata de radicalismo ni trabas a la integración e inclusión ciudadana, lo que pretendo es contribuir a superar la falta de credibilidad en las actuaciones de la clase política, generando la confianza y el deseo de participación espontánea, en un sistema que aún con sus debilidades y carencias debemos preservar, la Democracia.

En el mismo orden de ideas la transparencia y rendición de cuentas de los Partidos políticos, debe ser abierta no solo en los órganos internos, si no al resto de la sociedad, ya que con el dinero de todos se permite afianzar y garantizar la sostenibilidad de participación política organizada.

*El autor es Director Nacional P.R.D. rafaelpitti@gmail.com

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