• 26/06/2016 02:03

Hoy puede ser un gran día

Este largo camino no ha estado exento de espinas, sobrecostos, peleas, demandas y contrademandas

Hoy culmina un proceso en la vida de la gran obra de ingeniería que tiene nuestro país, la ampliación del Canal de Panamá. Ese proceso comenzó un 24 de abril de 2006, cuando el entonces presidente Martín Torrijos anunció en un acto en el teatro Anayansi, del Centro de Convenciones Atlapa, que el Canal debía expandirse para hacerle frente a la demanda mundial y que el costo de hacerlo no lo pagaría el Gobierno, sino los usuarios. Ese día empezó una carrera para promover un referéndum que aprobara el proyecto, que se llevó a cabo el 22 de octubre, con una abstención del 60 % de la población pero con una mayoría de aprobación.

Este largo camino no ha estado exento de espinas, sobrecostos, peleas, demandas y contrademandas. No se cumplió el tenerlo listo para el aniversario de la vía acuática, el año 1914. Los que defendimos el ‘sí ' al proyecto nos armamos de argumentos y en lo particular, estuve muy involucrada en señalar que el Canal ampliado debería traer beneficios a todos los rincones del país, a todos los nacionales que aquí residen, independientemente que sean usuarios, empleados, residentes del área interoceánica o no. Planteamos que se creara un fondo para que esos beneficios llegaran hasta el último rincón de Panamá, allí donde hace falta una escuela o un centro de salud, y que los inmensos recursos que el Canal aporta al fisco nacional se usen de manera racional para invertir en infraestructuras que mejoren la calidad de vida de todos los panameños.

Los enarbolados del ‘no ', algunos con sólidos argumentos, defendieron cabalmente su posición mostrando que, en términos de números y cifras, el proyecto de la ampliación no era sostenible como estaba y que iba a costar mucho más y que algunas empresas afines a los funcionarios y/o miembros de la Junta Directiva del Canal se iban a hacer con los negocios que allí se derivarían, lo que probó ser cierto. Otros, más temerarios y menos ilustrados, pues su misma capacidad se los impide, adujeron en forma cándida que no representaba los mejores intereses del país.

Hoy que se abre al mundo la ampliación de este portentosa obra, estos últimos, opuestos a la ampliación, son los anfitriones, los que reciben las felicitaciones y encima, los que deciden quiénes representan los mejores intereses del país. Los empleados de la ACP, en su mayoría, han sido relegados a simples espectadores y en la mayoría de los casos, se les ha excluido de la parranda organizada para la apertura de lo que ellos, con mística y compromiso, ayudaron a construir. Los que con argumentos creíbles se opusieron han comprobado que, a menos que las empresas que construyeron la obra hayan desinflado las cifras para hacerse con el contrato, los costos reales superaron en mucho lo presupuestado, y solo basta ver lo ocurrido en los dos años de retraso, las demandas por sobrecostos, la paralización de las obras y sobre todo, los problemas de diseño que ha tenido la obra y que han sido divulgados en el mundo entero.

En estos diez años del difícil parto de la ampliación, no hemos visto que el Canal haya beneficiado a toda la población panameña y tal como manifestó en entrevista a este diario el brillante economista Ricaurte Vásquez, ya estamos tarde para planificar a qué se van a destinar los réditos que genere el Canal, pues eso se debió prever a fines de 1999, cuando recibimos la total administración de la vía acuática. Dineros que nos hubieran ayudado a salir del subdesarrollo educativo y la lumpenización de la justicia, a concientizar a la población en los temas culturales que nos atañen como nación y que sin ellos, estamos a merced de la extranjerización y el consumismo que nos tiene ensimismados.

Pero celebremos hoy, por Panamá, porque este es un logro del país y las mujeres y hombres que lo conformamos, y olvidémonos de las malas intenciones de los que promovieron el no a su ampliación y hoy la celebran como suya y digamos muy en alto que estaremos vigilantes para que las ganancias del Canal se traduzcan en obras que beneficien a todo el país.

ARQUITECTA Y EX MINISTRA DE ESTADO.

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