• 08/05/2014 02:05

Varela, proclamado presidente electo de Panamá

La derrota del candidato oficial, José Domingo Arias, fue recibida con alivio.

La victoria electoral del panameñista Juan C. Varela fue, sin duda, el hecho más importante del torneo celebrado en Panamá.

La derrota del candidato oficial, José Domingo Arias, fue recibida con alivio. No tanto por lo que representaba el aspirante, sino por lo que la mayoría consideraba un intento del presidente saliente, Ricardo Martinelli, para quedarse en el poder. A su vez, Juan C. Navarro llevó su nave partidista a una estrepitosa derrota, inesperada por los observadores políticos.

Los resultados, en otras palabras, no cuadraban con los análisis realizados con anterioridad a las elecciones. ¿A qué podría deberse esta confusión generalizada? En primer lugar, los analistas depositaron su ‘fe’ en las encuestas. Todas fallaron en sus pronósticos. Este fracaso puede deberse a dos causas. Por un lado, las muestras con las cuales trabajaban las empresas encuestadoras se desdibujaron y se alejaron de una distribución correcta de la población. Por el otro, el instrumento estadístico podría haber sufrido alteraciones para que arrojara resultados favorables para algún candidato en particular.

Otra explicación, para entender los sorpresivos resultados de la elección presidencial, puede asociarse con la idea de que los electores panameños siempre pasan factura a sus gobernantes y emiten el ‘voto castigo’. En este caso, el desfavorecido fue el abanderado oficialista. El presidente Martinelli arremetió contra el pueblo panameño por ser ‘desagradecido’. Agregó que espera que ‘Dios lo coja confesados’ cuando su sucesor tome posesión. Pero, ¿por qué votó el pueblo por un candidato de un partido político relativamente débil? ¿Por qué no voto por el Partido Revolucionario Democrático (PRD), fundado por el general Torrijos hace 35 años? El PRD tiene más de 500 mil adherentes y sacó menos votos en esta contienda. ¿Por qué votaron los perredistas por el candidato del Partido Panameñista, Juan C. Varela? El ‘voto castigo’ fue dirigido tanto al presidente Martinelli como al candidato del PRD, Juan C. Navarro.

Antes de continuar con el análisis del ganador y de los grandes perdedores, hay que señalar que la campaña electoral de 2014 presenció por primera vez en 30 años (desde 1984) la postulación de candidatos de la izquierda panameña. El candidato independiente, Juan Jované, quien logró introducir los problemas del país en los debates presidenciales, obtuvo algo menos del uno por ciento de los votos. A su vez, el candidato del Frente Amplio por la Democracia (FAD), Genaro López, no obtuvo los votos esperados.

Jované desarrolló su campaña sin apoyo financiero, pero logró calar en sectores importantes de la sociedad panameña. Su discurso se dirigió a las causas de los problemas que tiene el país y que el pueblo está sufriendo. Denunció el saqueo de las arcas fiscales por la oligarquía financiera, que financia a los tres partidos mayoritarios del país. Prometió poner fin a la corrupción que está llevando al país al borde del colapso tanto moral como material. También señaló que la única manera de rescatar de la bancarrota a los sectores productivos de la economía —el agro y la industria— era denunciando y saliéndose del Tratado de Libre Comercio con EE. UU. Su campaña hizo énfasis en el estado ruinoso en que se encuentran los programas educativos y de salud del país. Las escuelas están literalmente colapsando y los centros de salud no cuentan con equipos o materiales de salud.

El discurso de Genaro López, dirigente obrero de la construcción, buscó un equilibrio en sus propuestas y terminó perjudicando sus aspiraciones. Quienes podrían haber votado por una alternativa, prefirieron inclinarse a favor del ‘voto castigo’. Había que asegurar que Martinelli no regresara a la Presidencia, sobre las espaldas de su pupilo o de la mano de su señora, candidata a la Vicepresidencia.

El presidente electo Varela, tiene una política muy parecida, si no idéntica, a la de Martinelli. Contrasta, sin embargo, el estilo que hasta ahora ha presentado al país. Varela está sujeto a las políticas que emanan de EE. UU. en materia económica, social y militar. Incluso, su militancia en el Opus Dei, una orden conservadora de la Iglesia Católica, lo hace aún más bien visto por Washington.

Jované declaró —en la noche en que se anunció la victoria de Varela— que el Movimiento Independiente por la Refundación Nacional (MIREN) se convertirá en la ‘conciencia social’, del país para exigir que el nuevo presidente (1914-1919) cumpla con todas sus promesas.

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