• 10/09/2015 02:00

La arcana mirada de Donald John Trump

Yo conocí las últimas catorce bases militares en las dos costas de Panamá, atendiendo solicitudes de precios

Ahora que veo a Donald Trump por TV y en los periódicos, me encuentro otra vez con la oculta y muy misteriosa mirada de los gringos que habitaron por donde está el canal por casi un siglo (primero con el ferrocarril y luego con la vía interoceánica). Esos norteamericanos miraban igualito que Donald Trump, llegue a pensar que era puro racismo, pero ¡No!: militares, policías, civiles, los perros de ellos particularmente y en términos generales todas sus mascotas, así observaban a uno.

Yo conocí las últimas catorce bases militares en las dos costas de Panamá, atendiendo solicitudes de precios. Sin embargo, durante esa experiencia laboral de 20 años, no logré interpretar bien ese gesto parecido cuando uno es dueño de algo y te lo quieren quitar intrusos, pero ahora con las expresiones del millonario de Queens, D J Trump (autor de cinco libros), las descifro, como cuando se tiene un derecho posesorio en alto riesgo. Trump y su gente le temen a todo lo que huela a la España derrotada, aunque no sean competencia, pero, cuando son demasiados, los consideran un nidal de incompetentes muy peligrosos para el futuro de su sistema.

La Hispania todavía agoniza desde su derrota sufrida en 1808 a manos de los galos, tragedia que, por su actitud, no superará jamás y junto con ella toda la América Latina que inventó en aquel entonces batallas innecesarias para abandonar a España moribunda, como aceptando los razonamientos de Vargas Vila. ‘Contrario censu', Japón, Rusia, China, Francia y Bélgica, derrotadas en sus mejores tiempos, han levantado cabeza, mientras que nosotros los hispanos, al igual que la madre patria, preferimos ser los empleados domésticos, los ‘recogefrutas', los ‘espalda mojadas'; es más, ser rabo de león que cabeza de ratón.

Los yankees acabaron con casi 45 millones de aborígenes norteamericanos, no creo que lo vayan a hacer con los 15 millones de ilegales. Sin embargo, como anglosajones triunfadores en el planeta, están influenciados positivamente por el cerebro primitivo de su gran poder, ganado a través de la historia a punta de sable, bombas atómicas, actitud al trabajo y disciplina. Los gringos saben dónde están parados y para dónde van; los hispanos, al igual que yo, ignoramos nuestra historia, por eso queremos levantar la voz en tierra ajena, cuando lo que debemos hacer es prosperar en las nuestras.

ESCRITOR COSTUMBRISTA.

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