• 04/01/2017 01:00

Texto y contexto

Esa es la complejidad del texto periodístico, aventura que comparto con ustedes aquí desde hace varios años

Es como un rompecabezas. Cada palabra tiene un lugar especial por un doble motivo. Dice algo y porque ayuda a las otras a desarrollar una idea, un asunto en particular. Es un ejercicio complejo la construcción de un referente o hacer un conjunto que, además de brindar un mensaje, debe despertar un sentimiento específico a quien lo lee. Esa es la complejidad del texto periodístico, aventura que comparto con ustedes aquí desde hace varios años.

¿Tiene trascendencia la tarea de redactar conceptos que logren unidad y puedan reproducir un hecho, fenómeno, experiencia y opinar sobre él? Umberto Eco, con pesimismo y como primer comentario en su libro póstumo, dice que ‘El postmodernismo marcó la crisis de las «grandes narraciones» que creían poder aplicar al mundo un modelo de orden; tenía como objetivo una reinterpretación lúdica o irónica del pasado...'.

Pero al parecer, no hemos avanzado mucho en ese campo y este autor ha sentenciado que ‘hay progresos tecnológicos más allá de los cuales no se puede ir'. Hace un poco más de un siglo, un profesor de la Universidad de Ginebra, Ferdinand de Saussure, quien había estudiado profundamente el sánscrito (del que se derivó el latín), desarrolló la idea del signo lingüístico formado por un concepto (significado) y una imagen acústica (significante).

En otras palabras, hay la posibilidad de utilizar el lenguaje para aludir a un universo frente al individuo y cada representación del objeto comentado, puede ser reconstruido, modificado y reflejado, gracias a diferentes instrumentos o grupos de ellos; como carpetas o ventanas, se diría en la dinámica virtual. Esto, que parece tan simple, motivó a un conjunto de seguidores del maestro ginebrino a abrir un enfoque estructural para estudiar la expresión humana.

Gracias a la tesis doctoral de Rafael Candanedo, conocí a Teun A. van Dijk, académico holandés, quien hizo aterrizar todo ese andamiaje al discurso periodístico y en trabajos como La noticia como discurso y un sinfín de obras, explicó cómo los textos en este ámbito se organizan para reducir la realidad a unas columnas en la prensa; la noticia es ‘una forma de discurso público', diría y como tal, se vincula a prácticas sociales e ideologías institucionales.

Además del aporte teórico en su trabajo, estudié con Candanedo en la carrera periodística universitaria, la estructura del género de opinión y hubo prácticas cotidianas para ejercitar esta competencia, una de las más complejas del oficio. Es un recurso poco desarrollado en los profesionales locales y que ha permitido a los medios impresos abrir la participación a interesados que no necesariamente se desenvuelven en este campo.

Al recibir la invitación o sugerencia de la editora de la sección de Opinión de La Estrella de Panamá para que, semanalmente, dejara un escrito en sus páginas, consideré que era una forma de concretar una vieja aspiración que hacía ocasionalmente y me comprometí, con disciplina, a redactar un material sobre un aspecto de la convulsionada atmósfera que se vive en el país en estos últimos años. Sería un testimonio y constancia de observación puntual.

Creo haber alcanzado ya un lustro de este compromiso semanal y estoy plenamente satisfecho; aunque hayamos llegado a la época en que, como dice Eco ‘Tuiteo ergo sum' (tuiteo, luego existo). Los aportes dejados aquí trascienden la restringida virtualidad de esa nueva estructura de 140 caracteres, pese a los límites impuestos en el diario, donde he analizado y referido experiencias en este tiempo. Es un intento de rescatar lo esencial, un poco el esfuerzo que concreta Eco en la novela Número cero, a veces apegado a la cruda realidad, en ocasiones con sentido metafórico, lúdico o analítico. ¿Podremos continuar? Espero que esta no sea la última columna; pero si así fuera, me despido y agradezco a mis lectores.

PERIODISTA Y DOCENTE UNIVERSITARIO.

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