• 04/11/2010 01:00

La larga jornada por nuestra Identidad Nacional

Nuestra Nación — Estado se perfiló desde sus orígenes comprometida con los intereses de los Estados Unidos en relación al dominio de los...

Nuestra Nación — Estado se perfiló desde sus orígenes comprometida con los intereses de los Estados Unidos en relación al dominio de los mares y posicionarse estratégicamente en la puerta hacia el Pacífico a través del Istmo de Panamá.

Colombia exigió su parte. Estados Unidos tuvo que pagarle más de veinticinco millones de dólares en oro, en la década de los veinte, para zanjar la disputa por Panamá. Nuestra República tuvo que ‘ceder’ parte de nuestro territorio habitual desde la conquista misma cuatro siglos antes, con las regiones en donde se encontraban las míticas poblaciones de nuestro proceso histórico: Santa María La Antigua del Darién y Acla, además donamos parte del Golfo de Urabá.

Toda esta tierra la reclamó Colombia junto con los millones de dólares recibidos. Cuando el tratado del 77, apareció el viejo compromiso de Estados Unidos con Colombia, Torrijos dijo que era por agradecimiento; la verdad, lo intimidaron a hacerlo, así apareció el tratado de Montería, otorgaba privilegio a Colombia. Hoy en día presiona para que abramos el tapón del Darién.

Colombia ha sido nuestro más leal contrario, todo lo que implique mejoras para Panamá, Colombia trata de usufructuarlo, porque mantiene la visión de que esta tierra es de su propiedad.

Del lado de Costa Rica también nos dieron nuestro zarpazo, a esta pequeña, pero valiente tierra: nos fuimos a la guerra de Coto en 1921, en ella estaba en disputa la rica Cuenca del Río Sixaola, es decir, un recurso fluvial natural, importante. Ganamos la guerra, pero perdimos ante Estados Unidos, quien sirvió de árbitro y tras el Fallo White favoreció los intereses de las Bananeras de conciudadanos y todo fue un ‘japai’, como decía mi madre.

Luego con Belisario Porras hubo otra intervención armada yankee, cuando este se refirió a ese territorio como una comarca de segunda, y varios paisanos panameños fueron a reclamar a la Presidencia y los estadounidenses intervinieron.

Pero esto no acabo aquí, en 1941 los Estados Unidos solicitan, a un Arnulfo Arias presionado por todas partes, que ratifique el fallo White aceptado, no por Arnulfo Arias, sino por Belisario Porras, del cual ya vimos cómo se formó la de San Quintín.

Bien, Arnulfo Arias acepta y pasa a la historia como quien vende territorios panameños, ya vemos que no fue así, eso era cosa de Porras y los costarricenses nos dieron un zarpazo.

Los Estados Unidos han tenido relaciones dolorosas con nuestro pueblo, como lo fue el 9 de Enero de 1964, hemos puesto siempre los mártires en defensa de nuestro territorio, para defender nuestra Bandera y nuestra Patria.

Nos cayó el 20 de Diciembre de 1989, invasión propiciada por el sucesor de Torrijos: Noriega. Pero gracias a Dios y a los tratados se le entregó a Panamá su Canal, por el cual hemos pagado con tanta sangre de los mártires.

Hemos corrido con suerte, porque, aparte de las agresiones de Colombia, de Costa Rica y de los Estados Unidos, tuvimos una invasión de extranjeros provenientes del Caribe, los cuales no ayudaron en nada a la Nación, la dividían aún más; hablaban no castellano, sino el inglés, estaban a favor de los estadounidenses, jamás pelearon en las causas nacionalistas, porque iba contra sus propios intereses de clase y etnia.

El interior no se queda atrás: marginado, encerrado entre valles y montañas y muy poco ha dado a la civilización.

Por lo tanto, la pregunta es: no, cómo hemos llegado a ser nación; sino cómo hemos podido PERMANECER UNIDOS como nación.

Doy gracias que cada panameño ama a su tierra, que el más humilde tiene una consideración con su patria como el más encumbrado.

Pareciera una fuerza enigmática la que nos ha dado cohesión, como cuando se pega un pedazo de tela con un adherente de plástico, pero lo hemos logrado y lo seguiremos logrando, en esta larga jornada por nuestra identidad, que aun hoy ¡se está formando!

*DOCENTE.

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