• 27/05/2017 02:00

Un líder con mérito propio

Están hoy huérfanos de apoyo en las masas y son una simple fachada aliada a la oligarquía por sus intereses económicos.

A pesar de los reiterados errores que cometió el Dr. Arnulfo Arias Madrid cada vez que arribada a poder, Gobiernos embrionarios que terminaban con su derrocamiento por la fuerza, no se le puede regatear el mérito de que siempre contó con una popularidad creciente y cautiva, que aun desconociendo su persona voluble y contradictoria que demostraba en la dirección del Estado, no hubo en la historia política en nuestro país líder auténtico que le retiraran desde la oposición su invariable respaldo, víctima siempre de la malquerencia de los cuarteles, a los que en su verbo se enfrentó siempre hasta ridiculizarlo, con el peyorativo de ‘soldaditos'.

Debo decir que esa popularidad a la que aludo en el líder panameñista la hizo patente cuando el 2 de enero de 1931, en horas de la madrugada, tuvo participación audaz en el derrocamiento del presidente Florencio Harmodio Arosemena, en que el pueblo lo detestaba, incluso un amplio sector, poderosamente económicos. Ese triunfalismo político que era suyo en las masas, lo era por su carisma y porque siempre confió plenamente en su doctrina panameñista, una especie de amor por lo auténticamente raizal, pero de contenido totalitario y racista, al que se suscribió cuando realizaba sus estudios de Medicina en el viejo continente.

Lástima que a tiempo no hubiera caído en cuenta que tal ideología no solo había fracasado, sino que el mundo entero en la refriega mundial que desató, tras derramar tanta sangre, terminó por derrotar al nazifascismo, por eso en la última oportunidad que le permitió el electorado para que luciera la barda presidencial, era presumible su derrocamiento por los militares porque él mismo la provocó y debo decir que aun más allá de su muerte, no desapareció esa popular cautiva, aun con el honor de los golpistas entre ellos, Omar Torrijos Herrera, de haber puesto fin al colonialismo que se mantuvo por casi un siglo en la ex Zona del Canal y devuelta a nuestro poder esa servidumbre internacional que es nuestra, la principal vía acuática, el Canal de Panamá.

Es obligante decir que los que dicen ser panameñistas hoy, muy lejos están de su personalidad, que debió ser superada y si bien no siguen sus ideas totalitarias, están hoy huérfanos de apoyo en las masas y son una simple fachada aliada a la oligarquía por sus intereses económicos.

ABOGADO Y PERIODISTA.

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