• 10/09/2015 02:00

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero

El domingo antepasado murió el neurólogo Oliver Sacks, en New York, nacido en Londres en 1933. 

El domingo antepasado murió el neurólogo Oliver Sacks, en New York, nacido en Londres en 1933. Eminencia de la Neurociencia, como escritor, plasmó sus experiencias con pacientes, compasivo, tolerante, investigador profundamente humano, exploró la mente, realizó estudios profundos sobre las conexiones cerebrales.

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, vendió millones de ejemplares, ostenta el caso de un músico distinguido, cantante famoso, catedrático de la Escuela de Música. Empezaron a producirse ciertos extraños problemas con sus alumnos. A veces no reconocía a un estudiante, no identificaba su cara. En cuanto el estudiante hablaba, lo reconocía por la voz. Estos incidentes se multiplicaron, provocando situaciones embarazosas, a veces, cómicas. Porque veía caras donde no las había.

Al principio se habían tomado los errores como bromas. Sus facultades musicales seguían siendo asombrosas; no se sentía mal, los errores eran ridículos, difícilmente podían considerarse serios. No era capaz de ver la totalidad, veía detalles. Nunca establecía la relación de la imagen como un todo, imposible captar un paisaje o escena. Padecía una agnosia visual. La lesión cerebral, reduce, elimina la actitud abstracta categórica, exhibe una sensitiva crónica de la decadencia física que manifiesta la enfermedad neurológica, revela casos de pérdida de la memoria, cómo borramos nuestras vidas con lagunas mentales, a donde no podemos regresar.

Abordó con maestría episodios que exteriorizan el progreso del derrumbe psíquico y físico. Publicó: Migraña, Con una sola pierna, La isla de los ciegos al color, El tío Tungsteno, Veo una voz, Despertares y Alucinaciones, Un antropólogo en Marte.

Sacks destapa la relación de los pacientes con la enfermedad. Es fundamental la relación que se establece entre enfermedad e identidad y la forma en que la gente reconstruye su mundo y su vida a partir de esa enfermedad. Despliega casos que han descubierto una vida positiva que surgía tras una enfermedad. El pintor que, al perder la visión del color, no desea recuperarla. El ciego de nacimiento que, al recobrar la vista hacia la mitad de su vida, no puede soportarlo. La mujer autista que encuentra en el autismo una parte de su identidad, pero en cada uno de los casos, una identidad positiva ha surgido después de algo trágico. A veces, la enfermedad nos enseña lo valioso de la vida, nos permite vivirla mucho más intensamente.

La patología fisiológica del síndrome de Parkinson es el estudio de un caos organizado, provocado por la destrucción de integraciones importantes, reorganizado sobre una base inestable en el proceso de rehabilitación, por su precario sentido del equilibrio.

Cuando perdemos la memoria, que constituye toda nuestra vida, no somos nada. Se altera casi exclusivamente el recuerdo de los hechos recientes; parece como si las impresiones recientes desapareciesen más deprisa que los recuerdos anteriores.

Los pacientes presentan graves trastornos en la organización de las impresiones de los acontecimientos, sucesión en el tiempo, sus fantasmas, pierden su experiencia integral del tiempo, empiezan a vivir en un mundo de impresiones aisladas. Muestra la desaparición de impresiones, desorientación. Hay pocas esperanzas de recuperar la memoria. Pero una persona no es solo memoria. Es sentimiento, voluntad, sensibilidad, sucesos de los que la Neuropsicología habla.

Los espectros sensoriales, los trastornos de la amnesia tienen un poder inmenso, su ausencia provoca inseguridad, sentimos que hemos perdido parte de nuestra vida, es como si un pozo oscuro hubiese tragado todo, nuestras experiencias se hunden en profundidades enormes, un agujero sin fondo que se traga nuestro mundo entero. Esto es aterrorizante.

Sacks tenía una enfermedad terminal. El eminente científico en su último escrito publicado en New York Times contempla su vida, recuerda cuando su madre judía lo recriminó por su ‘abominable conducta homosexual'. Comparte sus dolorosas experiencias con el progreso del cáncer, las terapias no fueron efectivas, la metástasis invadió su cuerpo enfermo. Eminente figura científica y literaria de la Neurociencia fallece, dejándonos un valioso e inmenso legado de sabiduría y belleza.

PSICÓLOGA, ESCRITORA Y DOCENTE UNIVERSITARIA.

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